Tras más de 1.200 necropsias de pardelas juveniles y adultas de Azores y Canarias, se constató que más del 90% de los juveniles ya contienen partículas de plástico en sus estómagos
Los pollos de esta ave marina emprenden sus primeros vuelos durante los meses de octubre y noviembre, pero la contaminación lumínica las desorienta y caen al suelo
Más de la mitad de las aves estudiadas se corresponden con pardelas cenicientas atlánticas, que en casi un 89 % de los casos presentaban restos de plásticos en su tracto digestivo, en su mayor parte material de pesca, como redes e hilos
"Se trata de una especie que debemos proteger, y un pequeño gesto como puede ser el de apagar o atenuar las luces exteriores durante la noche puede salvar la vida de muchas de estas aves", afirma el consejero de Medio Ambiente
Ambos han alcanzado un acuerdo de conformidad para evitar el juicio. También han aceptado otra multa de 140 euros por un delito leve de maltrato animal, por las condiciones en las que se encontraba el hurón con el que estaban cazando