Qué ver en una semana en la isla de Lanzarote

En siete días tienes tiempo suficiente para pasear entre volcanes, bañarte en piscinas naturales y playas de arena negra, e incluso puedes darte un salto a La Graciosa

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21 de agosto de 2022 (20:03 CET)
Actualizado el 31 de agosto de 2022 (10:01 CET)
Volcán del Cuervo, Tinajo. Fotos: José Luis Carrasco
Volcán del Cuervo, Tinajo. Fotos: José Luis Carrasco

La isla de Lanzarote tiene infinidad de parajes naturales y planes que ofrecer, por lo que el tiempo recomendado para visitarla es de unos cuatro o cinco días, como mínimo.

En cualquier caso, si tienes tiempo suficiente como para pasar una semana, podrás recorrerla de norte a sur, quedándote con una visión mucho más completa, e incluso tendrás tiempo para darte un salto a la octava isla, La Graciosa.

 

Día 1: ruta por el norte

El primer día se centrará en una ruta por el norte de Lanzarote, comenzando con una visita a dos obras de César Manrique, el Jardín de Cactus, un jardín botánico con más 7.000 cactus de todos los continentes, y los Jameos del Agua, un lago en el interior de un tubo volcánico, donde vive una especie endémica llamada cangrejo ciego.

Luego cruzaremos la carretera para adentrarnos en una ruta por la Cueva de los Verdes, una gruta de siete kilómetros utilizada como refugio por parte de los isleños durante los ataques piratas y con una gran sorpresa al final.

Tras una intensa mañana de visitas turísticas, podrás disfrutar de platos típicos canarios en los restaurantes de Arrieta. Después, puedes subir a lo alto del Risco de Famara en coche para disfrutar del Mirador del Río, un mirador a 400 metros de altura desde donde se puede contemplar el Archipiélago Chinijo, un conjunto de islotes formado por La Graciosa y por los islotes Roque del Este, Roque del Oeste, Alegranza y Montaña Clara.

Para finalizar el día, lo ideal es descansar en la playa del Caletón Blanco, en Órzola, una de las localizaciones más peculiares de la isla. Se trata de una playa donde se mezcla la arena blanca con el negro de las rocas volcánicas y el mar de color azul turquesa.

Los Jameos del Agua
Los Jameos del Agua

 

Día 2: ruta por el sur

El segundo día comienza entre volcanes en el Parque Nacional de Timanfaya, donde podrás disfrutar de géiseres, de una ruta por las Montañas del Fuego en guagua y de los platos hechos con el calor de la tierra del Restaurante El Diablo, una obra de César Manrique.

Finalizada la visita, lo ideal es seguir la ruta hacia el sur, hacia Playa Blanca, donde encontrarás numerosos enclaves característicos de la isla, para sacarte fotos de película, como por El Golfo, Los Hervideros o las Salinas de Janubio.

Una vez finalizada la ruta y tras varias horas “de turisteo”, por fin podrás relajarte en las playas y calas de Papagayo, en el punto más al sur de la isla. Si todavía no habías comido, puedes hacerlo en el chiringuito en lo alto de la montaña, donde tendrás una vista panorámica de las dos calas principales. 

También puedes alquilar un kayak en Papagayo para descubrir sus cuevas y calas escondidas o quedarte hasta el atardecer para ver la puesta de sol.

Mirador de El Golfo
Mirador de El Golfo

 

Día 3: ruta por el centro de la isla

El tercer día en Lanzarote comenzará con la visita a la Casa-Museo al Campesino de César Manrique. 

El recorrido continúa en el Volcán del Cuervo, a la salida de Masdache, un sitio perfecto para dar un paseo en familia por el interior de un volcán. Tras el sendero, nos trasladaremos a La Geria para tomar unas copas de vino de Lanzarote.

Tras el aperitivo, puedes comer las famosas papas arrugadas con mojo, u otros platos típicos de la isla en alguno de los teleclubs de la zona, para luego relajarte en la popular Playa de Famara, bajo el imponente risco.

Para cerrar el día, puedes visitar el Museo Lagomar y cenar o tomarte unas copas en su bar-restaurante, incrustado en una cueva en el pueblo de Nazaret. 

Lagomar
Museo Lagomar, en Nazaret

 

Día 4: subida a un volcán y piscinas naturales

Después de un día tranquilo, toca ponerse las pilas para subir a un volcán llamado Caldera Blanca, se trata de una ruta de unas cinco horas donde subirás y rodearás un cráter de más de 1.200 metros de diámetro.

Tras cumplir con la mañana de ejercicio físico, puedes dirigirte al municipio de Yaiza para pasar la tarde disfrutando de una maravilla natural escondida, Los Charcones, un conjunto de piscinas naturales.

Allí mismo podrás disfrutar de un atardecer de ensueño, eso sí, es importante mencionar que se trata de una zona de difícil acceso y donde el mar golpea con fuerza las rocas, por lo que hay que ir con mucha precaución.

Los Charcones
Los Charcones

 

Día 5: visita a la isla de La Graciosa

Otra de las alternativas es pasar un día en la isla de La Graciosa, la octava isla de Canarias. Se trata de un lugar prácticamente virgen, sin carreteras, con muy pocos edificios y poco más de 700 habitantes. 

Es uno de los pocos sitios donde todavía no ha llegado la masificación propia de los lugares turísticos de España, por lo que es el lugar perfecto para pasar un día entre sus playas “salvajes” y relajarte.

Al no contar con un aeropuerto, y estar separada por una franja de agua conocida como El Río, la única forma de llegar hasta allí es en barco desde el norte de la isla de Lanzarote, en un trayecto que apenas dura media hora.

Una vez en la isla podrás contratar un jeep, una bici o andar hasta tres de sus playas más famosas, La Francesa, Montaña Amarilla y Las Conchas

Playa de Las Conchas en La Graciosa
Playa de Las Conchas en La Graciosa

 

Día 6: Puerto del Carmen y Playa Quemada

Con el cansancio acumulado del día anterior, puedes relajarte dando un paseo por la avenida de Puerto del Carmen, la zona más turística de la isla, y comprar algún que otro souvenir de recuerdo. 

Aunque puedes quedarte a tomar el sol en la playa y comer por la zona, también está la opción de desplazarte hasta Playa Quemada y comer comida típica en uno de sus restaurantes frente al mar. 

Además, en Playa Quemada podrás disfrutar de playas singulares de arena negra, como la Arena o el Pozo. Son lugares muy poco concurridos por turistas e incluso por locales, debido a su lejanía con el pueblo.

Turistas paseando por Puerto del Carmen
Turistas paseando por Puerto del Carmen

 

Día 7: Arrecife y Playa Honda

En el último día, puedes aprovechar para visitar los rincones de la capital lanzaroteña, Arrecife, comenzando con un buen desayuno en lo alto del Gran Hotel. El día continuará con un paseo por el centro hasta llegar al famoso Castillo de San José, donde podrás observar obras de arte contemporáneo, así como oír historias de cómo los piratas llegaban a la zona.

Tras la visita, puedes comer en uno de los bares de la zona del pintoresco Charco de San Ginés, a tan solo 20 minutos andando por la costa.

Con el estómago lleno, puedes aprovechar para ir de compras en Playa Honda, o comer algo dulce de postre en una de sus calles colindantes que se apuntan hacia el mar.

Como broche de oro final, puedes pasear por la Avenida de Playa Honda hasta llegar al final del aeropuerto, donde verás los aviones pasar por encima de tu cabeza con un atardecer de película.

Turistas viendo aterrizar los aviones desde la playa
Turistas viendo aterrizar los aviones desde la playa
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