La Graciosa, la octava isla de Canarias, es un lugar prácticamente virgen, sin carreteras, con pocos edificios y con apenas 700 habitantes, donde todavía no ha llegado la masificación propia de los lugares turísticos de España. Sus playas de color dorado y las aguas turquesas de este espacio protegido invitan a la relajación y desconexión.
Al ser una isla menos accesible y conocida, es normal que surjan miles de dudas a la hora de visitarla, por lo que a continuación tienes algunos consejos que te ayudarán a ahorrar y a moverte por La Graciosa como pez en el agua.
1. Cómo llegar hasta la isla
Al no contar con un aeropuerto, y estar separada por una franja de agua conocida como El Río, la única forma de llegar hasta allí es en barco desde el norte de la isla de Lanzarote. Cada día salen ferrys, con una frecuencia de 30 minutos, desde el pueblo de Órzola hacia el muelle de Caleta de Sebo, un trayecto que apenas dura media hora y que puede llegar a ser bastante “movido” en los días de mayor oleaje.
La empresa familiar Líneas Romero destaca por ser la primera en conectar Lanzarote con La Graciosa, un trabajo que lleva haciendo desde 1930. Además, también cuenta con conexiones a la isla vecina de Fuerteventura, así como excursiones de ocio en catamaranes.
La clave está en comprar el billete tanto para el trayecto de ida, como el de vuelta, puesto que además no tienes por qué volver a una hora concreta si compras ambos, ya que la vuelta es abierta, eso sí, siempre tienes que volver con la misma compañía de ferry.
2. Cuántos días ir
Aunque se trate de una isla con tan solo 29 kilómetros cuadrados, hay muchas cosas que ver y hacer en este pequeño trozo de tierra.
Si no dispones de mucho tiempo, puedes ver las localizaciones más importantes en tan solo un día, aunque tendrás que elegir entre visitar unas playas u otras. Los ferrys comienzan a operar a las 08:00 de la mañana desde Lanzarote hasta las 18:00 o 19:00 para volver.
Sin embargo, siempre se recomienda pasar como mínimo una noche en la isla para verla sin prisas y disfrutando de cada rincón de este paraíso, así como ver las increíbles puestas de sol desde las playas o desde el mismo muelle.
3. Reserva alojamiento con antelación
Si decides pasar unos días en la isla va a ser de vital importancia que alquiles un apartamento con meses de antelación, ya que tiende a haber mucha demanda y poca oferta, con apenas 40 alojamientos en La Graciosa.
Esta situación se complica aún más en los meses de julio y agosto, al coincidir con la temporada alta del turismo. Además, a mediados de julio también son las fiestas patronales, por lo que la isla tiende a llenarse también de isleños de Lanzarote.
En cualquier caso, si eres una persona aventurera que prefiere viajar con lo puesto y sin lujos, siempre puedes quedarte a dormir en el camping de la isla, eso sí, con previa reserva.
4. Qué lugares visitar
Sus poco más de 700 habitantes censados residen en dos pequeños cascos urbanos, Pedro Barba y Caleta de Sebo, este último concentra el grueso de restaurantes, alojamientos y establecimientos, y es donde te dejará y recogerá el ferry.
Si solo tienes un día, lo ideal es que nada más llegar a La Graciosa decidas cómo quieres visitar las playas, si prefieres ir a pie, alquilar una bici o contratar un trayecto en jeep, para que hagas las reservas cuanto antes.
En tan poco tiempo, la clave está en visitar la playa de Las Conchas o de Montaña Amarilla por la mañana, volver al pueblo para comer temprano y volver a partir hacia la otra por la tarde. Así verás los dos sitios más emblemáticos de la isla, pero si te parece mucho viaje es mejor que te decantes solo por Las Conchas.
En el caso de que vayas con más tiempo, puedes bañarte también en la playa de La Francesa o en “las Colleras”, frente al imponente Risco de Famara, así como visitar la playa del Ámbar, el arco basáltico de la Baja de las Maspalomas o el Barranco de los Conejos, al este.
Otra de las opciones es aprovechar para hacer un poco de senderismo y subir la montaña que hay en Las Conchas, llamada Montaña Bermeja, y disfrutar del paisaje a vista de pájaro. Todo dependerá del tiempo del que dispongas.