Le comunicamos que el 'Rancho Texas Lanzarote Park' se ha unido a otras entidades, asociaciones e instituciones internacionales que han formado el equipo de rescate de emergencia de delfines de río en el Lago Tefé, en la Amazonía brasileña.
En las últimas semanas han aparecido unos 130 cadáveres de dos especies de delfines, los delfines de río del Amazonas (Inia geoffrensis) y los delfines Tucuxi (Sotalia fluviatilis), lo que supone aproximadamente el diez por ciento de la población de delfines de río en esa región.
La doctora Miriam Marmontel, del Instituto de Desarrollo Sostenible Mamirauá, se ha puesto a la cabeza de la investigación sobre las causas de esta mortalidad y del equipo necesario para tomar medidas para proteger al resto de delfines.
Rancho Texas implicado en el equipo de rescate
Para este cometido, se ha puesto en marcha un plan de emergencia de rescate en el que participan la Organización para la Conservación de Mamíferos Acuáticos en América del Sur Yaqu Pacha, la Fundación Nacional de Mamíferos Marinos (Estados Unidos), el Zoológico de Nuremberg (Alemania) y la Asociación de amigos de dicho centro, Zoomarine (Portugal), Planète Sauvage (Francia), la Asociación Europea de Mamíferos Acuáticos, la Fundación Mundo Marino (Argentina), así como el Oceanográfico de Valencia, la Fundación Loro Parque y Rancho Texas Lanzarote Park.
Todas estas organizaciones se han unido para respaldar la operación urgente de rescate, proporcionando recursos financieros esenciales y desplegando veterinarios expertos de zoológicos de Sudamérica, Estados Unidos y Europa, así como para la coordinación de los cuidados veterinarios en la zona. Los esfuerzos también incluyen el inicio de una campaña de donaciones para apoyar esta misión crítica.
Este esfuerzo conjunto de instituciones y expertos en veterinaria tiene como objetivo salvar a los delfines de río y realizar investigaciones científicas para abordar la causa de la mortalidad. Su contribución será fundamental para preservar esta especie en peligro en el Lago Tefé y en la Amazonía brasileña.
La alarmante tasa de mortalidad se atribuye inicialmente al aumento de la temperatura del agua, que ha llegado hasta 40 grados Celsius en algunas zonas, aunque se siguen estudiando otros factores.