En marzo del pasado año tuvo lugar la presentación del Plan Especial de La Geria y en el momento actual el Cabildo de Lanzarote somete a consulta el Plan Especial del Paisaje Protegido de La Geria. Se trata de un documento absolutamente necesario, cuya elaboración es muy compleja y que debe realizarse con la máxima responsabilidad. No en vano trata de regular la gestión y el uso del paisaje por el que nuestra isla es mundialmente conocida y símbolo para los conejeros de los valores de nuestros hombres del campo.
La Geria nos cuenta la lucha infatigable del campesino conejero por conseguir buenas cosechas a pesar de la falta de agua, de los vientos y del calor que azotan los viñedos , con el uso inteligente de hoyos, abrigos, paredes, rofe...nos habla de la resiliencia sin límites ante las malas cosechas de nuestro agricultor, que se agacha constantemente para ofrecer a las parras los cuidados y mimos que necesita y que, erguido, mira al cielo en busca de las ansiadas lluvias otoñales o temiendo las nocivas lloviznas del verano. El testigo de este legado de nuestros hombres del campo de antaño es recogido por el agricultor actual con cuyo trabajo se sigue conservando el entorno singular de La Geria.
Tal es el atractivo de estos parajes, con un importante reclamo turístico, que se han convertido en una transitada ruta para ciclistas, senderistas, freetours, guías, guaguas de turistas, coches de alquiler; además de sede de frecuentes festivales musicales y pruebas deportivas.
El viticultor de La Geria ha visto que, de la mano de esta bonanza turística, ha llegado, ¡por fin!, la revalorización de su producto: la uva. En pocos años ha pasado de vender el kilo de uva de 1 euro a 3,60 euros en la cosecha de 2024. Este es el precio que recibe el agricultor por la uva cuyo vino sale de bodega en torno a los 15 euros y que se ofrece en restaurante entre los 30 y 40 euros, precio tan elevado este último que impide a los conejeros degustar los caldos de su tierra. ¡Qué ironía haber tenido que escuchar de boca de algún restaurador que este precio se justifica por la subida de precio de la uva!
Para comprender que el sector vitivinícola de la isla está en auge , no hay más que darse una vuelta por la isla. En los últimos años han proliferado las fincas de viñas por todos los rincones , especialmente en zonas en las que se tienen menos limitaciones que la Geria: posibilidad de plantar en filas y no en hoyos, mayor libertad de movimientos de áridos y posibilidad de riego de las parras, en el mejor de los casos con agua desalada y, si no, con aguas depuradas. Esperemos que esto último no lleve aparejada una pérdida de calidad tal que haga que la uva siga el mismo camino del tomate, la cebolla o la batata conejera.
Si de todo lo que ofrece el agricultor de La Geria, a cambio solo recibe la incomodidad de tener que transitar por la carretera al ritmo que marquen los ciclistas, el mucho tráfico, los cortes de la vía por los diferentes eventos, el tener que levantar las piedras de los abrigos por la irresponsabilidad de los visitantes que se meten en sus fincas y unas condiciones en evidente desventaja al comercializar su producto, sin lugar a dudas entonaremos el Requiem por La Geria.
Sin embargo, se pueden poner soluciones que eviten que el campesino tire la toalla, aquí van algunas propuestas: cobro de entrada, tasa, impuesto, llámese como quiera, a las muchísimas empresas que solo vienen a La Geria a hacer su negocio y cuya recaudación vaya directamente al agricultor y no según el criterio del político de turno; que el Consejo Regulador haga una distinción dentro de la Denominación de Origen de Vinos de Lanzarote del elaborado con uva de La Geria y que se garanticen unos precios de la uva que reflejen la calidad y las dificultades de producción frente a los viñedos de otras zonas, muchos de los cuales son propiedad de los bodegueros.
El recuerdo de las manos paternas, encallecidas por levantar abrigos, por podar, escardar, cavar,... y los veranos de vendimia, que se me han metido bajo la piel hasta casi formar parte de mi ADN, me impiden guardar silencio y me hacen tener la esperanza de que el Plan Especial de La Geria no sea su Canto del Cisne.
Alguien a quien le duele su tierra y sus gentes