Si ya de por sí resulta bochornoso que en pleno siglo XXI en el Estado español no exista una legislación que ampare los derechos de todas las personas migrantes menores de edad, tal y como marcan todas las directivas y la legislación internacional, y que se tenga que llevar a un pleno del Congreso de los Diputados una Ley como la que se llevó el martes, en la que se pretendía aprobar el reparto de menores migrantes por diferentes territorios como si fueran poco más que mercancía.
Lo realmente vergonzoso e intolerable es que en dicho Congreso existan 178 «personas», que dicen representar a parte de la ciudadanía, que el martes votaron en contra de llevar a cabo esta medida, pisoteando los derechos humanos de miles de menores migrantes que llegan al Estado español, alejándose de su familia y huyendo de la guerra, del hambre o de la miseria. Y eso es lo que ha pasado en el día de ayer en el Congreso de los Diputados. Cuando los diputados y diputadas de ultraderecha (ya no se les puede llamar de otra manera) del Partido Popular, VOX y Junts, han unido su racismo y su fascismo para tumbar la reforma de la Ley de Extranjería, dejando en el limbo a miles de menores migrantes que actualmente no saben qué va a ser de su futuro.
Con frases como “Los españoles tenemos derecho a salir tranquilos a la calle” o “Nos oponemos a seguir saturando Catalunya” la ultraderecha ha demostrado que sus intereses electoralistas están por encima de los derechos y de la vida de miles de criaturas, de personas menores de edad, y de esta manera partidos como el PP y Junts se quitan del todo la careta (aún más) y se sitúan en el mismo lugar que VOX, quien a base de bulos y fake news se ha dedicado a enfangar el terreno para que dicha reforma no saliera adelante, algo que finalmente ha conseguido.
Tenemos claro que la solución para el problema existente con las y los menores migrantes y con las personas migrantes en general, no se iba a solucionar con la votación de ayer en el Congreso, pese a que hubiese salido adelante, pero sí que entendemos que hubiera sido al menos una solución para paliar el problema; teniendo claro que lo realmente necesario es la aplicación de medidas internacionales para que las personas no tengan que huir de su país de origen de manera forzosa.
Seguiremos gritando y dejando claro que ningún ser humano es ilegal, que los Derechos Humanos y los Derechos de los menores deben de estar por encima de la clase política y de gobiernos, y seguiremos luchando contra el racismo y el fascismo como el que ayer se escenificó en el Congreso de los Diputados.