Estos últimos días se ha podido leer en prensa como el nuevo consejero delegado de los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) del Cabildo de Lanzarote ha abogado por cerrar el Museo Arqueológico de la Casa Fajardo aludiendo a su falta de rentabilidad económica.
Sorprende que un museo, en la hipótesis de que actualmente el "museo" de la Casa Fajardo lo fuera, se valorase solo por su rentabilidad económica y no en base a otros criterios como su función social.
Empecemos por el principio, según la definición del ICOM (Consejo Internacional de Museos), un museo es: "una institución sin fines lucrativos, permanente, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, investiga, comunica y expone el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y su medio ambiente con fines de educación, estudio y recreo".
¿Serían un "museo" por tanto las dos salas actualmente abiertas de la Casa Fajardo? La respuesta resulta evidente: no. Parece que lo que el consejero entiende por "museo", cuando se refiere también a que la solución es (después de cerrarlo) "trasladar los materiales a otro espacio de los CACT" es simplemente una exposición de materiales que es lo que en la práctica existía hasta ahora en la Casa Fajardo.
Un verdadero Museo Arqueológico, debería tener un personal adecuado que conservara, investigara y comunicara, entre otras funciones (y con fines educativos) los elementos patrimoniales que se conservan allí. También un edificio acorde, con recursos, donde pudieran acudir no solo los turistas, si no sobre todo los chinijos, desde la implicación de las escuelas e institutos, para aprender y disfrutar del conocimiento del pasado.
En ese sentido, desde la sociedad deberíamos exigir a nuestros representantes políticos y así se lo reclamo personalmente, con todo el respeto, una mayor sensibilidad con la cultura y la comprensión del pasado; En definitiva y confiando en el actual equipo de gobierno del Cabildo, me gustaría que se comprometieran con la creación de un verdadero Museo Arqueológico que pusiera en valor el sugerente pasado aborigen de Lanzarote como ocurre en el resto de las islas de nuestro archipiélago, para proteger este legado único para los que vengan después que nosotros.
Y, además, deberíamos exigir que se preocuparan de verdad con la financiación de las excavaciones y la conservación de los yacimientos de Zonzamas, Fiquinineo-Peña de las Cucharas y San Marcial del Rubicón, entre otros, porque además de su importancia histórica y como recurso patrimonial y educativo podrían convertirse en auténticos recursos turísticos de primer orden para nuestra isla que contribuirían a darles la rentabilidad que, tal vez, sea necesaria para evitar que desaparezcan,
Finalmente me gustaría plantear una pregunta con su respuesta ¿Dónde debería estar situado un verdadero museo arqueológico al que me refería antes? Pues, con sinceridad, en Arrecife no se me ocurre otro lugar mejor que la Casa Fajardo, un inmueble único, ya adquirido por el Cabildo, que, con los adecuados cambios en la ordenación y una buena rehabilitación, resultaría una inversión muy ventajosa para la conservación, por otra parte, del propio y singular edificio que da tanta prestancia a la calle Fajardo y que representa un pasado de Arrecife que día a día desaparece por un urbanismo del que en el futuro nos lamentaremos.
Por Fabio Carreiro Lago