Hace unos días se paró en España la vacunación contra la COVID-19 con AstraZeneca, que se estaba administrando a los colectivos en activo con una función esencial para la sociedad, que desarrollan una actividad con carácter presencial, al menos una parte de la jornada. Entre estos colectivos, que pertenecen al grupo 6 de la Estrategia de vacunación frente a COVID-19, figuran policías, bomberos, docentes y personal de administración y servicios de los centros de enseñanza. En este grupo, por cierto, se echa en falta a trabajadores muy importantes como los agentes de Inspección Pesquera.
A algunos trabajadores del grupo mencionado se les ha inoculado la primera dosis de AstraZeneca; a otros, ninguna. Los que han recibido la primera dosis se preguntan qué pasará con ellos: ¿Les pondrán la segunda dosis? ¿Les pondrán AstraZeneca de nuevo? ¿Les pondrán otra distinta? Por su parte, los que no han recibido ninguna dosis se preguntan una y otra vez cuándo los vacunarán, si los van a vacunar con AstraZeneca o con otra. Esto es un lío tremendo y con vidas en juego.
El espectáculo que se ha generado es lamentable, ya que estamos hablando de un virus que se está llevando por delante a mucha gente y en el grupo 6 figura personal que está en primera línea. La EMA nunca llegó a decir que se paralizara la vacunación con AstraZeneca. La comunidad científica insiste en que los beneficios superan con creces a los riesgos. La paralización que se ha producido en España es de carácter político. La propia ministra de Sanidad lo ha reconocido al manifestar que fue resultado de una decisión tomada por el Consejo Interterritorial, esto es, las Comunidades Autónomas con sus presidentes a la cabeza.
Pedimos que se actúe con transparencia en esta situación y se adopten decisiones que atiendan a la comunidad científica, a organismos como la Agencia Europea del Medicamento. Necesitamos que se clarifique esto de manera inmediata.
Reclamamos que, si no se inocula AstraZeneca a los colectivos con funciones esenciales, se inocule otra vacuna, pero que se haga con rapidez y, por supuesto, sin estar a expensas de intereses políticos de ninguna clase. El virus no entiende de política.
Todo lo que no sea seguir las recomendaciones de los científicos, es dar palos de ciego,
es decir, perder el tiempo.
Jesús Manuel Díaz Lorente. Delegado del CSIF