¡Qué nivel de telecandidatos!

2 de diciembre de 2015 (10:23 CET)

El ideólogo en la sombra de Podemos, Juan Carlos Monedero, que se debe de creer muy gracioso, dice, pero no del todo, para evitarse juicio, que Albert Rivera esnifa cocaína, ¡y no pasa nada! El propio Rivera quiere ahora cambiar la hora peninsular, porque no hay otros temas más preocupantes en este país. Sánchez se descuelga con un "mi patria es la paz" en un debate, que parece más un discurso de candidata a Miss que del aspirante de una formación centenaria a presidir el Gobierno de un país, al tiempo que su mujer se vuelve loca por salir en cámara en una entrevista que le están haciendo en la tele a Íñigo Errejón. Todo tele, mucha tele. Rajoy le da collejas a su hijo en la radio cuando el chinijo pone verde perejil a una de las estrellas de la casa y manda a su subalterna a debatir con los otros y si cuadra, a su reunión de la comunidad de vecinos. Pablo Iglesias, que es muy alternativo, suelta lemas en inglés sacados de anuncios de colonia, y pasa de ser antisistema a crear un sistema propio que sólo entienden los que le van a votar por puro cabreo.

¿Y estos son los hombres que van a dirigir nuestros destinos?

No sé ustedes, pero yo estoy a medio camino entre el miedo y la vergüenza. Y lo peor, insisto una vez más, es que parece que éstas son sus elecciones y no las nuestras, las de los que vivimos por aquí abajo.

¿Saben qué les digo? Que después de ver el nivel de los posibles presidentes del Gobierno y de sus partidos, estoy más convencido que nunca de que nosotros tenemos que estar en Madrid para darle coherencia y sentido común a esta política de patio de colegio que estamos viendo en los últimos tiempos.

Estamos ante candidatos que se dislocan las caderas bailando en programas de máxima audiencia, conduciendo minimotos, bailando la yenka en programas para la tercera edad y disfrazándose de lagarteranas, si creen que con eso suben la cuota de audiencia.

Presenciamos debates en los que no se debate; se mira a cámara con un discurso aprendido en el que prima el "y tú más". El PP le echa la culpa al PSOE y al revés y los nuevos parece que son mesías que tienen la pócima mágica para arreglar el paro, el cambio climático, el terrorismo o lo que esté de actualidad. Aquí todo el mundo lleva un presidente dentro, lo mismo que los forofos del fútbol, que todos son entrenadores.

Se repiten debates en distintos medios y es probable que muchos de ustedes hayan visto un par de ellos. ¿Les ha quedado claro en alguno qué va a pasar con Canarias si gobiernan? ¡Ah, que no se ha hablado en ninguno de Canarias! Den por hecho, que en los próximos, que los habrá para aturdimiento del personal, tampoco se hará. Porque no les preocupa; porque si no vives en el Archipiélago no entiendes nuestra realidad, no compendes lo complejo que es nuestro día a día. Ellos no saben lo que es el IGIC, la RIC o el REF, o qué es una región ultraperiférica, qué es la doble y la triple insularidad, qué es la triple paridad, por qué nuestro Estatuto de Autonomía recoge la posibilidad de controlar nuestra población, qué es una moratoria turística, y qué necesidades específicas tenemos los habitantes de este maravilloso lado del mundo.

Por ello, una vez más, y cada vez más convencido de lo que expongo, tengo claro que Coalición Canaria es imprescindible para que se defiendan los intereses de TODOS los que vivimos en esta tierra, y cuando digo todos, lo hago con mayúsculas. Todos somos los que hemos nacido aquí y los que han venido de fuera pero quieren a Canarias incluso más que los que tienen aquí su partida de nacimiento. Y los hay, y muchos. Y a ellos quiero dirigirme especialmente porque he oído a algunos decir que no pueden votar a un partido nacionalista canario, porque se les hace raro, porque siempre han votado al PSOE o al PP. Si quieren que sus hijos tengan un buen sistema educativo, que dispongan de una sanidad en condiciones o que no sea imposible encontrar un trabajo digno, los que van a velar por ellos en el Congreso o en el Senado somos los representantes de Coalición Canaria, porque entendemos lo que dicen; porque lo estamos viviendo igual. Yo también tengo una hija pequeña, y no es la niña de Rajoy; tengo una hija que quiero que crezca en una Lanzarote mejor de la que yo me encontré, en una Canarias con muchas más oportunidades de las que hoy en día nos ofrece el Estado. Entiendo a esos padres y madres que sufren cada mes para que sus hijos estudien fuera, porque ni Pedro Sánchez, ni Albert Rivera, ni Mariano Rajoy ni Pablo Iglesias saben que en Lanzarote no tenemos universidad, que no tenemos siquiera un pequeño campus universitario, y con una población que llega ya casi a las doscientas mil almas nos vemos obligados a enviar a nuestros hijos, cuando todavía tienen edad para estar pegados a su familia, a buscarse la vida a muchos kilómetros de distancia, en ocasiones a miles de kilómetros de distancia.

En definitiva, si quieren que alguien fiscalice a estos "candidatos" de farándula televisiva, les pido que nos den una oportunidad, y quizá en el próximo debate oigan hablar de Canarias.

 

Por Oswaldo Betancort,  número dos al Congreso por Coalición Canaria 

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