"Menos caciques y más Manriques"

Santiago Ramos Niz
14 de junio de 2024 (20:12 CET)

Ya hace dos meses de aquel veinte de abril histórico , donde en esta ocasión los ciudadanos canarios se reunieron, no para recordar aquella pegadiza canción de los Celtas Cortos, sino para luchar por lo que es su tierra, que cada vez más es convertida en un parque de atracciones dedicado al turista. Algo que ya preocupaba al pintor grancanario Manolo Millares, y que dejaba constancia de ello en una de las numerosas epístolas que compartió con su gran amigo César Manrique en donde en sus propias palabras escribía: “...Tengo miedo. Lo tengo de no encontrar un día esa especie de paraíso irreal, o de encontrarlo inundado de personajes extraños rubicundos, y de viejas paraliticas escandinavas...” (carta de Manolo Millares, Carta ... , diciembre de 1968 ), donde de alguna forma se trataba de una sentencia a lo que sesenta años pasaría en el archipiélago.

Y es que el 20A, ya no sólo será recordado por el estribillo de una canción ,sino el día del alzamiento de un pueblo cansado de ser visto por aquellos por los que son gobernados como simples títeres que puedan ser controlados. Y es que erróneamente mucha gente ha llegado a pensar que se trata de movilizaciones en contra del turismo pero lo que realmente se busca es frenar la masiva cantidad de los mismos, y que con ella llegue una destrucción total de lo que en algún momento hizo únicas a las islas, y que si no se frena esta bola de nieve se convertirán en cualquier resort del mundo.

Ya esta defensa era divulgada por Cesar Manrique, en aquel triste papel con titulo desolador "Lanzarote se muere", en el dejaba claro el mensaje de activismo que tanto marcó sus últimos años, viendo como su obra maestra era atacada por terroristas que como arma usaban excavadoras, para lograr solo un beneficio monetario: "....están aniquilando el amor que había en un principio. Lo único válido para ellos es el éxito de vender en masas y ganar millones...” (César Manrique, 1986). Algo que se vería en las manifestaciones en Los Pocillos, en el que movilizó al pueblo conejero a parar el desastre de la construcción del hotel en la playa del mismo nombre y que marcaría un antes y un después en la historia de la Lanzarote,, donde jóvenes y mayores lucharían por el bienestar y futuro de la isla

Ahora bien, esta lucha no será por medio de una movilización la que garantizará este cambio, habrá que seguir luchando, para que por fin los lemas “Canarias tiene un límite” y “Canarias no se vende”, sean escuchados por los responsables de lo que está ocurriendo porque cuarenta años atrás se logró ahora que somos más, y tenemos más medios convirtámonos en los nuevos luchadores, contra los que Manrique llamaba "especuladores” . Luchemos por aquello que tanto costó construir no se convierta en un bosque de hormigón, luchemos por lo que son nuestras islas, luchemos por nuestra identidad, como dijo el cantante Carlos Bruñas, Cruz Cafuné, “por orgullo, porque es nuestra puta casa” .

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