¿Podría Unidas Podemos quedarse sin representación en la Asamblea de la Comunidad de Madrid, en caso de obtener menos del 5% de los votos en las elecciones del próximo 4 de mayo? El mismísimo Pablo Iglesias acaba de develar el misterio al anunciar su candidatura en una jugada arriesgada que ha vuelto a poner de los nervios al polo opuesto del tablero político. El movimiento está bien jugado, pero, con el debido respeto, creo que en realidad obedece a la necesidad que tiene Unidas Podemos de intentar sobrevivir.
En perfecta comunión con la extrema derecha, la antigua comunity manager de la mascota de la ex lideresa popular ha ido creando un caldo de cultivo propicio a sus intereses, guisado con los ingredientes de la mentira, el odio, la crispación y el enfrentamiento. Sin recato alguno, se ha montado un procés a la madrileña, una suerte de agitación constante en el corazón del país alimentada con el desprestigio de las instituciones del Estado y del sistema democrático. Es el nuevo rostro del ultranacionalismo español.
La guinda no es menos delirante. El PP madrileño ha convocado elecciones y se ha entregado a la extrema derecha, mientras Cs resiste como puede la opa hostil lanzada por los populares y la ultraderecha. Como se preveía, el PP madrileño ha consumado su proceso de voluntario aislamiento y de auto exclusión, por lo que ya sólo sumaría con la extrema derecha si aspira a gobernar en Madrid. De semejante viraje sin retorno sólo cabe esperar que el PP acabe siendo fagocitado por los genuinos herederos del franquismo y el post fascismo 2.0.
Este es el escenario que nos han impuesto a los progresistas y, por adverso que se presente, es el contexto en el que vamos a desenvolvernos para mandar a la oposición a la trumpiana madrileña y al resto de su séquito. Para afrontar con éxito el desafío, el PSOE no propone un triple salto mortal sin red, sino la receta fiable que significa Ángel Gabilondo, un político de talla contrastada quien, junto a un equipo solvente, formula el retorno de la política para expulsar a los alborotadores de la convivencia del gobierno de Madrid.
Ángel Gabilondo ganó las elecciones hace dos años y las volverá a ganar ahora. Lo hará la misma persona, el licenciado en Filosofía y Letras, catedrático de Metafísica y rector de la Universidad Autónoma de Madrid. Lo hará quien fuera ministro de Educación del Gobierno de Rodríguez Zapatero, el apasionado de la escritura y el lector de Kant, Platón y Hegel. Frente a la barbarie actual, Ángel Gabilondo aporta serenidad, experiencia, reflexión, sosiego, diálogo y talla intelectual, política y humana.
Sí, Ángel Gabilondo es el antídoto para volver a ganar en Madrid y con las mismas armas de entonces: el pozo y el fondo de un profesor amante del compromiso público. Gabilondo es un candidato real frente al marketing vacío de contenido de la ultra derecha y la derecha extrema. Es un candidato maduro, equilibrado, responsable y que busca consensos. La batalla de Madrid se libra en primavera con una gran movilización y tres argumentos: la palabra, la política y la razón para llenar las urnas de las profundas convicciones democráticas que porta la izquierda sensata y transformadora.
Fco. Manuel Fajardo Palarea, senador del PSOE por Lanzarote y La Graciosa.