Guerra, de apellido, hay tantos como contiendas bélicas han acontecido en el mundo. De Juan Luis – Guerra –, y su ¡qué llueva café en el campo!, a nuestro admirado Alfonso, que tuvo tiempo de cambiar España con Felipe. También los hay en Teguise, donde junto con el compañero Jaime Salvador, concejal en el Ayuntamiento, tenemos a uno de los personajes más interesantes que ha dado nuestro Municipio: Ángel Guerra.
Escritor, periodista y político, en 1874 fue bautizado con el nombre de José Betancort Cabrera, si bien recurrió al seudónimo de Ángel Guerra cuando de escribir se trataba. Hasta en eso demostró su talento, adoptando el nombre que diera título a una novela de del autor de los Episodios nacionales o Fortunata y Jacinta, un “tal” Benito Pérez Galdós, del que además fue amigo. Pues si siempre han habido destacados seudónimos, que se lo pregunten al mencionado “Isidoro” Felipe González Marques, más aún en literatura, donde Sthepen King se llamó durante años Richard Bachman, o a Ricardo Eliécer Neftalí, al que conocemos por su “me gustas cuando callas porque estás como ausente” que firmara como Pablo Neruda.
Notas comunes, el talento y los seudónimos, que concurren en la persona de José Betancort “Ángel Guerra”, al que incluso dedican una de las calles principales de La Villa, rotulada con su nombre real, y a la espera de una leyenda o código QR que informe a todo curioso de sus méritos, éxitos y logros. Pues muchos desconocen su trayectoria política, como primer diputado nacional en las Cortes por Lanzarote, o el dominio de las letras con relatos como Cariño Eterno, Al jallo, Las paces, etc., salvo que te llames Zebensuí Rodríguez Álvarez y le dediques “La Lapa y otros relatos seleccionados”, de la editorial clásicos remotos.
Tanto lo conoce, que en la presentación de esta obra en el Palacio Spínola de La Villa, sumó a la habitual brillantez de su oratoria, la reivindicación compartida de que el Día de las letras canarias para 2021 – siempre el 21 de febrero en honor del fallecimiento de José Viera y Clavijo – tenga el nombre, por una vez, de un escritor lanzaroteño. Pues, los Ángel Guerra, Leandro Perdomo, Benito Pérez Ármas… esperan desde 2006 a poder compartir protagonismo con José de Viera y Clavijo (2006), Bartolomé Cairasco de Figueroa y Antonio de Viana (2007), Benito Pérez Galdós (2008), Mercedes Pinto (2009), María Rosa Alonso (2010), Tomás Morales (2011), Pedro García Cabrera (2012), José de Viera y Clavijo (2013), Agustín Millares Sall (2014), Arturo Maccanti (2015), Pedro Lezcano (2016), Rafael Arozarena (2017), Pino Ojeda (2018), Agustín Espinosa (2019) y Josefina de la Torre (2020).
Va tocando que un próximo 21 de febrero se recuerden las letras de Guerra y su inestimable aportación a la literatura canaria, más aún en el setenta aniversario de la marcha de José Betancort: “Ardía en rabia al ver que los pescadores de Arrieta, acampados también en la costa septentrional de La Graciosa, corrían codiciosos, a golpe de remo o a todo trapo, hasta la amplia ensenada, al abrigo del cantil trágico de los riscos de Famara” (Días de Soledad, incluido en el relato Al jallo). Que así sea.
Marcos Bergaz, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Teguise.