Riesgos "asumibles". Ése es el término que utiliza Repsol para referirse al peligro que entraña su actividad petrolífera. ¿Pero "asumibles", para quién? Obviamente, para la compañía, seguro. Y quizá también para ...
Riesgos "asumibles". Ése es el término que utiliza Repsol para referirse al peligro que entraña su actividad petrolífera. ¿Pero "asumibles", para quién? Obviamente, para la compañía, seguro. Y quizá también para España. Incluso para Gran Canaria, donde muchos empresarios sueñan ya con los negocios que podrían hacer si se extrae petróleo frente a Lanzarote y Fuerteventura. Pero la pregunta, es inevitable: ¿por qué tienen que asumir los lanzaroteños o los majoreros esos riesgos?
Desde la compañía, que ha cambiado de estrategia y la pasada semana estuvo de ronda por las islas para defender las bondades de su proyecto, lo comparan con volar en avión: "Todos sabemos que puede haber algún avión que tenga un accidente, pero son riesgos asumibles por la mayoría de nosotros", señalaba a La Voz uno de los directivos de Repsol. Además, insistía con ese ejemplo, al hablar de las medidas preventivas que se adoptan ante posibles incidentes. "Es como cuando vas en avión y ante un problema te tienes que poner el chaleco salvavidas o la mascarilla".
Con este ejemplo pretendían lanzar un mensaje de tranquilidad, pero lo cierto es que puede tener muchas lecturas. Desgraciadamente, Canarias conoce muy de cerca lo que es una tragedia aérea, y no hay que irse demasiado lejos, ya que las heridas del accidente de Spanair todavía están abiertas. Es cierto, no es habitual que suceda, y la mayoría de los canarios tiene que utilizar habitualmente el transporte aéreo. Pero lo hacen para cubrir una necesidad, en este caso de desplazarse. Sin embargo, ¿qué necesidad tienen de asumir los riegos del petróleo?
En definitiva, lo que nos están diciendo desde Repsol es que nos van a subir a un avión durante 20 ó 30 años, que es el tiempo que estiman que podría durar la fase de extracciónde petróleo. Y durante esas dos o tres décadas, ¿tendrán que tener en estas dos islas los chalecos salvavidas y las mascarillas a mano, por si acaso?
Puede que no pase nada, es cierto. Pero también es cierto que los derrames son algo mucho más habitual de lo que la compañía quiere admitir. No todos son catástrofes, pero cualquier pequeño vertido sería "inasumible" para dos islas que viven del turismo y son además reservas de la biosfera. Pero claro, Repsol tiene una dimensión muy distinta de lo que es asumible y lo que no.
Según ellos, el último derrame que tuvieron en Tarragona, hace poco más de un año, "sólo fueron 30 ó 40 barriles" de petróleo. Traducido al cristiano, entre 4.470 y 6.360 litros vertidos al mar. Un año antes, habían tenido otro derrame en la misma plataforma. Según ellos, "siete u ocho barriles", "cosas muy puntuales y menores". "Como con el coche, si se te cae una mancha de aceite en el garaje". ¿Pero qué clase de coche tiene esta gente?
No fue su única referencia a los coches en la visita que dos representantes de la compañía realizaron a La Voz de Lanzarote. Tras hablar del último vertido en Tarragona, aseguraron que el director de Repsol había visitado la zona poco después, anunciando que reemplazarían la estructura existente para instalar un "Ferrari de las plataformas". ¿Y aquí qué traerían, un Ferrari, o un 600? ¿Cuántos derrames son necesarios para conseguir la "gama alta"?
En Argentina, la respuesta está clara. Al responder a la noticia publicada por este medio, de que Repsol provocó casi 7.000 derrames en cinco años, intentaron minimizar el dato, aclarando que la inmensa mayoría de esos vertidos fueron en este país de Sudamérica. Y su "excusa", es que allí están asociados a una empresa local. Vamos, como si la cosa no fuera con ellos, pese a que siguen teniendo más del 50 por ciento de esa sociedad. ¿En Argentina con qué trabajan, con carretas?
Eso sí, mientras admiten que no operan igual en todos los países, tampoco pierden la oportunidad de utilizar el discurso del miedo a Marruecos. No llegan al "si no lo sacamos nosotros lo van a sacar ellos", porque son técnicos y saben que eso es una falacia (estamos hablando de zonas y bolsas de petróleo distintas), pero sí dejan caer que se están haciendo prospecciones en toda la costa marroquí. Un argumento que ya se usaba hace ocho años, cuando se pararon las prospecciones frente a Lanzarote, y hasta ahora no ha salido un solo litro de petróleo de la zona de Marruecos. Y aunque realmente lo hubiera y simplemente no lo hayan encontrado aún, ¿qué justifica eso? ¿Cómo lo van a hacer ellos, vamos a multiplicar el riesgo, haciéndolo aquí también y mucho más cerca?
Desde luego, frente a la estrategia del silencio que venían usando hasta ahora, es de agradecer que dos responsables de la compañía vinieran a la isla y atendieran las preguntas de este medio durante casi dos horas. La charla sirvió para despejar dudas y para confirmar lo que ya se intuía. Es decir, que sí que hay riesgos, por más que José Manuel Soria dijera lo contrario; y que en cuanto a los hipotéticos beneficios, en todo caso, se verían dentro de varios años, cuando empezara la fase de extracción, y llegarían fundamentalmente al puerto de Gran Canaria y a determinadas empresas de las islas capitalinas. Pero sobre todo, ese encuentro sirvió para terminar de convencernos. Eso sí, de un rotundo NO.