Hoy todas somos AFGANAS

Juani Alemán Hernández
18 de agosto de 2021 (17:56 CET)

Zahra Joya, de 28 años, a pesar de trabajar, en una web donde cuentan historias sobre mujeres afganas, se ha encontrado con que era la única mujer en una redacción. "Era un entorno de soledad, dominado por hombres que tomaban las decisiones sobre qué noticias eran importantes y cuáles no", afirma. Las noticias las deciden los hombres, la sociedad, se presenta como que la mujer tiene poder, pero no es así.

Si una niña o una mujer es violada; nunca se hablará de como es la vida de esas victimas. Las primeras perseguidas son ellas, las periodistas. No podemos mirar hacia otro lado, los fundamentalistas le niegan el derecho a reír en público , después de 20 años han conseguido, progresos en derechos y libertades, y ahora los talibanes, con su instauración de un régimen radical y cavernícola, las devuelven a un patriarcado absurdo. No podemos cruzarnos de brazos, se llama derechos humanos.

Como mujer no puedo soportar este caos humanitario, y ese hacer desaparecer y mutilar a las mujeres. Niñas que no irán a una escuela y que serán violadas y obligadas a casarse con un hombre 30 años mayores que ellas. No solo las taparán con un burka, sino que les taparán la vida.

No puedo comprender ni entender este asesinato en masa. Es una responsabilidad mundial y no podemos cerrar los ojos; nosotras que vivimos con comodidades, que nuestras niñas tienen un futuro con respeto ante la sociedad, que nos preocupamos por no tener el cargador de un móvil o si la crema antiarrugas es la mejor, ahora no podemos dejarlas, ellas nos necesitan. Si las borran a ellas, nos borran a todas.

Estoy desolada y frustrada porque no comprendo esta masacre. Padres que no podrán ni defender a sus hijas porque los matarán. No puedo ni por asomo pensar, que mañana no me dejen desempeñar mi puesto de trabajo, que me encierren en casa; que no me asomen ni los tobillos al aire y si escucho algo divertido; haga el esfuerzo de no reír, que a mi niña se la lleven unos locos; y le destrocen su vida.

Todas, tenemos que apoyarlas y poner el grito bien alto para que vuelvan a ser personas, y mujeres. 

Lograron la igualdad en 1964, y en 1990 los talibanes se la robaron, cuando estalló la guerra civil. Aún dudan de donde y cómo irán a trabajar las mujeres.

Arrasan vallas donde se publiciten las mujeres, se trata de que no estén más.

Humildemente, les hago un llamamiento a todas, pensemos que en cada una de ellas, estamos reflejadas nosotras y no podemos abandonarlas. ¿Para qué nacer? Si antes de balbucear me tapan la boca.

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