Empiezo aclarando que esta reflexión va dirigida, principalmente, a todos y cada uno de los usuarios del Centro de Salud de Haría. Un servicio sanitario pequeño, como las consultas de esos antiguos médicos de pueblo que repetidamente se refiere mi compañero y admirado Fernando Jiménez, médico de Teguise. En esta consulta, como todos pueden imaginar, no sólo se pasa revisión médica o se atiende las cada vez más numerosas urgencias, sino que se escucha la realidad social de cada uno de los vecinos y vecinas del municipio. Los Centros de Salud o Consultorios Médicos son parte de los palacios del pueblo.
Me he pasado estos últimos tres años auscultando tanto el cuerpo de mis pacientes como el estado de ánimo de los residentes en Haría. Como sanitaria no puedo ser ajena a la realidad del municipio donde ejerzo mi profesión, puesto que estaría alejándome de una de las causas de enfermedad y malestar: el entorno donde se vive.
El entorno, la localidad, el pueblo o el municipio donde se vive, determina prácticamente al 90 por ciento la calidad de vida de las personas y sociedades. Vivir en pueblos cuidados o descuidados, con mejores o peores servicios, con accesibilidad o no a los recursos públicos, con muchas o pocas zonas de sombra y biodiversidad, o con gran o escasa capacidad de desarrollo económico, incrementa o disminuye la esperanza de vida de la ciudadanía.
Pero lo verdaderamente fundamental para la calidad de vida de los vecinos es la gobernanza. Se trata del estilo, la cultura y el sistema político que hace que se tomen de una forma u otra las decisiones públicas que nos atañen a todos y todas. La gobernanza no es el gobierno entendido como la toma del poder por el poder, sino la forma en cómo se ejerce ese poder.
Si una comunidad mantiene una gobernanza deficiente, poco democrática, incapaz de asumir los asuntos de interés general, bloqueada, corrupta o clientelar, entonces el pueblo, la ciudad o la sociedad tienden al deterioro. No hay mayor mal que una gobernanza que rema en contra del interés general.
Y eso es lo que yo, como doctora de ese palacio del pueblo que es el Centro de Salud de Haría, he notado en estos años. Unos vecinos desganados, angustiados, crispados e, incluso, desmoralizados, a consecuencia de una forma de entender la gobernanza municipal por parte de los actuales representantes políticos alejada de los retos y anhelos del pueblo norteño. Es por ello, y por tres cuestiones más que explicaré a continuación, que doy un
paso a la actividad pública como forma de aportar mi granito de arena a este pueblo que me ha acogido con tanto cariño.
En medio de esta sensación de incertidumbre me llamó la atención la propuesta de Nueva Canarias de incorporar un Servicio de Atención Continuada 24 horas en el Consultorio de Mala y dotar a la ambulancia de Soporte Vital Básico de Arrieta de un enfermero médico, pasando a ser una ambulancia Sanitarizada. Esta propuesta, que como saben fue aprobada en el Parlamento de Canarias el pasado 27 de julio por unanimidad de la Cámara autonómica, me resultó sumamente interesante no sólo porque ponía el foco en un asunto de interés general básico en el norte de Lanzarote, la mejora en la asistencia sanitaria urgente, sino porque se alejaba de la crispación de la política local enterrada en la banalización de la gobernanza mal entendida.
Otro elemento importante para tomar tal decisión fue el portavoz local del proyecto de NC en Haría, Marcos Lemes. Marcos es paciente mío, y ya conocía su valentía y empatía para con las personas después de ese trágico naufragio en la costa de Órzola donde él y un grupo de vecinos tuvieron que lanzarse al mar para rescatar a esos seres humanos que se ahogaban buscando llegar a tierra. No es fácil en estos momentos, y lo dice una persona emigrante, encontrar gente que estén dispuestas a poner su vida por delante para salvar otras. No es fácil tirarse al mar en la oscuridad. Y lo que es sumamente difícil es llevar en tus recuerdos a aquellos que no pudiste salvar. Marcos representa bien esa forma en la que considero se debe ejercer cualquier actividad pública, poner hasta tu cuerpo por las personas, sean estas del color que sean, vengan de donde vengan, y hablen como hablen. Personas igual que tú y yo.
Por último, el proyecto Isla-Hogar y Cuidar el Norte. Me dejó perpleja el hecho de que un partido político local utilizara de forma constante las ideas de “cuidar”, “hogar”, “amable”, “sanar” o “proponer”. Mi percepción de la política giraba en torno a semánticas sumamente distintas como “batalla”, “crítica”, “crispación”, “egoísmo” o “personalismo”. Cuando Yoné Caraballo me habló del proyecto colectivo de Isla-Hogar como ideal de isla, supe que, si daba el paso a la representación pública, lo daba con ellos y con el pensamiento que me ha acompañado toda mi vida, el de cuidar.
Y aquí me encuentro. Entre mi consulta médica donde intento sanar al quien entra por la sala; y la convicción de que las ideas que desde Nueva Canarias proponemos son las más sensatas para sacar de la inestabilidad, el desorden y el bloqueo a este maravilloso municipio y pueblo de Haría.
Por ello, y por el respeto a todos y todas las vecinas, y porque sé que merecen más y mejor futuro, estaré acompañando a Marcos Lemes y a todo el equipo
en la candidatura de NC a la Alcaldía de Haría para las próximas elecciones locales de mayo de 2023.
Para que Haría sí tenga quien la cuide.
Yamirka González, doctora de familia en el Centro de Salud de Haría y miembro de NC Haría.