El genocidio hídrico de Israel sobre Palestina

Manuel Plasencia
7 de noviembre de 2023 (15:42 CET)

En estos momentos caen bombas asesinas sobre Gaza y Cisjordania en una brutal carnicería que no tiene nada que envidiarle a la barbarie de los nazis. Israel, con el apoyo de los delincuentes de la autodenominada comunidad internacional, masacra a los habitantes de las zonas ocupadas en forma inmisericorde. Su objetivo eliminar físicamente al pueblo palestino en un proceso de genocidio planificado que lleva 75 años, desde su fundación como estado, construido sobre la ocupación del territorio palestino.

El genocidio se define en el derecho internacional como el asesinato deliberado de personas de un determinado grupo nacional, étnico, racial o religioso, con la intención de destruir al grupo, ya sea total o parcialmente. Su principal rasgo es precisamente la intención del crimen sea, no solo infligir daño a un grupo, sino eliminarlo completamente.

Pero existe otro tipo de genocidio. El del agua, impuesto por el Estado de Israel sobre Palestina. Si ya era terrible que el gobierno genocida controlara el suministro del agua en la zona como creyera conveniente, ahora el ejército israelí ha atacado los pozos e infraestructuras palestinas, aumentando aún más la escasez de agua que sufren los habitantes de Gaza y Cisjordania.

Recordemos que en 1948, estalló la guerra árabe - israelí entre otras razones, porque Israel no tenía en su territorio recursos hídricos para sobrevivir ni desarrollarse. Dos décadas más tarde, con la Guerra de los Seis Días (1967) y la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza, Israel comenzó una política hidrológica que ha llevado al límite a la población de los Territorios Palestinos Ocupados.

Estos días estamos viendo, como ya hay niños bebiendo agua del mar ante la falta de agua potable, el efecto para las personas que consumen agua salada a niveles sobre las normas de seguridad durante muchos años, conduce a una acumulación de sustancias químicas en el cuerpo que puede causar enfermedades crónicas como el cáncer, problemas hepáticos, insuficiencia renal y problemas reproductivos.

El derecho a la defensa del Estado de Israel, nada tiene que ver con el comportamiento criminal de condenar a la tortura de la sed ni un solo ser humano; ni puede aceptarse derecho a la defensa alguno cuando estamos ante el asesinato indiscriminado de civiles mediante los incesantes bombardeos.

Quiero finalizar con las declaraciones de Philippe Lazzarini, comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, cuando explicaba la grave situación que se está viviendo en Gaza en referencia a la crítica crisis humanitaria provocada por Israel: "Gaza está siendo estrangulada y parece que el mundo ha perdido su humanidad. Si nos fijamos en la cuestión del agua -todos sabemos que el agua es vida-, Gaza se está quedando sin agua y Gaza se está quedando sin vida".

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