Dolor

4 de diciembre de 2024 (10:21 CET)

Empiezo una frase al azar para que la desarrollen los niños: “El árbol era rosa y…”. Muchos llenan sus ramas de golosinas, otros creen que es primavera.  

Y pienso que estoy en la FIL de México, en Madrid, o en cualquier avión, en cualquier nube. No es sencillo pensar cuando casi no has dormido y te medicas con benzodiacepinas y antidepresivos constantemente.  

No es sencillo cuando en menos de un mes has tratado de suicidarte dos veces y la  causa por mucho que intentas pensarla, descubres, es exterior a ti.  

Hoy nadie podría denunciar por violencia psicológica, -sí, la que más duele-; ni relatar  -aunque esto último si las fuerzas lo permiten podría acabar en un libro- a un alto  mandatario internacional. 

Ya puede él haberte tratado como te haya tratado, haberte prometido lo que prometió, haberte mentido todo lo que mintió. Ya puede sacar fotos de tu barrio y esconderte donde vive él, ya puede tratarte mal aun sabiendo que salías de un maltrato anterior. 

Se puede relatar o luchar entre nosotras, lo que yo creo que está empezando a  suceder y sucederá. Y no. No me refiero a publicaciones en redes sociales. Si tratas de decir algo, o simplemente has tratado de notificar de modo privado a su  organismo que estén atentos a su protocolo interno de violencia de género,  rápidamente se activará una red de señores “cinturón protector” en alusión a Lakatos  y Feyerabend. 

Esos señores te acusarán de crear un “conflicto internacional” y el policía- hombre de la UFAM, te dirá que, siendo tan lista, filósofa y escritora, ¡cómo no te diste cuenta! Nuestra inteligencia es la base. Cómo podemos ser tan tontas de caer en manos de señores así, sobre todo si te doblan la edad – lo cual por supuesto hace pensar que eres una buscona y le querías por dinero sobre todo, si te invitan o si te dejas querer. Porque lo que para nosotras es querer y  afecto de verdad, otros pueden pensarlo de otra forma. 

Un país no avanza si no tiene un feminismo común, porque el feminismo es base también de toda democracia desde la Ilustración. 

Cuando se debate sobre LGTBI+Q “o no”, llama poderosamente la atención que nadie hable del debate y la contraargumentación- está sin traducir al español, sí, pero ¿de verdad ninguna ministra de igualdad haría el esfuerzo de leerlo? -entre Martha  Nussbaum y Judith Butler. 

¿Acaso se debatió como en Estados Unidos ese debate en el último Congreso? Necesitamos profundidad para entender.  

¿Acaso la violencia psicológica y el abuso de poder sobre las mujeres por partes de altos mandatarios es un asunto menos? 

¿Tal vez no se atrevan? ¿No es llamativo que solo nos estemos atreviendo nosotras?

Trato de corregir las redacciones sobre el árbol rosa de los niños. Una niña habla de  amor, otra de desamor. 

Las historias de ellas son mucho más desgarradoras y solo tienen 12 años. Escribo una frase de Virginia Woolf en la pizarra.  

Sé que estoy en lo cierto. No estamos locas. Algún día se darán cuenta. Algún día ganarán los frágiles. Solo Cervantes lo intentó. 

Nos faltan aún, y a pesar de los grandes progresos de Occidente, más de cuarenta  años. 

Mi dolor, ese dolor, no depende de mí. Y créanme, eso es a veces lo que más duele. 

 

LO MAS LEÍDO