Actualmente, existen en el mundo 1800 millones de jóvenes entre los 10 y 24 años de edad. Es la población juvenil más grande en nuestra historia.
Sin embargo, más de la mitad de los niños y adolescentes de entre 6 y 14 años no saben leer o no tienen conocimientos básicos de materias como matemáticas, a pesar de que la mayoría de ellos asisten a la escuela.
Esta crisis global en el aprendizaje amenaza con fuerza la educación de nuestra juventud. Por ello, debemos centrarnos en ejecutar políticas tendentes a conseguir una educación más inclusiva y accesible para todos los jóvenes. Tal y como exige el objetivo número cuatro de la Agenda 2020 para el Desarrollo Sostenible, debemos centrar nuestras políticas en "garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos".
De tal forma que, entre todos, desde la Administración Local hasta la Estatal, deberemos aportar nuestro granito de arena para poder transformar la educación en una herramienta fundamental, equitativa y que cumpla el principio de igualdad de oportunidades.
Una educación inclusiva y accesible es crucial para poder lograr el desarrollo sostenible y poder desempeñar, además, un papel clave en la prevención de conflictos. La educación es, por tanto, un factor que potencia el desarrollo, dado que es fundamental para acelerar el progreso, desde la erradicación de la pobreza, a la salud, la igualdad de género, el trabajo decente y el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, etc.
No olvidemos, que la educación es la base del futuro y ese futuro dependerá de las políticas que ejecutemos en el presente. Por ello, es fundamental dedicar a la educación el reconocimiento que se merece en beneficio de nuestros jóvenes.
Antonio Maldonado, vicesecretario de Políticas Educativas de NNGG de Lanzarote