Lanzarote no es solo nuestra casa; es un paraíso único que nos conecta con nuestras raíces y nos proyecta hacia el futuro. Somos habitantes de una isla privilegiada en la que es vital protegerla cada día, con pequeños gestos, porque cuidar de Lanzarote no es una opción, es una responsabilidad ineludible.
Las administraciones locales, como el Ayuntamiento de San Bartolomé, estamos firmemente comprometidas con la preservación de nuestro paisaje y del paisaje urbano del que somos parte. Esta filosofía es la que intentamos llevar a cabo desde la municipalidad, con políticas que fomentan el respeto por el paisaje, la promoción de prácticas sostenibles y la protección de nuestro legado natural.
La sostenibilidad no se alcanza con declaraciones grandilocuentes, sino con acciones concretas, algunas de ellas, muchas veces, desde el silencio y el trabajo callado. Desde la reducción del uso de plásticos, el impulso de la economía circular y el uso eficiente de los recursos, con la apuesta de la economía local y recursos de proximidad que reducen la emisión de CO2, hasta la educación ambiental en nuestras escuelas y la apuesta decidida por energías renovables, debemos caminar de la mano hacia un modelo que respete los límites de la isla que queremos.
Las administraciones locales estamos llamadas a liderar este cambio, pero no podemos hacerlo solas. Necesitamos el compromiso activo de quienes viven y trabajan en esta tierra, además de exigir con firmeza a quienes tienen competencias en este ámbito que asuman su parte. La insularidad de Lanzarote impone desafíos específicos como afrontar la reducción y tratamientos de residuos, porque actualmente, la recogida de cartón, plástico y vidrio, competencia de la administración insular, no está funcionando de la forma más eficiente y resulta vital abordar esta problemática.
Solicitar y demandar más recursos no es un acto de queja, sino de responsabilidad. Es hora de legislar con visión de futuro, de promover el transporte sostenible e impulsar incentivos para las energías limpias y eficientes. Aunque no podemos mirar a otro lado sin practicar con el ejemplo, desde aquí, desde lo local.
En nuestro municipio lo estamos intentando con iniciativas como la ordenanza estética con la que hemos podido regular los aspectos y condiciones estéticas de las edificaciones de forma que se resalte y se ponga en valor la belleza y singularidad de Lanzarote. Un hecho que no ha pasado desapercibido, pues en una de las charlas de expertos y conferenciantes TEDx ULPGC, han resaltado esta normativa como un claro ejemplo de corresponsabilidad con el medioambiente.
La acción y la perseverancia también nos ha conducido a reclamar y clarificar las competencias para que se puedan superar escollos y que se actúe definitivamente en edificaciones e infraestructuras que, además de ser un eminente riesgo para la seguridad, también son un recordatorio permanente de la huella humana con un alto impacto en el paisaje, como la antigua discoteca Maui o la instalación en desuso del parque eólico de Montaña Mina.
El camino hacia un futuro sostenible requiere avanzar de forma conjunta. Desde las administraciones y desde la población a edades tempranas con una educación consciente y responsable. Como alcalde de San Bartolomé, reafirmo el compromiso del equipo de gobierno para trabajar por ello. Sigamos la estela de la isla que siempre soñó César Manrique.