Las inauguraciones siempre me han generado algo de dificultad, protocolos que me chirrían y dobles caras que nunca he entendido. Pero quizás hoy ha sido un poco diferente. Y no creo en las casualidades, se trataba del fruto que se recoge después de un buen trabajo realizado.
Es 19 de agosto (cuando estoy escribiendo esto), se ha inaugurado al público la exposición Jugando entre líneas de Tayó: artista Lanzaroteño, concretamente, de Uga. Todo El Almacén se llenó con sus obras generando casi un viaje al centro de sus entrañas. Basada en la vida del artista, se pueden ver diferentes espacios que te transportan a personas, lugares o momentos claves de la vida o como dicen los comisarios que hablan y escriben muchísimo mejor que yo: "Una exposición que no solo persigue dar a conocer y divulgar la obra de Tayó, sino que también pone en valor el significado artístico de su trayectoria y de su trabajo en sí…".
Otro aspecto muy interesante fue ver cómo por primera vez, se encontraban la realidad de lo que nombraban no solo en las obras expuestas, sino representada directamente con el acontecimiento. Se habló de canales intergeneracionales, del diálogo con la memoria, con el paisaje, con nuestro entorno, familia, etc… y allí estaba todo. Artistas de todas las disciplinas, jóvenes y mayores, mujeres y hombres, acudieron y disfrutaron de la recomendadísima exposición.
Y hablando de discurso, quiero destacar en primer lugar el del artista que considero estaba a la altura de la obra visual (aunque algunos se atrevieran a bromear sobre su duración). Me hubiera encantado seguir escuchándolo mucho más. Motivo por el que agendé rápidamente las fechas de las conversaciones y presentación del catálogo que se darán más adelante (13 de septiembre y 31 de octubre respectivamente).
He hablado con muchísimos artistas desde que estoy trabajando aquí en la isla y escuchar un discurso actual y con vistas al futuro me parece súper complicado. Tayó lo tiene. Después de algunas anécdotas que cuenta y bajo un discurso lleno de honestidad, habló de un Lanzarote diferente. Comentaba la idea de la isla como borde y no como periferia. Término con el que volvió a dar la potencialidad a una isla llena de “miseria” (y aclaró que no culturalmente) de ser centro gravitatorio del arte, haciendo un buen uso de las herramientas contemporáneas.
Tomemos nota.
En definitiva, ha sido otro tanto que suman las artes plásticas en Lanzarote anotado por David Machado y Lana Corujo, comisarios de la exposición. Lo mejor que están haciendo las instituciones es confiar en profesionales como ellos. Sus discursos en la presentación levantaron aplausos y emociones. Dos artistas que trasmiten honestidad, sinceridad y sobre todo, mucha profesionalidad. Mis palabras para ellos no son diferentes: admiración total por su trabajo. Han abordado el proyecto desde el mimo, el cuidado y el respeto. Dejando egos, y trabando por y para el arte. Una línea de trabajo que admiro.
Recientemente he acabado un libro donde se habla de movimientos que se generan periódicamente en el panorama cultural de Lanzarote. Si ahora se están generando, es gracias a ellos, entre otros. Con personas como ustedes Canarias avanza. Gracias por hablar tan alto y claro.
Por la parte que me toca, me gustaría hacer una última lectura y bueno, dar un poco de lugar a la crítica o reflexión. Y es que creo que tenemos mucho que envidiar, sí. Las artes plásticas nos pasan por goleadas, y siguen sumando puntos. Músicos, artistas escénicos, artistas en general, pongámonos las pilas. Unamos fuerzas, despertemos.