Los que me conocen saben que no soy hombre de andarme con paños calientes cuando hablo de política. En las elecciones de diciembre del año pasado ya dije que no estaba contento con los resultados y que me parecía ridículo que todos los partidos dijeran que habían ganado. En estos meses no he cambiado. A pesar del orgullo que supone para mí que Coalición Canaria haya salido a por todas, como siempre, los objetivos no se han cumplido, y no será porque mis compañeros Samuel Martín y Marci Acuña no hayan dado todo lo que se les podía pedir y más. Los dos, como la organización en Lanzarote, han dado muestras de que tenemos un espíritu y una moral inquebrantable. Y por ahí es por donde debemos seguir, sin que nadie de fuera venga a marcarnos el paso o a tratar de dividirnos.
La presencia este martes en Madrid de José Miguel Barragán y de Fernando Clavijo, que a algunos nos ha llenado de orgullo, es un buen ejemplo de lo que puede ser un partido nacionalista más fuerte. Si con una sola diputada vamos a ser capaces de contribuir a la estabilidad de un país asegurándonos de que los que mandan en la capital cumplen con Canarias, imagínense lo que podríamos hacer con un grupo más fuerte.
Ya en su momento demandé una reflexión en el partido, y ahora quiero aprovechar para volver a hacerlo.
Pero no me voy a quedar con lo de siempre, con la excusa de que en unas elecciones generales la gente en las Islas vota blanco o negro sin darse cuenta de que hay otra inmensa gama de colores por los que apostar. Aunque sea cierto, es lo fácil, y en política lo fácil no suele servir para mucho.
Mi intención y la de muchos compañeros a partir de ahora debe ser la de que Coalición Canaria deje de ser el actor secundario en el que se ha convertido dentro de la política estatal. Queremos y debemos ser protagonistas, y eso pasa por no conformarnos con sacar un diputado o dos lanzando encima las campanas al vuelo. Para ello no queda otra que partir de algo tan básico como que "la unión hace la fuerza". Ahí está la clave del presente y del futuro, porque eso precisamente es lo que nos ha faltado, la unión de todo el nacionalismo, de todo el que se siente nacionalista.
Y que conste que no lo digo por Lanzarote y Fuerteventura, donde hemos destacado por ser dos grupos cohesionados, donde hemos sacado un resultado fantástico en las elecciones locales, donde además fuimos pioneros en defender la unidad de la coalición y en convertirla en un solo partido. Lo digo sobre todo por aquellas islas en las que nos hemos dejado avasallar y hemos permitido que nos quiten un terreno que debe ser NACIONALISTA. Y lo pongo con mayúsculas porque estoy convencido de que Canarias, sus ocho islas habitadas, respiran nacionalismo por todos sus poros.
Creo que es momento de buscar la unidad de todos aquellos que pertenecemos a Coalición Canaria, pero también de otras personas con nuestros mismos ideales y sentimientos por esta tierra que por las causas que sean no han optado por ser parte de nuestras filas, o que han estado con nosotros y las han abandonado. Todos somos válidos cuando queremos el interés de Canarias y no el propio.
Cuando logremos esto, seremos más fuertes que nadie, porque nadie se va a preocupar por defender a este Archipiélago mejor y con más ímpetu que nosotros, y porque los resultados nos darán alas para poder ser fuertes en Madrid, con un grupo potente y sin complejos que sepa que puede jugar duro, sin amilanarse, sin hacer concesiones al adversario.
Entonces, todo irá rodado. Demostraremos donde quiera que estemos, en un ayuntamiento, en el Gobierno autónomo, en el Congreso de los Diputados o en el Senado, que sabemos lo que tenemos que hacer para que Canarias reciba lo que se merece, que es mucho.
Tenemos que dar el paso ya, reunirnos, hablar, discutir, debatir, dialogar, echar pleitos o felicitarnos cuando haya que hacerlo. Lo tenemos que hacer hoy, no mañana. No podemos ser la cigarra que espera al último momento para obtener resultados. Tenemos que ser la hormiga que no para de trabajar para el invierno, y entonces sí seremos lo que nos merecemos.
Creo firmemente en este proyecto, lo voy a defender con ahínco desde La Graciosa hasta El Hierro, junto a todos aquellos que seguimos manteniendo la ilusión. Creo en la unidad de todos los nacionalistas de bien, y estoy convencido de que dejando los personalismos a un lado y las ambiciones personales no habrá quien nos pare. Con la unidad recuperaremos la confianza de mucha gente que ahora desconfía, volveremos a ganar la calle, y volveremos a generar la ilusión que ahora, por razones obvias, se ha perdido.
No es tiempo de lamerse las heridas, hay que tener claro donde hemos fallado, ponernos otra vez el mono de trabajo y buscar todo aquello que nos coloque de nuevo en nuestro sitio.
Coalición Canaria es marca de presente, y será sobre todo marca de futuro.
*Oswaldo Betancort García, alcalde de Teguise