Un baile para las Hermanas Cruz en Casa Saramago

Andrea Bernal, profesora de filosofía y poeta
18 de agosto de 2024 (16:42 CET)

Frente a mí, árboles de “A Casa”, sacudidos por el viento, una ligera brisa para este 17 de agosto, una noche en Tías.

Una amiga escritora que sufre dolor de pies, -a ambas curiosamente nos han informado recientemente de futuras cirugías-, y quien escribe, con dolor de alma , tratando de buscar
una silla para su amiga.

Silencio. Nombres de mujeres en la pantalla. Un poema. El comienzo de un baile sutil. No hay palabras para estas muertes. María y Petra son un baile, pero son el baile a su vez
de todas las mujeres que hemos padecido violencia machista – física o psicológica-. 

La compañía Lolailo lo escenifica a la perfección. Los movimientos se suceden. Hay dos mujeres vestidas de negro y un hombre de blanco.

Observo como un tablero de ajedrez la danza que provoca un temblor ya casi olvidado.

Son las 9 de la noche. Mi amiga es valiente. Mi amiga observa, mi amiga ha sido mi pañuelo muchas veces.

Mi Ondina va flotando. Son casi las 10 de la noche y vamos a irnos. No es una noche sencilla para ninguna de las dos.

Debemos seguir en guardia. Hay aún mucho camino por recorrer. La violencia machista sigue ahí, pero esconde algo peor: La incomprensión y ceguera de aquellos que no quieren
solidarizarse y ver la realidad social de nuestros días, esa actual caverna de Platón que anunció ya Saramago, de aquellos que siguen viendo el feminismo como amenaza o
invención.

Recuerdo la bella película Ancora Domani. Llevo un mes y medio con esa canción de la escena final en mis oídos: A bocca chiusa.

Son las diez de la noche y no puedo escribir una palabra más. Agradecimiento por hacer más visible lo invisible o mostrar la realidad a los ciegos. Agradecimiento a Casa
Saramago, grupo Lolailo, amiga S, y hermanas Cruz, en la memoria siempre.

hermanas cruz
 

 

LO MAS LEÍDO