Arrecife, una joven y vieja ciudad

18 de enero de 2017 (13:06 CET)

 

Las redes sociales y sus recuerdos. Hace unos días Faceboock me recordó un hecho importante a través de una fotografía que colgué cinco años atrás. Esa imagen era un fiel reflejo del inicio de las múltiples reuniones que tuvimos para explicar en qué consistía la aprobación del avance del Plan General de Arrecife.

Hablo ahora de esto por aquello de la autocrítica, porque hacer análisis de lo pasado sirve para reconocer los errores cometidos, y nos ayuda a corregir o mejorar aquello en lo que  claramente hemos fallado.

Aparto la nostalgia y me centro en el presente. Pues bien, en estos momentos el Documento se encuentra en la fase de aprobación inicial, un proceso incierto y sombrío por lo que se deduce de las noticias aparecidas en los diferentes medios de comunicación.

Y es que nos encontramos con el panorama de que las alegaciones que se presentaron en su día frente a la aprobación inicial y que debieron ser resueltas y consecuentemente admitidas o rechazadas, no se contestaron, lo que supone, muy probablemente, que nos volvamos a encontrar en el escenario de una nueva aprobación inicial el documento.

Esto viene a colación de que casi semanalmente tenemos que leer o escuchar en medios de comunicación los problemas que acarrea el continuo crecimiento de la ciudad frente a un casco histórico que ni se renueva, ni se conserva, lo que conlleva la consecuente degradación, y en ocasiones la desaparición de espacios valiosos de Arrecife. 

La necesidad de que el Catalogo de Protección Arquitectónica vea la luz es ya urgente porque hay edificaciones que requieren sin ningún tipo de dudas ser protegidas y encontramos otras, que debido a su estado, será casi imposible recuperar. Para actuar, para poder resolver un problema que se ha hecho cíclico y endémico, se requiere la finalización del Documento, porque sólo con él, se podrá dotar de fundamento jurídico a los informes técnicos que permitan en algunos casos la rehabilitación y en otros la demolición de los edificios. 

Al igual que la necesidad de completar ese Catálogo, el Ayuntamiento tendrá que presupuestar las ayudas necesarias  para la restauración o rehabilitación de inmuebles dado su carácter histórico o su valor arquitectónico. Es más, incluso desde el propio Cabildo insular habría que dotar con fondos las acciones para dicho cometido entendiendo que es urgente que la Capital de la isla, como ocurre en la mayoría de las ciudades europeas, conserve, atienda y restaure sus edificios históricos.

Un sueño que ahora parece muy lejano, sería el de flexibilizar la norma para permitir el cambio de uso de esas edificaciones y que sea posible realizar cualquier tipo de actividad en ellas al igual que se ha hecho en otras Islas de nuestra Comunidad Autónoma, y en las que vemos marcas comerciales notoriamente conocidas enclavadas en edificios emblemáticos, lo que nos permite disfrutar del inmueble al mismo tiempo que tenemos una experiencia comercial o culinaria.

En este momento y debido a la situación de nuestra Ciudad, se hace más necesario que nunca el que los partidos políticos representados en el Ayuntamiento de Arrecife tengan altura de miras. No es mucho pedir, que ahora, a mitad de mandato, piensen que debido a los plazos, a los procedimientos, se hace necesario agilizar los tramites, poner empeño en que culminemos un proyecto que estructurará Arrecife; sus barrios, su espacio público. De  lo contrario nuestra ciudad perdería otros cuatro años y la sumiremos en la espera agónica de otras elecciones para ver ¿por fin?, y si la suerte así lo permite, a un grupo de Gobierno que  sea responsable y cumpla con todos y todas los vecinos y vecinas de nuestra capital.

José Montelongo (Ex–Alcalde de Arrecife)

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