A todos y todos los políticos y políticas pagamos un sueldito de decenas de miles de euros al año, más gastos de reunirse para conspirar a favor o en contra de alguien (o de casi todos). Parece demasiado simple creer, aunque ...
A todos y todos los políticos y políticas pagamos un sueldito de decenas de miles de euros al año, más gastos de reunirse para conspirar a favor o en contra de alguien (o de casi todos). Parece demasiado simple creer, aunque sea posiblemente compartido por muchas personas, que "todos los políticos son corruptos"; es una frase hecha que tiene mucho éxito, que repiten quienes son ajenos a los beneficios que da la profesión de representar, o quienes no comparten alguna consanguinidad remunerada con los poseedores de esa representación.
Pero en principio, sólo pueden ser llamados corruptos aquellos que han sido condenados por cohecho, prevaricación, tráfico de influencias u otros, porque incluso cuando son imputados, sólo son supuestos; seamos respetuosos con un estado de derecho o de un estado donde la justicia es igual para todos.
Es injusto generalizar que "todos los políticos son corruptos" porque no hace justicia a aquellos políticos que no han sido condenados; lo justo es aceptar que hay políticos corruptos, que hay políticos imputados supuestos que no son corruptos hasta que no sean condenados y políticos no imputados, que tampoco son corruptos.
Si aceptamos como premisa que este país ha sido despojado de sus riquezas por culpa de la corrupción, también hemos de aceptar que no lo ha sido por responsabilidad penal de toda la clase política. Sólo una reflexión más profunda, nos permite reconocer a esa parte de la clase política que no es corrupta, saber quiénes son y qué hacen.
Los recursos del estado no han sido saqueados por todos los ilustrísimos, excelentísimos, sus señorías y hasta sus altezas reales; es de justicia aclarar que ha sido saqueada sólo por unos cuantos de ellos; "políticos corruptos" que han dilapidado el futuro en nombre del futuro y han arrendado el interés general al interés particular en nombre del interés general, casi siempre a través de testaferros privados o compartidos, profesionales del negocio fácil o controladores del poder mediante el control del dinero.
Así que como estamos como estamos, cabe preguntarse qué hacen ahí esos otros que no son corruptos, parece que cobran un sueldo para nada porque nada es lo que han conseguido, quizás sin su presencia estaría la situación peor, porque peor se puede estar y en eso están. Si cobran para estar ahí y no hacen, o lo que hacen no tiene relevancia social, es que son absolutamente incompetentes, porque nada han evitado y vendiendo más de lo mismo, ninguna desgracia futura pueden evitar.
Así que sólo tenemos políticos corruptos y políticos incompetentes, ambos dicen que aman "la profesión" de la que viven. Muchos sin haber hecho otra cosa, ni tan siquiera haber pasado por demandar ese empleo, sin que hayan respondido a alguna "oferta de empleo de político" que obviamente no existe; simplemente han trepando en algún partido político, seguramente mediante intrigas o haciendo la pelota, que así se lo han trabajado y que con lo que les ha costado llegar, no van a aceptar ahora ninguna modificación electoral que suponga admitir que la soberanía nacional reside en el pueblo y no en el parlamento. Por eso todos y todas, unos por corruptos y otros por incompetentes, deberían irse a trabajar, a las listas del paro, a la economía sumergida, a tratar de vivir de una prestación, de la pensión de su santa madre o del aíre.