28A, VOTA

18 de abril de 2019 (20:47 CET)

¿Qué sucedería si el 28A el partido más alejado de tus posiciones ideológicas alcanza una parcela relevante en el Parlamento? ¿Qué harías? ¿Saldrías a la calle a destrozar el mobiliario público, a protestar por la presencia de un partido radical, mentiroso o corrupto en el hemiciclo? Nada influye más en la constitución del Congreso de los Diputados y del Gobierno de la nación que los votos. Tu voto. Pero recuerda, el resultado siempre hay que respetarlo porque a los que votan a otros partidos no se les convence con fuerza sino con argumentos.

La participación política mediante el acto democrático de votar, por muy aburrida, insignificante o insuficiente que parezca, es importante. Tan importante que, como bien podemos observar en los anuncios del Parlamento Europeo para las elecciones al mismo, tu opinión acaba en la basura si no participas. Además, no vale de nada estar todo el día quejándose o arremetiendo contra aquellos partidos elegidos democráticamente cuando has sido incapaz de coger el coche y acercarte al colegio electoral correspondiente a votar. Y en este aspecto parece que los lanzaroteños somos unos profesionales.

En las elecciones generales de 2016, la abstención en Lanzarote alcanzó un 41.67%. Es decir, 39.906 ciudadanos no asistieron a las urnas. Un dato que alcanza mucha relevancia si lo juntamos a los 55.860 ciudadanos que han votado, pues significa que solo un poco más de la mitad de los lanzaroteños ha expresado su opinión en las urnas. Luego vinieron las quejas, los llantos, etc., porque el partido que gobernaba no era del agrado de muchos conejeros, pero como no podemos saber quién y quién no ha ejercido su derecho al voto (por ser secreto), no podemos saber quién se esta quejando con derecho y quién lo hace desde "el sofá".

Por ello, insisto en que vayas a votar. Da igual a quien votes si lo haces libremente, pero vete a votar. Participa y luego quéjate. Participa y luego exige. Pero participa. La democracia se construye desde abajo castigando o premiando a los de arriba mediante tu voto. Si no estas de acuerdo con sus propuestas, cambia al partido que más cerca este de tus ideas. No importa si ayer votaste al PP y mañana votas al PSOE. Al igual que los partidos cambian sus principios ideológicos, los votantes pueden cambiar de partido, e incluso de ideas. No votes a un partido por tradición, por automatismo, porque lo hagan tus amigos o vecinos. Interésate, infórmate, pero ten cuidado con la desinformación, con las fake news y los bulos que circulan por las redes. Se objetivo, quizá un partido no te guste, pero tengan razón en algún tema concreto. Y, sobre todo, respeta el resultado.

 

 

Alejandro Pérez O'pray, Ciencias Políticas y de la Administracion por la UNED.

 

*Datos sacados de El País.

 

 

 

 

 

 

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