A partir del 1 de junio, las autoridades de Venecia introducen una nueva medida para controlar los flujos turísticos que acuden a la capital del Véneto. La ciudad limita a 25 personas como máximo los grupos turísticos organizados.
Además se prohíben los micrófonos y altavoces que utilizan los guías turísticos, no solo en el centro histórico de la ciudad, sino también en las islas circundantes de Murano, Burano y Torcello.
Entretanto, el cobro de cinco euros de entrada para los turistas que no pernoctan en la ciudad (éstos ya pagan tasa turística), se introdujo el pasado 25 de abril. No se requiere el pago de entrada para llegas después de las 16.00 horas.
El primer día de funcionamiento de la medida, se registraron más de 80.000 personas, aunque solo el 10% compraron el billete de entrada a la ciudad. El resto son residentes del Véneto y sus familiares, trabajadores, estudiantes y otras categorías exentas, que, están igualmente obligados a inscribirse. La primera semana, la ciudad recaudó 723.000 euros con el cobro de entrada.