A partir del 1 de octubre entra en vigor el recargo municipal de Barcelona a la tarifa turística que aumenta de 3,25 a 4 euros con lo que la capital catalana espera recaudar unos 100 millones de euros este año.
El recargo se aplica a todas las categorías de establecimientos turísticos, y es una iniciativa que se enmarca en la estrategia de gestión del turismo que debe contribuir a financiar los servicios públicos de la ciudad que notan más la presión de la actividad turística.
Este aumento de la recaudación incrementará el retorno social del turismo y financiará los servicios ordinarios de la ciudad, como la limpieza, la seguridad, el alumbrado público o el transporte, ya que los visitantes hacen un uso intensivo de ciertos servicios públicos de Barcelona.
También contribuirá a financiar el Plan de Espacios de Gran Afluencia (EGA), con el objetivo de gestionar aquellas zonas de la ciudad más saturadas. Busca asimismo mejorar la convivencia entre los vecinos de la ciudad y los visitantes con medidas como el incremento del número de agentes cívicos, la mejora del espacio público, la gestión de los flujos de turistas y la dinamización del comercio local en estos espacios.
Por último, una parte de la recaudación de este recargo se destinará a la celebración de ferias y congresos que ayuden a diversificar la economía de la ciudad.