La quiebra de FTI “es una muy mala noticia para Lanzarote, por el daño que supone de forma directa en el empleo" de trabajadores locales y "en los saldos de los hoteles” explicó en una entrevista con Radio Lanzarote el CEO de la Sociedad de Promoción Exterior (Spel), Héctor Fernández.
No obstante, el CEO de la Spel señala que el daño para Lanzarote, donde el grupo tiene tres hoteles en Puerto del Carmen y uno en Playa Blanca, es menor que para otras islas de Canarias como Fuerteventura o Gran Canaria, que cuentan con al menos una decena de establecimientos del grupo cada una.
“Según el comunicado oficial de FTI la quiebra no afecta, en principio, a sus hoteles, que pertenecen a otra línea de negocio”, destaca Fernández. Esa línea de negocio se llama Labranda y sus hoteles de Puerto del Carmen son Playa Club, Los Cocoteros y El Dorado. El hotel que tiene en Playa Blanca se llama Alyssa Suite Hotel.
El Cabildo de Lanzarote estaba al corriente de la situación del touroperador FTI. “Desde hace varios meses, incluso en Fitur, se empezaba a oír que su situación financiera no era la mejor y que estaba buscando nuevos accionistas para pasar a una situación más saneada”, revela Fernández.
Finalmente, “los acreedores han sido insalvables”, y ni siquiera “la intervención del estado alemán” ha sido suficiente para salvar la compañía.
Preguntado sobre el posible impacto en el volumen de turismo alemán a la isla, Fernández confía en que “otros operadores alemanes absorban la demanda” de viajes a Canarias de la que hasta ahora se hacía cargo FTI. Entretanto, ASOLAN está llevando a cabo una evaluación del impacto en los hoteles, que están cobrando a los clientes al hacer el check-in para garantizarse los cobros.
Con respecto a los clientes del touroperador que se encuentran actualmente en la isla, Fernández destaca que la prioridad es "garantizar la operación salida de estos clientes” y ha recordado que existe el fondo de garantía de Alemania para estos casos, y que “FTI ha manifestado que se va a implicar directamente”.
Sin embargo, Fernández recuerda que “se trata de un touroperador que no tiene compañía aérea propia, compraba sus plazas a Cóndor”.