Natural del pueblo de Haría, Ricardo Socas siempre estuvo en contacto con el campo y en su familia siempre se produjo vino para el hogar. En 2007 decidió abrir Malpaís, la primera bodega del norte en el siglo XXI, que se ha hecho un hueco entre las bodegas de la isla y está ganando premios nacionales e internacionales.
Malpaís produce vino blanco, tinto y 500 botellas de vino submarino. En una entrevista con el espacio radiofónico de Radio Lanzarote-Onda Cero, Más de Uno Gourmet, Socas explica cómo las aguas del Ártico pueden mejorar aún más un vino producido en Lanzarote.
- ¿Es Malpaís la única bodega del norte de Lanzarote?
Cuando empecé era la única, nuestras instalaciones están en Punta Mujeres. Ahora, hay otra en el pueblo de Haría, Valle de Malpaso, y otra en Guatiza.
En mi época nadie apostaba por los vinos del norte de la isla, así que tuvimos que hacer un esfuerzo para demostrar a la gente que en el norte se hacen buenos vinos.
- ¿De dónde viene Ricardo Socas?
Yo nací en el pueblo de Haría y soy hijo de agricultores. Conozco el campo casi como la palma de la mano. En casa teníamos cabras, cochinos, ovejas, conejos, gallinas, burro.. teníamos de todo.
Mis abuelos y mi padre hacían vino en casa. Es muy tradicional en Lanzarote tener tus parritas y hacer tu propio vino. Era una reunión familiar.
- ¿Cuándo empezaste a hacer tu propio vino?
Empecé a hacer vino para el restaurante que tengo en Arrieta, El Charcón, hasta que decidí dar el salto y hacer una bodega en 2007. Producimos entre 18.000 y 20.000 litros al año.
Hoy tenemos casi tres hectáreas de viñedo propio, el 65% de la producción es uva propia de Máguez.
- ¿Qué diferencia hay entre la uva de La Geria y del norte?
Se diferencian a la hora de la vendimia. En La Geria, la maduración es más acelerada porque al estar en hoyo hay más temperatura. Si haces un coupage de ambas haces muy buenos vinos, que es precisamente por lo que nos caracterizamos nosotros en nuestra bodega.
- ¿Tienes una referencia para restauración y otra para particulares?
Para restaurantes, tenemos La Grieta, y hemos sacado otra línea muy pequeña para supermercados Spar, se llama Cenizas del Volcán, es un blanco seco.
- ¿Y el tinto como lo produces?
El tinto es rarísimo. Es todo un ritual. La añada del año pasado tiene 15 grados, es un vino como digo yo, de conversación. Es un vino aterciopelado, suave y elegante. Está formado por un coupage de cuatro uvas. Tiene mayoritariamente listán negro, un 10% de syrah, un 2% de cabernet sauvignon y un 1% de merlot. Las variedades foráneas las cultivamos en nuestra finca.
- ¿Cómo descubriste que metiendo una botella bajo el mar se le podía sacar partido?
Yo vengo del buceo, del submarinismo, estuve compitiendo muchos años en fotografía submarina. Antes me dedicaba a la pesca submarina, de jovencito, con 13 años. Hoy tengo casi 61.
Decidí hacer una prueba en Punta Mujeres, en un módulo chiquito que pusimos. El vino evolucionó espectacularmente. Luego hicimos pruebas en la costa de Mala hasta que lo hicimos oficial. Contactamos con un equipo que se llama bodega submarina de Canarias, de Carlos González Gil, en Tenerife.
Allí tenemos un contenedor pequeño, cuyos laterales se abren y donde tenemos los vinos, que están en contacto directo con el mar, a 18 metros de profundidad, con 2,8 bares de presión. Las corrientes son bastante interesantes.
- ¿Por qué en Tenerife?
Está en Tenerife porque es allí donde se produce la afloración en Canarias. La afloración ocurre cuando las aguas del Ártico viajan hacia el sur. Las aguas frías viajan hacia el fondo, se van cargando de oxígeno y llega un momento que suben a la superficie. Son aguas muy ricas. Así hacemos La Grieta Submarina, que sacamos en Navidades.
Lo metemos en el agua a finales de junio y en dos meses queda todo reservado. Son 500 botellas. Llevamos diez años produciéndolo y siempre se agota.