El tinerfeño Alejandro Besay Felipe Muñoz estudió Ingeniería Agrícola en La Laguna y enología en Madrid. Después visitó varias regiones vitivinícolas de Francia.
A pesar de todo lo que aprendió, cuando Bodegas La Geria lo contrató hace 18 años, se encontró con un paisaje totalmente diferente a lo que había conocido y tuvo que volver a aprender muchas cosas.
En una entrevista en el espacio radiofónico Más de Uno Gourmet, de Radio Lanzarote, cuenta su periplo y comparte su visión sobre la transformación del mundo del vino en los últimos años en la isla.
- ¿Cuál fue tu trayectoria antes de incorporarte a Bodegas La Geria?
Soy de Tenerife y de pequeño tuve la oportunidad de estar de vendimia en Icod con familia y amigos. Así conocí lo que es pisar la uva, prensar, disfrutar… y me fui enganchando. Estudié ingeniería agrícola en La Laguna y cuando terminé hice prácticas en Bodegas Monje.
Luego fui a Madrid a estudiar enología y después a Francia a disfrutar de los mejores vinos y de la elaboración del terroir. Conocí las regiones vinícolas de Margaux, Medoc y Burdeos. Volví a Tenerife y me llamaron de Bodegas La Geria, donde llevo 18 vendimias.
- ¿Cómo encontraste la viticultura de Lanzarote a tu llegada?
Cuando uno llega de fuera a Lanzarote se encuentra con un paisaje totalmente diferente. Tienes que volver a aprender muchas cosas que no has estudiado, adaptarte a la situación de la isla y a su orografía.
- Ahora la gente se pelea por el vino de Lanzarote, pero hace años se llegaron a tirar miles de kilos…
Cuando llegué en 2005 tuvimos una gran cosecha, de 4 millones de kilos de uva, y en el 2006 también. Antiguamente también había mucho tinto. En Bodegas La Geria conseguimos meter toda la uva de nuestros viticultores y que no hubiera que tirar nada, pero no todos los viticultores de la isla encontraban lugar en esa época.
- Hoy no se tira nada y además ha subido mucho el precio…
El precio que ha alcanzado la uva tiene una parte muy bonita y otra no tanto. Con el kilo a 3,40 euros, se valora más el trabajo del campo, mucha gente está plantando viñedos y se están recuperando muchos terrenos en Lanzarote. La otra parte es que con la subida de precios, se han frenado un poquito las ventas.
- ¿Cuáles son las previsiones para la cosecha de este año?
Este año ha habido una sequía muy grande, 60 litros nada más, el invierno ha sido caluroso, con viento del este y calima, así que la cosecha va a ser menor seguro.
- Vuestra uva procede de plantaciones propias y también de viticultores particulares, ¿no es así?
La bodega ha ido creciendo. Tenemos diez parcelas propias. La bodega está invirtiendo en una parcela nueva en el corazón de La Geria para recuperar enarenados de los que antiguamente se sacó la ceniza para plantar cebolla. Serán cultivos en hoyos.
- Precisamente se está debatiendo apoyar con subvenciones la viticultura en hoyos…
Claro, es un esfuerzo muy grande plantar en hoyos. Sabes que no va a ser tan productivo, pero lo que sí hace es embellecer todo lo que nos rodea. Está apareciendo alguna ayudita del Cabildo y otras de fuera, de parajes naturales protegidos. Es una manera de que La Geria siga mejorando y sea cada vez más bonita.
- ¿Qué novedades tecnológicas ha habido en las últimas décadas?
Los depósitos de acero, por ejemplo, han hecho que los vinos blancos tengan más volumen, que sean más longevos. Antes decaían muy rápido los aromas, al cabo de un año o dos, ahora se pueden conservar hasta cinco o seis años en buenas condiciones.
- ¿Cómo se elabora vuestro vino de alta gama Manto La Geria?
Hemos ido separando la viña joven del viñedo centenario con el que elaboramos Manto, la gama alta de la bodega. Toma su nombre del manto de rofe que se creó después de la erupción volcánica del Timanfaya, de ahí que el nuevo diseño de la botella imite la ceniza volcánica. Lo tenemos blanco seco, semidulce, rosado y tinto.
- ¿Qué papel juega en vuestro éxito que el nombre de la bodega coincida con el nombre de la zona vitivinícola?
Todo influye. Estamos ubicados en el corazón de La Geria, entre tres volcanes, con vistas al Timanfaya. Es precioso. Con las redes sociales, las fotos impresionantes que se sacan, han contribuido al aumento de visitantes. Vienen 1.500 turistas cada día.