La viticultora lanzaroteña Ascensión Robayna lleva 17 años cultivando más de 20 hectáreas de viñedo tradicional en La Geria. Natural de Mancha Blanca y economista de formación, entiende muy bien la importancia de la rentabilidad para que el campo sea viable, pero coloca al mismo nivel la función paisajística y cultural que los viñedos, y el campo en general, aportan a Lanzarote.
En una entrevista en el espacio radiofónico Más de Uno Gourmet, de Radio Lanzarote, Robayna explica lo que ha cambiado y lo que no en la viticultura de la isla desde su infancia, y enmarca el cultivo tradicional de la viña entre las claves de nuestras señas de identidad y nuestro patrimonio.
- ¿Es verdad que los viticultores le hablan a las parras?
Hablar es una cuestión muy humana. Se puede uno relacionar con las parras, no con conversaciones plenas, pero sí cuidando de ellas y sobre todo, cuidando la tierra.
- ¿Cuándo te hiciste cargo de los viñedos de la familia?
Llevo 17 años, pero en realidad es toda una vida. Soy de Montaña Blanca, de una familia de viticultores, soy la cuarta generación.
En los años en que regresaba de la universidad, iba a vendimiar. En mi casa, la vida y el tiempo se cuentan por cosechas.
- ¿Cómo era participar en una cosecha durante la infancia?
Era una fiesta absoluta. La dureza estaba en la tierra a la hora de recoger la cosecha, pero cuando se volvía al lagar y se pisaba la uva, aquello tenía para una niña pequeña tintes emocionantes y de aventura.
Recuerdo que constantemente me decían sal para allá, éste no es un lugar para los niños. Sin embargo, yo estaba ahí porque era un mundo absolutamente apasionante.
"El campo ya no es un reducto para aquellos que no pueden ocupar otro espacio en la sociedad, sino que es una opción muy válida a la hora de estar en esta isla"
- ¿Cómo decidiste hacerte cargo del negocio familiar?
Yo soy economista de formación y estuve durante años fuera de la isla. Al volver tuvimos la necesidad de ocuparnos de las tierras y fuimos recuperando alguna viña que estaba abandonada.
- Gracias al campo, tu familia pudo mandarte a la universidad…
Hoy en día se repite constantemente que el campo no da, pero el campo ha facilitado que muchas familias pudieran enviar a sus hijos a estudiar y contribuir a una sociedad mejor.
El campo ya no es un reducto para aquellos que no pueden ocupar otro espacio en la sociedad, sino que es una opción muy válida a la hora de estar en esta isla.
- Pero es duro trabajar en la viticultura…
Sí, es duro, pero como cualquier otra cosa que vale la pena.
"La actualidad nos es favorable, pero la capacidad de negociación del viticultor en la actualidad es parecida a la de nuestros antepasados"
- ¿Cómo se ha transformado la viticultura con las nuevas generaciones?
La actividad agraria tiene que tener una rentabilidad económica, se tiene que mantener en el tiempo y tiene que sostener una economía, pero además, desde mi punto de vista, tiene otras funciones no menos importantes como la medioambiental y la cultural.
En nuestro caso, el cultivo de la viña en Lanzarote es una cuestión relacionada con nuestras señas de identidad y nuestro patrimonio que debemos conservar, por lo tanto no es una cuestión menor.
Nuestros antepasados no le daban la importancia probablemente que nosotros le damos y lo hacían de manera natural, pero el resultado era el mismo, ponían delante unas uvas que eran primorosas.
- ¿Ha mejorado la capacidad de negociación de los viticultores a la hora de vender la uva?
La actualidad nos es favorable, porque se han producido una serie de factores que han mejorado su posición en el mercado, pero la capacidad de negociación del viticultor en la actualidad es parecida a la de nuestros antepasados.
- ¿Cuál es la producción anual?
Tenemos más de 20 hectáreas, pero los rendimientos son muy bajos, ya que son viñedos históricos con piña muy vieja, casi centenaria.
En este caso, yo no hablaría tanto de cantidad, pero sí de calidad, por el enclave en que están situadas las parras, el sistema tradicional en hoyos y el cultivo ecológico.Se trata de un ecosistema, cuyos equilibrios tratamos de mantener.
- El proyecto del Plan Especial de La Geria prevé una identificación especial para los vinos provenientes de cultivo en hoyos, mucho más difíciles de producir…
Sí, sería necesario darle una vueltita a ese vino que sale de esos viñedos para identificarlos como tal y que el consumidor realmente vea de dónde sale.