Meritxell González nació en Andorra y se formó en diseño y patronaje en Barcelona. Cuando vino de vacaciones a Lanzarote hace siete años se quedó prendada del contraste de paisajes de la isla y a los pocos meses se vino a vivir.
En una entrevista con Ekonomus, González explica cómo los colores de Lanzarote inspiran sus colecciones y destaca el momento dulce que vive la moda sostenible ahora que hay más conciencia de los estragos que causa la ingente cantidad de ropa que se desecha cada día.
- ¿Cómo llegaste a Lanzarote?
Hace casi siete años vine de vacaciones, en marzo, y me gustó tanto el contraste de paisajes que sentí que tenía que volver. A los seis meses estaba viviendo aquí, lo dejé todo y me vine.
- ¿Lanzarote inspira tus colecciones?
Por supuesto. Ese contraste de paisajes, de colores, su tierra y sus volcanes… me inspiran muchísimo para hacer mis prendas. Yo trabajo mucho con paleta de colores tierra y además soy una amante de los minerales y las rocas.
- ¿Cómo se refleja la sostenibilidad en tus prendas?
Por varias vías. Primero hago colecciones de edición limitada. Además, todo el proceso lo llevo yo, diseño, patronaje, corte y confección, por lo que no existe una logística de distribución detrás.
Por otra parte, hay una reutilización de los residuos. Intento siempre hacer prendas exclusivas con los restos de tejido resultantes de los cortes de los patrones. Utilizo sobre todo tejidos naturales como el lino y el algodón.
En diciembre conseguí el certificado de empresa sostenible a través de Proexca.
- ¿Cómo te formaste?
Me formé en Barcelona entre 2006 y 2010. Primero estudié diseño de moda y después me especialicé en patronaje industrial y tejidos elásticos. Estuve trabajando seis meses para una diseñadora como patronista y luego cubrí una baja maternal para la segunda marca de Victorio & Lucchino.
“El planeta ya no puede más, se está convirtiendo en un vertedero de ropa”
- ¿También das clases?
Sí, me encanta dar clases de patronaje y costura y que la gente valore la confección, cómo se hace la ropa y que cada uno se pueda hacer sus arreglos y reciclar sus prendas. Dar valor a la costura desde el aprendizaje, y no desde el consumismo, como hacen las empresas que ya no hacen moda rápida, sino moda ultra rápida.
- ¿De qué son tus talleres concretamente?
Doy clases de costura creativa, costura de supervivencia, patronaje a medida y también monográficos. Por ejemplo hace poco he dado uno de reciclaje de tejanos.
- Migongo es un acrónimo de tu nombre, pero ¿tiene más interpretaciones?
Sí, viene de Meritxel González Gómez, pero yo también lo interpreto como un gong, cuya vibración es diferente con cada golpe, porque nunca le damos con la misma intensidad.
La vibración del gong te envuelve de paz y alegría. A mi me gusta pensar que mis prendas también proporcionan esa sensación al ser personales, únicas y atemporales.
- ¿De dónde son tus principales clientes?
Antes de venir a Lanzarote me movía por Europa y vendía sobre todo en festivales de música, circo, teatro, yoga… Aquí vendo a nivel local sobre todo a españoles, alemanes, franceses e italianos.
- ¿Qué novedades planeas para tus futuras colecciones?
Gracias a una subvención del Gobierno de Canarias pude comprar una maquinaria de triple arrastre para reciclar materiales más gruesos como neopreno, cuero, restos de tapicería…
- ¿Qué acogida tienen tus piezas entre el público?
Me dicen que se sienten muy únicas, les sorprende que sean piezas exclusivas. La gente flipa, está tan acostumbrada a comprar ropa de las grandes marcas que no se acaban de creer que pueda haber hecho todo yo.
- ¿Qué les dirías a los jóvenes de Lanzarote que están pensando si dedicarse a la moda sostenible?
Les diría que generalmente el proceso es lento. Como cualquier arte, no es ponerse y sacar prendas como churros. hay mucho aprendizaje por el camino.
Pero sí que es posible, creo que ahora mismo estamos en un súper momento de la moda sostenible, el planeta ya no puede más, se está convirtiendo en un vertedero de ropa. La ropa contamina más que casi cualquier otra industria. Hay que cambiar la manera de consumir.