La privatización de las únicas dos torres de control de los aeropuertos canarios que permanecen en manos de la empresa pública está debatiéndose en el Archipiélago y ha generado el rechazo de varios sectores de la sociedad. Con motivo de este anuncio, el director general de Saerco, la empresa que gestiona la torre del Aeropuerto de Lanzarote y otras cuatro de las islas, Jorge Ávila, ha respondido a las preguntas de La Voz de Lanzarote durante su paso por la isla.
Saerco es un proveedor de servicios de navegación aérea y gestiona cinco de las siete torres localizadas en todos los aeródromos del Archipiélago, a excepción de Gran Canaria y Tenerife, que están controlados por la empresa pública Enaire.
En el caso particular de Lanzarote, el aeropuerto más visitado de los controlados por esta empresa, lo administra desde hace diez años. En él la mercantil presta servicio de información y control.
"Un controlador aéreo se encarga de dirigir y vigilar el tránsito de aeronaves en el aeropuerto y el espacio aéreo de su responsabilidad de un modo fluido y seguro, dando las autorizaciones e información necesaria", explica Jorge Ávila. En el caso de Lanzarote, hay un total de 12 controladores que se encargan de controlar el movimiento de las aeronaves y vehículos, evitar conflictos, garantizar la fluidez y la seguridad de las operaciones.
Ahora que se está debatiendo la privatización de las torres de Tenerife y Gran Canarias ¿Qué ventajas tiene frente a la gestión pública Para Jorge Ávila que las torres aeroportuarias pasen al mercado privado "no es privatización como tal, es liberalización, abrir el sector a condiciones de mercado. Esas licitaciones, que afectarían a Tenerife Sur, Tenerife Norte o Gran Canaria, permitiría que se presenten licitaciones de proveedores privados o públicos sean españolas o europeos, mientras tengas esa certificación cualquiera se podría presentar", especifica el director general.
Sobre la privatización de estas torres, el director general señala que "es una tendencia que viene marcada por Europa, que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en 2018 ya informó que esto debe de continuar y es un poco lo que se recopilamos todos también, que en el fondo es bueno".
El dirigente asegura que "la competencia en general tiene beneficios. Desde el punto de vista económico puede haber un ahorro de costes y también a nivel técnico, pues los proveedores tienen que ofrecer los mayores beneficios a nivel de puntualidad, de cambiar servicios, etcétera".
En este sentido, explica que los contratos de Saerco con Aena tienen "una cuantía fija mensual en función de como ha sido adjudicado el contrato y es verdad que hay veces que hay cláusulas. Por ejemplo, un cambio de horario muy grande en un aeropuerto. A veces incluyen cláusulas que cambian las condiciones si se dan al alza o a la baja".
En el caso de los meses con más viajeros, "estas cuantías fijas no varían. Son contratos, con una cantidad determinada por un número determinado de años y no hay una variación mes a mes por así decirlo. Nuestros ingresos no dependen de la demanda de tráfico en general.
¿Cuáles son las condiciones laborales de los trabajadores de Saerco?
El director general de Saerco explica a La Voz que dentro de las condiciones laborales, "los descansos se adaptan a la normativa y a lo marcado por la ley. Hay que tener en cuenta que nosotros organizamos las programaciones del mes de acuerdo a esa normativa, pero no nos ceñimos solo a esas normas, sino que hay un amplio margen y tenemos muchos más días libres. Los controladores no llegan a las horas máximas que establecen esa normativa. Tratamos tener las mejores condiciones posibles por supuesto", asegura.
Jorge Ávila narra que los requisitos de la formación de los controladores cambió "hace una década". Según su explicación, antes un controlador "tenía que recibir toda la formación completa del servicio de control, bloques aproximación y ruta". Antiguamente los controladores recibían formación completa de todo el ciclo, "hoy en día como se hace una manera más eficiente en la que reciben solamente la formación del servicio a prestar".
Asimismo, para ser controlador aéreo no hace falta tener estudios previos más allá de "un buen nivel de inglés". Pero sí se realizan pruebas que se llaman FIFT, que es el control que marcan los estándares, "las capacidades innatas que tiene que tener un controlador para para trabajar como tal".
El responsable de la empresa que gestiona las torres de control de Lanzarote asegura que en la isla de los volcanes "todos los controladores tienen la formación de control de aeródromo, que es un curso que se parte que tiene una duración de unos siete u ocho meses y que en nuestro caso tenemos una propia escuela donde impartimos esta formación".
Los sueldos de los trabajadores
En el caso de la empresa pública Enaire, los controladores con antigüedad anterior a febrero de 2010 que trabajan en esta entidad cobran de media 200.000 mil euros brutos anuales, según el Convenio Colectivo de Control. Sin embargo, en el caso de Saerco es de 45.000 euros al año.
A comienzos de este año, la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) convocó una huelga parcial en las torres privatizadas, entre las de Lanzarote para solicitar una subida salarial.
El personal asalariado de Saerco cobra según el convenio privado que rige sus sueldos. "No hay distinción, es el mismo en todos los aeropuertos" de gestión privada, añade Jorge Ávila. "Cuanto más antiguo, más años llevas, más vas ganando, de acuerdo a un sistema que tenemos, te subo automáticamente el sueldo más del 10% cada tres años sistemáticamente", indica.
"Es curioso que los negociadores del sindicato que negocian en representación de nuestros trabajadores sus sueldos son superiores al beneficio de todos el año pasado", reflexiona Jorge Ávila.
Las personas que trabajan en torres gestionadas por empresas públicas y luego pasan a ser privadas, puede partir a otra torre de su empresa o ser contratadas por Saerco negociando el sueldo. "Cuando pasa a manos de Saerco no hay una regla sobre aplicar los sueldos. Se estudia caso a caso, se negocian también los sueldos, no, aunque partan de ese convenio, pues hay personas que lo normal es que permanezcan", concluye Jorge Ávila.