Ángel Cabrera: “De la cochinilla de Lanzarote saco la gama de rojos, morados y rosas”

El artesano textil lanzaroteño explica, en una entrevista con Ekonomus, cómo crea sus piezas de moda sostenible, inspiradas en Lanzarote, en sus colores y en su patrimonio

10 de noviembre de 2024 (08:58 CET)
Actualizado el 10 de noviembre de 2024 (15:43 CET)
Piezas de Ángel Cabrera en una colección de 2022

El artesano textil Ángel Cabrera, natural de Teseguite, compagina la docencia con la creación de piezas únicas de moda sostenible, tanto en sus tejidos, fundamentalmente seda, pero también lino, lana o terciopelo; como en sus pigmentos, extraidos, entre otras fuentes, de cochinilla, plantas o semillas. 

Cabrera recibe a Ekonomus en su estudio de Costa Teguise para conocer como cada pañuelo, abanico o sombrera, se convierte en una pieza única, gracias a que están pintados a mano alzada, como si fueran acuarelas, y a que los colores, fijados con vapor, nunca son exactamente iguales. 

 

  • Muchos de tus colores proceden de elementos naturales como la cochinilla, ¿cómo los consigues?

Compro la cochinilla de Lanzarote a la Milana y de ella saco toda la gama de rojos y morados, desde el rosa hasta el morado oscuro.  El rosa se consigue aclarando con ácido cítrico. Con limón o con lima, que es la que más aclara porque tiene más ácido cítrico. Y si le añades óxido de hierro, consigues el color gris.

 

  • ¿Y para otros colores?

Uso plantas de aquí como la cebolla, que tengo en mi huerto y con la que consigo el color dorado, también hay otro tipo de dorado que sale de las semillas de achiote, una planta del trópico americano. De las virutas de palo campeche, que viene de centroamérica, sale azul. El verde se consigue con la clorofila. 

 

  • ¿Cómo consigues que los diseños queden fijados a la seda?

Después de pintar a mano sobre la tela, la enrollo en papel y fijo el color con vapor. 

 

  • Además de seda, ¿utilizas otros tejidos?

Estoy sobre todo especializado en seda. También uso terciopelo, que está formado por seda y viscosa. Algo de lino y lana también.  

 

  • ¿De cada diseño, cuántos ejemplares salen?

Mis producciones son muy limitadas. Voy haciendo colecciones pequeñas en líneas de trabajo. Como no imprimo, sino que pinto a mano alzada, cada pieza es diferente.

 

  • A raíz de las jornadas de moda sostenible en Canarias del pasado octubre has conseguido la certificación de empresa sostenible. ¿Qué implicaciones tiene?

Tenemos una serie de auditorías sobre gestión de residuos, gestión de compras… en las que evalúan que todos nuestros procesos son sostenibles. 

 

  • ¿En qué te inspiras para el desarrollo de tus diseños?

En Lanzarote y en sus colores. Y sobre todo, nuestro patrimonio. Por ejemplo este fin de semana de la moda de Lanzarote he presentado una línea con motivos patrimoniales de la isla como sus casas, sus plantas... Además también presento sombreras y campesinas de aquí. 

La última vez tuve una línea de pañuelos basada en grabados rupestres de Lanzarote y Canarias.

 

  • ¿Cuáles son tus principales clientes? 

Tengo muchos clientes de Lanzarote, de cuando tuve comercio en la Villa de Teguise. Ahora que tengo la tienda en el Hotel Salinas tengo más clientes extranjeros, sobre todo alemanes, ingleses y de países de centroeuropa como la República Checa o Polonia.

 

  • ¿Se puede vivir de la moda?

Soy el claro ejemplo de que no. (Risas). Estamos en vías, me encantaría. Todo depende, depende de la promoción, de la aceptación del producto, es un mundo que está siempre cambiando.  Los pequeños artesanos lo tenemos difícil, no es como mandar imprimir 100 pañuelos del mismo motivo. 

 

  • ¿Animarías a los jóvenes de Lanzarote que quieran dedicarse a la moda a intentarlo a pesar de las dificultades?

Yo pienso que en todo, siempre hay campo para muchos. Tienes que buscar tu nicho de mercado y tu estética. Si no te tiras a la piscina nunca sabrás si sabes nadar. También recomiendo tener un salvavidas a mano, por si acaso, pero a la piscina siempre hay que tirarse, la vida es para vivirla.

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