El lanzaroteño Miguel Ángel Martín Duque soñó de niño que se convertiría en un jugador profesional de balonmano. Ahora, con 16 años recién cumplidos, vive y estudia en La Masía, la ciudad deportiva del FC Barcelona y arranca una nueva temporada con la categoría Juvenil del club.
En familia disfrutaba del balonmano y la vela. Mientras, en el colegio compartía los ratos de recreo con sus compañeros jugando al fútbol. La pasión por el balonmano le vino heredada de su padre, su hermano y su tío. Todos ellos ya eran jugadores de este deporte en el CB San José Obrero. "Ya de bebé íbamos con el carrito y lo poníamos a ver los partidos, así que viene desde pequeño", revela su madre Doris Duque en una entrevista con La Voz.
Desde el comienzo y hasta su marcha al Barça, Miguel Ángel disfrutó de su paso por el club de Arrecife. Fue desde allí donde encandiló a quienes le veían jugar, lo que hizo que su nombre sonara para vestir los colores nacionales con la Real Federación Española de Balonmano. El conejero comenzó a salir de la isla con la Selección Canaria de Balonmano en la categoría de Infantiles.
"Miguel Ángel tiene buenas cualidades, es zurdo, grande para su edad. Siempre fue grandito y fue creciendo, se le daba bien el balonmano y todo el mundo empezó a hablar de él y a correrse la voz", explica su padre Juan Carlos Martín durante la entrevista. "Ya todo el mundo, la gente por ahí, ya no solo de Lanzarote sino de otras islas hablaban de él, que son los que le dicen a la Federación Española que hay un niño aquí, que mide tanto y que está despuntando", narra su progenitor.
Ese fue el primer escalón, el comienzo de la escalera que le llevó a recibir una oferta desde las categorías base de la Selección Nacional para jugar algunos partidos con tan solo 13 años.
"Yo no me lo esperaba, pero sentí mucha alegría al recibir la noticia de que estaba convocado", comienza el jugador conejero. "Era en cuarentena y tuvimos unas movidas y, de repente, llega la noticia de que está convocado para para la selección y claro, ese era el momento de su vida, sí o sí tenía que ir", añade su padre Juan Carlos Martín.
Los buenos rumores acerca del juego del conejero llevaron a otros clubes a interesarse y a presentar ofertas para tener al menor entre sus filas. "Ya empezó la gente a decirme de terceras personas que estaban interesadas, tanto el Barça como otros clubes", puntualiza. La llamada que cambió el futuro de Miguel Ángel la hizo el exjugador de balonmano del FC Barcelona Raúl Entrerríos. A pesar de las dudas de sus padres, el canario tenía claro que quería lucir el conjunto azulgrana.
En ese momento, a pesar de que Miguel Ángel ya tenía claro que quería aceptar la oferta, sus padres se enfrentaron a las dudas. "Tenía 14 años, no estás preparado para eso, aunque quieres que se vaya, porque va a ir a un sitio en el que va a estar bien. A partir de ahí, concertamos una cita en Barcelona", narran sus padres. En ese momento, la familia pudo conocer las instalaciones que el club le ofrecía para prepararse como deportista pero también como estudiante. En ese momento debía pasar aún una última prueba.
En una semana en La Masía pudieron conocer las instalaciones, asistir a los entrenamientos y descubrir cómo podría ser el futuro más próximo del conejero. Ahora, la ventana de la habitación en la que vive Miguel Ángel durante la temporada da al pabellón del campo de fútbol Johan Cruyff, donde juegan las futbolistas del Barcelona. "Estar ahí dentro es como un sueño", confiesa su madre Doris Duque. En una de sus visitas pudieron ver a Alexia Putellas, una parte de este sueño del que no quiere despertar.
"Este niño nunca ve la tele sino para cosas de deporte. De pequeño llegaba a la esquina de la puerta y movía el culo si había música y salía tirando. Ahora si había deportes se quedaba ahí y decía con cinco añitos yo voy a estar ahí en la tele. Lleva teniéndolo claro toda la vida y siempre nos ha dicho disfruten que dentro de poco me voy", cuenta Doris Duque
En su nueva etapa, la coordinación entre el club y su familia es constante. Desde allí le ofrecen un lugar donde residir, donde entrenar y priorizan que mantenga un buen nivel en los estudios. En este tiempo, Miguel Ángel ha tenido que aprender catalán para poder cursar sus estudios de cuarto de la ESO. Asignaturas como Física y Química o Biología también las da en catalán.
Pero el idioma no ha sido su gran reto, cambiar de aires y dar un gran salto de exigencia, sí. "La verdad es que al principio me costaba un poco más porque vas a estar jugando aquí en Lanzarote que al fin y al cabo no hay tanto nivel y llegas a Barcelona que con los que están son los mejores de España y se nota, pero ahora bastante bien adaptado", ha confesado el teguiseño.
"Voy allí porque aquí en Lanzarote no iba a poder llegar a lo que quiero llegar y, al fin y al cabo, tengo que tomar sacrificios para estar donde quiero estar dentro de unos años", relata Miguel Ángel Martín en una entrevista desde Teguise, unos días antes de marchar a Barcelona para arrancar la pretemporada con los culés por segundo año. Esta vez le espera una exigencia aún mayor, pues arrancará su primer año con la categoría Juvenil del equipo. A partir de allí estará un paso más cerca del primer equipo.
Los entrenamientos comienzan a las 7.30 de la mañana, antes de arrancar las clases. También en verano ha tenido que entrenar para no perder el trabajo de este último año. La exigencia en La Masía, para mantenerse en el club es alta, deben mostrar un buen rendimiento, pero además hacer frente a nuevas incorporaciones al equipo que pueden hacer tambalear su posición.
Asimismo, su familia está enfocada en que, pase lo que pase dentro del mundo del balonmano, su hijo tenga garantizado un futuro, con una buena formación. "Nos dijeron que allí no tendría tiempo de aburrirse ni de pensar, porque va a estar enfocado en los estudios y a nivel deportivo. Además, cuentan con un servicio de apoyo escolar para terminar los deberes", explica su madre.
Dentro de unos años, esta joven promesa del balonmano sueña con "vivir del balonmano, que es bastante difícil y ya luego con ganar competiciones con la Selección Absoluta Española y con el Barça también", confiesa a este periódico. Desde el pasado 21 de agosto ya está trabajando en la pretemporada. Además ya ha sido convocado a las jornadas de Tecnificación de la Selección Española entre el 12 y el 19 de septiembre.
En la pasada temporada el conejero se coronó como campeón de la EHF Europa Open con la Selección Española de Balonmano Hispano Promesas. Sin embargo, no ha sido el único titulo en su palmarés en tan solo una temporada. Además se convirtió en campeón de Cataluña, campeón Mini Copa del Rey, Campeón de España en Cadete, Subcampeón de España en la categoría de Selecciones autonómicas, Campeón del trofeo Cuatro Naciones con la Selección Nacional y el premio al jugador más valorado.
Para atajar estos cambios y hacer frente a su nueva vida donde debe mantener un rendimiento elevado, La Masía cuenta con un equipo de psicólogos, el psicólogo del FC Barcelona y la psicóloga jefe de La Masía, que trabajan con los menores y los deportistas de élite.
A pesar de la exigencia, este joven lanzaroteño, con 16 años cumplidos este sábado 2 de septiembre, sueña desde La Masía con vivir del balonmano.