Alkhasoum Sow, natural de Senegal, ha perdido a cuatro familiares en el mar cuando estos intentaban llegar a España en busca de un futuro mejor y reclama una solución para parar este drama que en 2024 ha dejado 10.457 personas fallecidas, una media de casi 30 al día.
Sow ha relatado su historia durante la presentación celebrada este jueves en Madrid del informe Derecho a la Vida 2024, elaborado por el colectivo Caminando Fronteras, que investiga las desapariciones de migrantes en el mar de camino a España y que dio a conocer el pasado diciembre su balance relativo a 2024.
Este representante de las familias buscadoras que se movilizan para buscar a sus seres queridos desaparecidos en rutas migratorias ha contado la pérdidas de cuatro miembros de su familia, todos hombres jóvenes que han dejado 9 niños huérfanos en total y a sus familias rotas de dolor.
"Yo fui a Senegal a visitar a otras familias y estaban muy tristes, llorando, niños, mujeres... no podíamos hacer nada. Yo llego allí y no hay palabras", ha relatado.
Además de los hijos que se quedan sin padres, Sow ha subrayado el impacto que tiene en las familias estas pérdidas, que han depositado en el viaje de su ser querido la "esperanza" de que este encontraría un trabajo para ayudarles para enterarse después de que este "se queda en el mar".
Uno de sus familiares es su sobrino: después de saber que había salido de su país, conoció la noticia del naufragio ocurrido el pasado mes de septiembre en El Hierro, que dejó medio centenar de desaparecidos y nueve cadáveres.
"No podía trabajar, no podía hacer nada, me he quedado muy mal", ha relatado Sow, quien tardó varios días en llegar hasta El Hierro desde Figueras (Girona), donde reside.
Cuando llegó, ya habían enterrado los cuerpos rescatados, por lo que han hecho la prueba del ADN y esperan poder recuperar su cuerpo. Pero de otros de sus familiares, en cambio, ni siquiera sabe nada después de dos o tres meses desde que salieron de su país.
Según el informe de Caminando Fronteras, de las 10.457 personas que perdieron la vida intentando llegar a España, 421 eran mujeres y 1.538 niños o adolescentes, y la ruta atlántica hacia las Islas Canarias se mantiene como "la más letal a nivel mundial", con 9.757 víctimas, es decir, el 93% del total.
En la presentación, que ha sido introducida por el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, y moderada por el actor Carlos Olalla, la investigadora del colectivo Caminando Fronteras Helena Maleno ha repasado algunas de las causas de estas muertes y ha subrayado que en el 69% de las tragedias analizadas hubo una inacción directa de los servicios de búsqueda y rescate.
Ya sea porque no se activaron, porque hubo demoras o por falta de coordinación entre países, a pesar de, en muchos casos, contar con la posición de los naufragios.
Por su parte, el miembro de la Fundación QSD Global Paco Lobatón ha explicado algunos de los efectos que causan las desapariciones de personas en general en los familiares de las víctimas, que incluyen alteraciones somáticas graves como dolores, trastornos del sueño, depresión, pánico, ideación suicida, ansiedad o rumiación.
También "ira y distanciamiento social" comparables, ha comentado, a los que sufren las víctimas de otros acontecimientos como guerras, violencia o abuso sexual.
"Si estos son los efectos devastadores en desapariciones sin causa aparente, no es difícil imaginar cuáles pueden ser cuando la causa de la desaparición es conocida y es en sí misma un hecho traumático en grado sumo, como ocurre con los migrantes víctimas de naufragios, hipotermias y ahogamientos", ha señalado.