La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Las Palmas acogió este lunes un juicio contra un joven acusado de abusar sexualmente de una chica en un rellano de Arrecife durante el verano de 2022. La Fiscalía solicita para el acusado Pau Solá Tomás 14 años de prisión y le atribuye la autoría de los delitos de abuso sexual y lesiones.
Los hechos que se juzgan se remontan a las 19.00 horas del domingo 7 de agosto de 2022. Ese día, el acusado Pau Solá entró junto a un amigo al Bar Arrocha, en el barrio de San Francisco Javier de Arrecife. Ya en el local, ambos se percataron del estado de embriaguez en el que se encontraba una joven que se acercó a hablar con ellos, según la camarera del local, su amigo decidió abandonar el establecimiento, mientras que Solá se quedó en el bar.
Una trabajadora de una multitienda declaró haber visto a ambos jóvenes minutos antes de la presunta agresión dando tumbos por la calle, mientras ella tenía dificultades para caminar y él presuntamente la agarraba el brazo. La joven, diagnosticada de Transtorno Límite de la Personalidad no estaba tomando la medicación para tratar su enfermedad y estaba bajo los efectos del alcohol y las drogas. La empleada relató que vio cómo Pau le metía mano debajo del pantalón a la mujer en mitad de la calle. "Ella andaba en zig zag, pierde el equilibrio y se apoya las manos y él le da por detrás con sus partes", relató un Policía Nacional que se encargó del visionado de las imágenes exteriores en la reconstrucción de los hechos.
La piedra angular de la sesión fue el consentimiento. Durante su declaración, Pau Solá admitió haber mantenido relaciones sexuales con la víctima en el portal de una vivienda de Arrecife ese domingo, defendió que en todo momento "fueron consentidas" y admitió haber dejado a la joven tirada en el rellano tras terminal de penetrarla. "La vi consciente en todo momento, la dejé ahí y fui a ver qué pasaba en el bar", relató ante la Sala.
Una pareja que paseaba en el coche en ese momento, se percató en torno a las 19.30 de que había dos personas manteniendo relaciones sexuales en plena calle y tras dar varias vueltas con el vehículo pudieron ver lo que ocurría. "La chica estaba inconsciente y el estaba encima penetrándola, lo vi desde el coche antes de llamar a la policía. Me di cuenta de que la estaban violando", aseveró el hombre ante la Sala.
Al percatarse de que lo habían visto, el testigo declaró que Pau Solá abandonó el lugar y se dirigió a un bar cercano. En ese momento, el decidió correr hacia él y retenerlo, con ayuda de otros clientes del local, hasta la llegada de la Policía. Mientras, su pareja asistía a la joven. "Ella no se movía, estaba inconsciente", insistió la mujer.
Las tres trabajadoras de los locales cercanos a los hechos aseguraron durante sus respectivas intervenciones que la víctima se encontraba muy perjudicada por los efectos del alcohol y que el presunto agresor también había bebido. "Ella se tambaleaba. Le dije a él que la llevara a su casa y que él se fuera a la suya. En ningún momento sospeché lo que iba a pasar", testificó una camarera.
El testimonio de la Policía Local
"Asistí a la víctima, la encontré tirada en el suelo semidesnuda y casi inconsciente", reveló el oficial de la Policía Local de Arrecife al mando de la operación. "Estaba como quien ve cosas pero no se entera de dónde está", añadió. Esto se suma al testimonio de la trabajadora de la multitienda, los dos testigos del coche, y otro policía local, que explicaron que la joven no estaba consciente, estaba con las bragas movidas y los pantalones en las rodillas.
Conforme pasaba el tiempo, la joven se fue alterando "estaba mal, aturdida, muy nerviosa en un ataque de ansiedad". Tras la intervención policial, la joven fue trasladada al hospital en una ambulancia medicalizada y escoltada por los agentes. Hasta seis agentes locales prestaron su testimonio ante la Sala.
El abogado defensor de Pau Solá alegó en diferentes ocasiones que las relaciones fueron consentidas y que "ella quería follar". Además cuestionó a uno de los agentes si la actitud de la víctima era de una mujer que acababa de ser violada. "No sabría encasillar cuál es la respuesta idónea de una víctima porque es tan diferente", respondió el Policía Local.
Los facultativos del Biología revelaron que había restos de sangre humana en la vagina y en el ano de la víctima, así como que el semen coincide con el del presunto agresor.
Mientras, los médicos forenses narraron que a las 20.20 horas, cuando acudieron al Hospital Doctor José Molina Orosa para hablar con la joven y pedir su consentimiento para realizarle una serie de pruebas era incapaz de hablar, contaba con medidas de sujeción en pies y manos y presentaba una tasa de alcoholemia "importante", de 3,7 gramos de alcohol por litro de sangre cuando se le realizó la extracción a las 20.54 horas. En esta intervención se encontraron varias lesiones físicas, pero ninguna lesión genital. Además, los expertos recalcaron que "era tan importante el grado de alcohol que tenía que daba igual la presencia de algún otro tóxico".
Finalmente y tras no haber sido localizada por la Sala durante el comienzo del juicio, la víctima pudo testificar en último lugar. "No recuerdo nada. Solo sé que me dejó como si fuera una basura, tirada en el suelo con los pantalones bajados, como si no fuera una persona", atestiguó.
En su alegato final el Ministerio Fiscal mantuvo su petición de 14 años de prisión para el presunto agresor, una orden de alejamiento a más de 500 metros por 15 años y una medida de libertad vigilada por otros diez. Además del pago de la responsabilidad civil, de 296 euros por las lesiones sufridas, y la cantidad de 6.000 euros por los daños morales.
Para concluir, el abogado defensor trató de poner la responsabilidad sobre la víctima y pidió a la sala "ver los antecedentes de la presunta víctima", según esbozó en su intervención. Frases como: "La actitud de la víctima ha sido buscada por ella, esa intoxicación etílica” o "la actitud de esta chica propensa a búsqueda de él. Esta señora tenía una actitud de querer tener relaciones con él” o “le restregaba el culo”, “lo cogió dos veces y se lo empotró en el baño” fueron empleadas en su alegato final.