La Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias ha desestimado la petición de rebaja de pena de un hombre, residente en Arrecife, condenado a doce años de prisión por agredir sexualmente y de forma continuada a su hija de once años.
Ante esta resolución cabe recurso de casación que ha de formalizarse ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo en un plazo de cinco días desde la notificación de la sentencia.
La defensa presentó un recurso de apelación contra la sentencia condenatoria, dictada el pasado 18 de noviembre de 2022, por la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Las Palmas. En ella el recurrente había sido condenado a 12 años de cárcel e inhabilitación absoluta por un delito continuado de abuso sexual con penetración con el agravante de prevalecimiento.
En el recurso de apelación presentado por la defensa del acusado alegaba, "sin sustentación procesal alguna", la vulneración del derecho a la tulera judicial efectiva, la vulneración de la presunción de inocencia y error en la valoración de las pruebas, así como la vulneración de un proceso que cumpla todas las garantías.
Además, la Audiencia Provincial acordó la privación de la patria potestad sobre la víctima, por un máximo de seis años o hasta la extinción de la misma. En esta línea, la Sala también le prohibió acercarse a la víctima, en una distancia no inferior a 500 metros de la persona, de su domicilio, del centro de estudios o cualquier lugar donde pudiera encontrarse durante 20 años.
El acusado fue condenado a la pena de inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio, sea o no retribuido, que conlleve contacto regular y directo con menores de edad por un tiempo de 16 años. Así como ha indemnizar a la víctima con 20.000 euros por daños morales.
Comienzo del procedimiento
El procedimiento fue iniciado en 2017 por el Juzgado de Instrucción número 4 de Arrecife y luego continuó en el número 1. El condenado había abusado sexualmente de su hija, "obrando en todo momento con su ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos, prevaliéndose de la relación de superioridad".
Había sometido a la menor "a numerosos actos de naturaleza sexual, que se iniciaron con tocamientos bajo la ropa tanto de sus pechos como de sus genitales y que continuaron con relaxiones sexuales continuadas", de acuerdo con antecedentes de hecho recogidos en la sentencia.
"El suceso abusivo no es un evento aislado en la vida de la menor, se ajusta a su contidianidad", recalcó la sentencia, "el condenado hizo uso del juego, la afectividad y su condición de superioridad".
"Nunca se dio cuenta de que me hizo sangrar", declaró la víctima, que en el momento de las violaciones tenía 11 años
"Vino, durmió conmigo ¿y qué paso? pues lo que pasaba todas las noches, una violación tras otra, tras otra, y así hasta que se dormía", relató la víctima en sede judicial. "Nunca se dio cuenta de que me hizo sangrar", añadió. "Cuando apaga la tele, oscura, oscuro, oscuro, todo de nuevo".
La menor había contado la situación a dos amigas, de 11 años, a su prima y posteriormente a su tía.
