El juicio del caso Stratvs se ha reanudado este lunes tras el parón obligado por el estado de alarma y lo ha hecho con la declaración de siete peritos, dos de ellos solicitados por la defensa del ex gerente del Consejo Insular de Aguas, José Juan Hernández Duchemín. Sin embargo, aunque la defensa pretendía utilizar estos testimonios para negar que hubiera contaminación en las aguas residuales de la bodega, en base a informes elaborados en su día por un laboratorio privado, lo que han hecho las declaraciones es confirmar la total ausencia de control sobre esos vertidos.
"Es imposible saber dónde se tomó la muestra. Los datos nos los da la empresa", ha declarado una de las dos técnicos que trabajaba en ese laboratorio como ingeniera agrónoma, Miriam Bautista, que ha explicado que en otros casos es el propio laboratorio quien acude a recoger las muestras. Sin embargo, aquí fue BTL Lanzarote quien llevó el agua en una botella de plástico de dos litros, y ellos se limitaron a analizarla, sin saber de dónde procedía.
"Nosotros ponemos lo que el cliente nos dice", ha señalado por su parte la jefa de servicio del laboratorio, Marisol Orgaz, que es licenciada en Ciencias Químicas. Orgaz fue quien firmó esos informes, pero a preguntas tanto del abogado de Hernández Duchemín como de Juan Francisco Rosa, ha insistido en subrayar que ella se limitó a analizar una muestra que llevó el cliente, en este caso BTL Lanzarote, y que por tanto no puede confirmar de dónde procedía ese agua.
El Consejo ordenó analíticas mensuales que nunca realizó
Antes de esas tres analíticas, en la causa consta otra realizada en 2008 por el propio Consejo Insular de Aguas, que sí confirmó la existencia de parámetros contaminantes. De hecho, inicialmente Hernández Duchemín trasladó a BTL Lanzarote que el sistema de depuración de la bodega no cumplía con la normativa y le informó de que para conceder la legalización de los vertidos debería instalar un sistema de depuración. Sin embargo, cuando Rosa pidió justo después una autorización provisional, Duchemín informó favorablemente.
Aquel permiso establecía que se deberían realizar analíticas mensuales para "garantizar la calidad de las aguas", pero el Consejo nunca acudió a tomar nuevas muestras ni volvió a realizar ninguna inspección en las instalaciones. Fue el propio Juan Francisco Rosa quien aportó en total tres analíticas al Consejo -ni siquiera con carácter mensual-, pero realizadas por un laboratorio privado que ni siquiera puede acreditar de dónde procedía ese agua. De hecho, en sus informes señalaban que la muestra había sido "aportada por el peticionario". Además, cuando ese permiso provisional caducó, el Consejo tampoco adoptó medidas y la bodega siguió funcionando durante años, hasta que fue cerrada por orden judicial, como medida cautelar dentro de esta causa.
Un proyecto para "cumplir la normativa" que nunca se ejecutó
En su declaración como acusado durante las primeras jornadas del juicio, Hernández Duchemín justificó su actuación aferrándose a un informe de este mismo laboratorio privado, pero su alcance también ha sido puesto en cuestión por la propia perito de la defensa, que fue quien lo elaboró. Según Duchemín, ese informe aportado por Rosa "hacía constar que ya estaban tratando los vertidos y que se había encargado por parte de BTL la instalación de una depuradora", y alegó que por eso decidió "fiarse" e informar favorablemente a la concesión de una autorización provisional.
Sin embargo, cuando su abogado ha preguntado por este punto a una de las peritos, ésta lo ha desmentido categóricamente."Se fue a hacer un estudio para mejorar la calidad del agua, pero trabajar no se llegó a trabajar. Solo se hizo una propuesta", ha precisado Miriam Bautista. "No se llegó a instalar nada. Solo se diseñaron técnicamente los equipos que harían falta para que ese agua cumpliese con la normativa vigente", ha reiterado, dejando así claro que el agua no cumplía con esa normativa, y que tampoco se llegaron a acometer las obras que Rosa se había comprometido a realizar, que incluían la instalación de una depuradora. "A nosotros ni nos la compraron ni nos la encargaron", ha afirmado la perito, insistiendo en que ese informe solo era una propuesta de un proyecto que nunca llegaron a ejecutar.
"El agua estaba muy cargada y se tuvo que reducir la cantidad de sólido"
En cuanto al supuesto "tratamiento" de las aguas del que según Duchemín daba cuenta ese informe, la técnico también lo ha desmentido. De hecho, ha precisado que lo único que se recoge en su dictamen es que se tuvo que hacer un tratamiento químico en el momento de tomar las muestras. "El agua estaba muy cargada y lo que se hizo fue un tratamiento para reducir la cantidad de sólido, para poder tomar la muestra", ha precisado. Después, con esa analítica que sí tomaron ellos, elaboraron una propuesta "para hacer un tratamiento completo", "para que el efluente final cumpliese con la normativa", pero ese proyecto nunca llegó a ejecutarse.
Después, cuando Rosa solicitó una autorización provisional en base a ese informe privado, el mismo laboratorio realizó otras analíticas, pero ya con muestras aportadas por la propiedad. "Cuando un cliente nos trae la muestra ponemos lo que nos dice el cliente. Hay mucha diferencia cuando nosotros recogemos la muestra o cuando la trae el cliente", ha señalado la perito que hizo esos análisis.
Al respecto, el abogado de Rosa ha planteado que no fue la propiedad de la bodega quien aportó las muestras, pero las dos técnicos se han remitido a los informes que así lo indican. "El cliente es BTL Lanzarote", "se le hace una factura a su nombre", han indicado.