Otro de los propietarios de la finca que ocupó Juan Francisco Rosa para levantar la bodega Stratvs ha declarado este jueves en el juicio y ha desmentido con contundencia la versión del empresario, que aseguró que había comprado "de palabra" esos terrenos hace dos décadas. "¡En absoluto!", ha exclamado Aureliano Negrín Armas cuando la fiscal le ha preguntado por ese supuesto acuerdo verbal.
De hecho, según su declaración, Rosa no contactó con él para hablar de la compra de los terrenos hasta hace un año, poco antes de que se celebrara el primer juicio del caso Stratvs, en el que el empresario está acusado entre otros de un delito de usurpación. "Me llamó en enero de 2019 y me dijo que quería hablar conmigo para solucionar el problema de la finca", ha explicado. "¿Y antes nunca se había puesto en contacto con usted?", ha insistido la fiscal. "¡En absoluto! Desconocido por completo", ha reiterado el testigo.
En el caso de Aureliano Negrín, compartía una parte de la propiedad de esa finca con sus dos hermanos. "Todo lo llevaba mi hermano Domingo", ha señalado al explicar por qué él no tuvo conocimiento de las obras que estaba ejecutando Juan Francisco Rosa en su propiedad. Además, desmintiendo de nuevo la versión de Rosa, también ha negado que su hermano hubiera alcanzado un acuerdo verbal con el empresario para cederle esa finca. "No es que fuera desconocido para mí en ese momento, es que nunca me lo comentó", ha declarado Aureliano Negrín.
De hecho, la única conversación que afirma haber tenido con su hermano sobre este tema fue justo en sentido contrario. "Antes de morir me dijo que hablara con Juan Francisco Rosa y que le dijera que no tocara la finca, porque estaba dada de alta en el Gobierno de Canarias junto a otras que estábamos cultivando y por las que recibíamos subvenciones", ha relatado.
"Me dijo: Sí, sí, sí, eso lo solucionamos"
"Yo no he tratado nada con nadie y solo hablé con este señor para decirle que no tocara las parras", ha insistido. Y la respuesta de Rosa, según Aureliano Negrín, fue "sí, sí, sí", "eso lo solucionamos, eso lo solucionamos". Después, asegura que no volvió a saber nada hasta años más tarde, cuando recibió esa llamada de Rosa en 2019. "Le dije que no estaba en condiciones y que le mandaba a un hijo mío para tratar con él. Era algo que me quería quitar de encima porque había unos problemas que yo no sé de dónde venían", ha relatado.
Tras esa conversación, su hijo le dijo que "ya estaba solucionado" y que "solo tenían que ir a la notaría". Así, 20 años después de que Juan Francisco Rosa iniciara los primeros trámites para construir Stratvs sobre un suelo que no era de su propiedad, Aureliano Negrín recibió el pago por su parte de la finca. Además, el empresario también pagó hace un año a otros dueños, incluyendo a la cuñada de Aureliano Negrín, con quien ha declarado que no se habla desde hace tiempo. Fueron ella y sus hijos quienes emprendieron acciones legales y denunciaron que habían sido usurpados sus terrenos, y también quienes hace años contactaron con el resto de los propietarios, casi todos unidos por distintos grados de parentesco.
Ni Rosa ni Armas Matallana contactaron con el resto de dueños
"Al principio, cuando empieza el asunto, nadie quería hacerse cargo. Este señor tenía mucho poder y es muy difícil ir contra él", declaró por su parte la viuda de José Negrín, Olga María Ramos, que también compareció el miércoles en el juicio como testigo, y relató los años de "sufrimiento", de "grandísimas mentiras" y de impotencia que vivieron al intentar enfrentarse a Juan Francisco Rosa. En su caso, ella y sus hijos llegaron a estar personados como acusación particular en esta causa, aunque se retiraron después de que Rosa les pagara por fin el pasado año por ese suelo de su propiedad.
En cuanto a otro de los propietarios de la finca, Miguel Ángel Armas Matallana, también está acusado en la causa junto a Rosa. En sus declaraciones, ambos aseguraron que llegaron a un acuerdo para iniciar esta obra, comprometiéndose el empresario a adquirir el resto de la finca. Sin embargo, tanto Olga Ramos como su cuñado, Aureliano Negrín, han asegurado que ni Juan Francisco Rosa ni Armas Matallana contactaron con ellos antes de iniciar la construcción de la bodega.
Respecto al terreno, a preguntas de la acusación popular, Aureliano Negrín ha confirmado que en la finca había un barranco, "que estaba detrás de la casa", y también que en su día había una fuente que confirmaría la presencia de aguas en la zona, aunque ha matizado que él no llegó a verla y que le dijeron que esa fuente "se cortó" por unas obra que hicieron en una finca colindante.