"El juicio éste se está celebrando antes de Jable. Si a mí me condenan, a mí me desprestigian. Nadie me lo quita de la cabeza" Ése fue el mensaje que lanzó el ex delegado de Urbaser en Lanzarote, Jacinto Álvarez, al declarar en el primer juicio que se está celebrando esta semana contra él, en el que la acusación solo la ejerce su antigua empresa. Por eso, Álvarez vinculó directamente esta querella contra él y otras siete personas -incluidas su mujer y sus dos hijos- a su confesión en una pieza del caso Unión. En esa causa fue detenido y acusado junto a cuatro directivos de Urbaser en Madrid, a los que señaló directamente al confesar y aportar documentos que fueron claves en la investigación, incluyendo las libretas en las que llevaba años haciendo anotaciones sobre presuntos sobornos.
"¿La empresa tiene interés en manchar el nombre de Jacinto para favorecer a otras personas implicadas en el proceso criminal?", le preguntó el abogado de Urbaser a uno de los testigos de la empresa, tras haber escuchado esa declaración de Álvarez. "Absolutamente no. No se lo puedo decir más claro", respondió el asesor general para asuntos legales de Urbaser, que añadió que le parece incluso "calumnioso" plantear que con esta querella pretendan "proteger" a otros directivos acusados.
Sin embargo, durante el juicio, el propio Ministerio Fiscal trasladó a los testigos citados por Urbaser sus dudas sobre la actuación de la empresa con esta querella, con la que sostiene que los acusados le estafaron casi 400.000 euros. Y es que aunque la Fiscalía no ha presentado acusación, sí ha estado presente en la vista, cuyo resultado podría después intentar ser utilizado en el juicio del caso Unión. De hecho, uno de los temas en los que más hincapié hizo la fiscal al trasladar sus preguntas a acusados y testigos fue para aclarar ante quién rendía cuentas de lo que se hacía en Lanzarote Jacinto Álvarez, ya que lo que sostiene Urbaser es que su ex delegado en la isla actuó al margen de la empresa. Incluso, uno de los directivos que declaró como testigo llegó a hablar del "daño" que había causado Álvarez a "la imagen" de Urbaser.
"Siempre se consultaba a Madrid"
"El poder que yo tenía era limitado. Siempre, siempre, siempre se consultaba a Madrid", declaró al respecto Jacinto Álvarez. Precisamente a preguntas de la fiscal, Álvarez relató que dos de los directivos acusados junto a él en Unión, Santiago Alonso y Manuel Andrés Martínez, visitaban "regularmente" Lanzarote, "una vez cada dos meses". "Como los números estaban dando bien, cuando venían les interesaban más otras cosas. Cosas del caso Jable. Cosas que estimaban que eran importantes", añadió el ex delegado. Así, aunque después no quiso precisar cuáles eran esas "cosas", hizo referencia a los hechos que se investigan en esa pieza del caso Unión, donde él y otros cuatro directivos de Urbaser en Madrid están acusados de pagar sobornos a políticos y técnicos de Arrecife, tanto por amañar la adjudicación del contrato de limpieza como por cargar después facturas al Ayuntamiento por servicios que en realidad no se estaban prestando.
"En el pliego del concurso se hablaba de un beneficio del 13% y daba un beneficio del 19 al 21%. Si a mí me está dando un beneficio del 19 al 21%, ¿de qué me voy a preocupar, si estoy dando un beneficio muy superior?", planteó Jacinto Álvarez para defenderse de las acusaciones de la empresa, que entre otras cosas sostiene que autorizó el pago de horas extra que no se estaban realizando y que cargó facturas por materiales que nunca llegaron a Urbaser. "Ese control lo llevaban los auxiliares. Yo me llevaba por los beneficios que daba la empresa", insistió el ex delegado.
Por su parte, el que era director de zona de la provincia de Las Palmas, y que actualmente ya no trabaja en Urbaser, declaró que Jacinto Álvarez rendía cuentas directamente a la central, pese a que no era el procedimiento. "Era el único contrato que no pasaba por mi firma", subrayó, señalando después que trasladó esto a sus superiores, y en concreto a Santiago Alonso, y le dijeron que en Lanzarote él se dedicara solo al "pendiente de cobro". "Me dijo: la preocupación nuestra ahora mismo en Lanzarote es cobrar", declaró.
Cuestionado también por este tema, el asesor legal de Urbaser afirmó que "la única explicación que puede tener" que Jacinto Álvarez rindiera cuentas solo a Madrid era que cuando se fundieron las empresas de las que nació Urbaser había "filias y fobias" entre el personal, y que por eso el delegado hablaba directamente con determinados directivos de la capital. "Los procesos no eran tan rígidos" y "como consecuencia de la proximidad personal, ese procedimiento se vulnera. Pero no es algo que imponga la organización", sostuvo.
"No tengo constancia de que haya implicado a otras personas"
Además de dinero en efectivo, los presuntos sobornos a distintos cargos públicos destapados por el caso Unión incluían también todo tipo de regalos, que según la confesión de Jacinto Álvarez en esa causa eran autorizados por sus superiores en Madrid. "No tengo constancia de que Jacinto haya implicado a otras personas. No he visto ningún documento", aseguró sin embargo el asesor legal de Urbaser, cuando al declarar como testigo en el juicio negó que esta querella pretendiera descargar toda la responsabilidad en Jacinto Álvarez. Así,aseguró incluso desconocer la declaración de Álvarez contra otros directivos, con los que llegó a tener incluso careos en los Juzgados durante la instrucción del caso Unión. "De ninguna persona distinta al señor Álvarez aparecieron indicios como del señor Álvarez", añadió al explicar por qué no dirigieron esta querella contra más trabajadores de la empresa.
En cuanto los empleados que tenía a su cargo el ex delegado en Lanzarote, muchos de ellos están declarando como testigos en su contra en el juicio, reconociendo entre otras cosas que firmaron facturas de proveedores por materiales que realmente no llegaban a la empresa. Sin embargo, Urbaser no ha despedido ni expedientado a ninguno de ellos. Solo emprendió acciones penales contra uno, Gregorio Aparicio, que se sienta en el banquillo junto a Jacinto Álvarez y para el que solo piden seis meses de cárcel, al aplicar como "atenuante muy cualificada" su confesión. Y en su caso, tampoco ha sido despedido.
"¿Qué le dijo la empresa de su comportamiento? ¿Se lo recriminaron?", preguntó la fiscal a este acusado. "No", respondió. "¿Lo entendieron justificado?", insistió. "Sí", volvió a contestar Aparicio, que acababa de confesar que convencía a trabajadores para pedir anticipos de sueldo y que luego ellos le entregaban ese dinero para que se lo diera a Jacinto Álvarez, compensándoles después con el pago de horas extra que en realidad no habían realizado. "¿Usted sabe que está aquí por un delito? ¿Sabe que es su empresa quien le está acusando?", le llegó a plantear tras escuchar su declaración la magistrada que preside la Sala de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial. Y ante la respuesta afirmativa del acusado, la jueza insistió en lo mismo que ya había planteado la fiscal: "¿Y no han adoptado ninguna medida? ¿No le han despedido?"
No apreciaron "ningún ilícito laboral" en el trabajador acusado penalmente
Por su parte, el jefe de Relaciones Laborales de Urbaser, que también declaró como testigo, afirmó que si no despidieron a este trabajador fue porque no apreciaron "ningún ilícito laboral" para adoptar esta medida, pese a que después sí emprendieron acciones penales contra él. En cuanto al resto de trabajadores que están citados a declarar en el juicio, y que ya colaboraron en la "investigación interna" que abrió Urbaser tras la detención de Jacinto Álvarez en mayo de 2010, afirmó que todos lo hicieron voluntariamente. "Nunca presionamos a nadie", aseguró.
La fiscal pidió a este testigo que aclarara por qué sí se despidió en 2010 a otro trabajador que no quiso responder a las preguntas de la empresa cuando se abrió esa investigación interna. En el caso de este empleado, alegó que ya había declarado ante la UCO y que los agentes le habían pedido que no desvelara detalles de la investigación. Al respecto, el responsable de recursos humanos aseguró que su despido no tuvo nada que ver con eso, sino con su supuesta participación en los mismos hechos por los que acusan a Jacinto Álvarez, y en los que en realidad, tal como subrayó la fiscal, también se autoinculparon otros empleados que siguen en la empresa. A ellos, según los testigos de Urbaser, ni siquiera se les ha reclamado las horas extra que reconocen haber cobrado indebidamente.
En cuanto a algunos de los materiales que Urbaser afirma que Jacinto Álvarez cargó a la empresa sin que llegaran a recibirse, como plantas y flores de pascua, el ex delegado también negó haberse beneficiado personalmente. "De ésas han ido un porrón para los políticos y para sus amistades, y no lo decidía yo", aseguró. Respecto a otro de los ejes de la acusación de Urbaser, que acusa al ex delegado de haberse quedado con material pagado por la empresa y de haber utilizado trabajadores en su jornada laboral para hacer obras en sus viviendas, cabe recordar que hechos similares también forman parte del sumario del caso Unión. Entre otras cosas, en su día Jacinto Álvarez reconoció en su confesión que empleados de la empresa habían realizado obras en casa del que era jefe de la Oficina Técnica de Arrecife, Rafael Arrocha. Además, la investigación también destapó que la empresa pagaba la seguridad social a la empleada doméstica de la ex alcaldesa, María Isabel Déniz.