Agentes de la Guardia Civil en San Bartolomé han denunciado a un hombre tras localizar en su vivienda un caparazón de tortuga boba, que estaba colocado como decoración en la pared exterior de un cuarto de aperos.
La intervención se realizó el pasado mes de noviembre en este inmueble ubicado en la LZ-2, dentro del municipio de Arrecife. Tras comprobar que se trataba de "una parte de un especímen protegido", los agentes localizaron al morador, pidiéndole que justificara su procedencia.
"El supuesto infractor no podía acreditar la tenencia legal, por lo que se formalizó la correspondiente acta denuncia, que conllevó la aprehensión del caparazón, que ha quedado a disposición de la Autoridad Aduanera e Impuestos Especiales, por ser el organismo competente en la materia", explican desde la Guardia Civil.
Al respecto, recuerda que esta especie se encuentra incluida en el Apéndice I del Convenio CITES y que para la tenencia de la misma, partes y subproductos, se necesita documentación que acredite o justifique su legal procedencia.
Junto a esta intervención, la Guardia Civil ha comunicado otra realizada en Canarias en el marco de la operación “Thunder”, encaminada a la protección de las especies incluidas en el convenio CITES.
En este caso, los hechos ocurrieron en Gran Canaria, donde una persona fue investigada por un presunto delito relativo a la protección de la flora, la fauna y animales domésticos, al localizar en una inspección rutinaria de una explotación ganadera, un voladero con cuatro aves exóticas protegidas.
El Convenio CITES es un acuerdo internacional concertado entre los gobiernos que tiene por finalidad velar porque el comercio internacional de especímenes de animales y plantas silvestres no constituya una amenaza para su supervivencia.
