FOTOS: Sergio Betancort.
"Se han comprometido a terminar el 31 de marzo y espero que así sea, la empresa nos está prometiendo todos los días que va a ser así, pero yo no las tengo todas conmigo". Con esta frase admitía este miércoles el consejero de Comercio del Cabildo, Manuel Cabrera, que las obras de la Avenida Marítima de Arrecife podrían prolongarse más allá del nuevo plazo concedido a la empresa. El límite inicial concluyó hace casi un mes, el 31 de enero. La empresa pidió una prórroga y el Cabildo decidió alargarlo otros dos meses, aunque todavía no lo ha puesto por escrito. A pesar de ello, ahora el consejero admite que ni tan siquiera ese tiempo sería suficiente. Los comerciantes de la zona son incluso más pesimistas y algunos se muestran convencidos de que no terminarán hasta el verano.
En medio de la polémica desatada por estas obras, La Voz de Lanzarote ha recorrido este jueves esta arteria de la ciudad. Ajetreo de trabajadores y maquinaria y unos trabajos relativamente adelantados es lo que se encuentran los escasos peatones que la transitan al inicio de la calle. A medida que se avanza, no obstante, se multiplican los socavones y se reduce el número de operarios. Los comerciantes de la zona, que son testigos diarios de estas obras desde hace 8 meses, oscilan entre la resignación y el enfado. Resignación porque, afirman, sólo les queda "aguantar" hasta que terminen. Enfado porque creen que la obra es un "desastre" y que el número de operarios sólo aumenta cuando ellos hacen públicas sus críticas. "Se echaron a la bartola hasta que empezamos a quejarnos", decía a La Voz una de ellas.
"Yo creo que en San Ginés no habrán terminado", vaticinaba con preocupación uno de los comerciantes. "Dudo mucho que vayan a acabar en marzo. Además viene Semana Santa, habrá fiesta…Esto se alargará", lamentaba otro. Otra de las comerciantes, que afirma que está al borde del cierre a causa de las obras, apuntaba también a los meses de julio o agosto. Y eso que desde las instituciones les dijeron que los trabajos durarían 6 meses, "y ya llevamos 8". "De haber sabido que las obras iban a durar un año, hubiese dejado el local, para no perder los ahorros", lamenta ahora, cuando ya ni siquiera puede hacer frente al pago del alquiler.
Y es que al pasear por la Avenida se aprecia que los trabajos no tienen visos de terminar en el mes escaso que queda hasta que concluya el plazo. En esta calle capitalina se ha reducido considerable el movimiento por culpa de las obras. Este jueves por la mañana apenas transitaban por allí algunos peatones y varios turistas desubicados, tratando de encontrar el camino en una ciudad desconocida entre el laberito de vallas y pasarelas. Algunas zanjas ya están cerradas y especialmente en la zona del Casino Club Náutico, los trabajos están más avanzados. Un puñado de jubilados se asomaban a través de esas vallas para observar cómo trabajaban allí los operarios. En esa parte ya se han conectado las nuevas tuberías a algunos de los edificios, los hoyos que había están tapados y un bordillo dibuja la línea que separará las nuevas aceras de la calzada por la que circularán los vehículos. Sin embargo, la situación es muy distinta tan sólo unos metros más allá.
"Todavía queda mucho"
En el tramo del quiosco de la música hasta la calle Real todavía queda mucho por hacer. La Voz ha podido constatar que en esa zona todavía hay que instalar buena parte de las tuberías, y por tanto aún no han terminado los trabajos en el subsuelo. Varios comerciantes han explicado también que las aceras a la puerta de sus comercios, que por ahora están intactas, todavía han de romperse por completo para reemplazarlas por el nuevo pavimento.
"Todavía queda mucho, muchos movimientos de tierra, todavía les queda trabajo", ha reconocido Manuel Cabrera a La Voz. "Vamos a ver" si en el plazo de esa prórroga la empresa es "capaz de terminar la obra", ha señalado el consejero, que ni siquiera se refiere a la totalidad de los trabajos, sino a "lo mayor". Alude con ello a que en ese tiempo terminen los "movimientos de palas y de tierras". "Si quedan los asientos, los árboles… cosas menores que no molestarían tanto a la ciudadanía, que se abra al tránsito", agrega. Cabe recordar que el consejero ya había asegurado a principios de diciembre que "lo mayor de la obra" estaba "terminado", aunque de eso hace casi dos meses.
Cabrera señalaba este miércoles a La Voz que "el subsuelo se puede dar por terminado, a falta de remates" y explicaba que "ahora faltan las instalaciones en cada edificio; hay que conectar cada edificio a esas tuberías grandes, es un trabajo laborioso". Sin embargo, a juzgar por el estado de la Avenida este jueves, son algo más que esas conexiones lo que está pendiente. En el último tramo de la calle podían verse apilados sobre el pavimento los enormes tubos que todavía han de colocarse bajo el suelo.
En este sentido, el Cabildo ya había señalado en octubre que Canal Gestión estaba realizado obras en la zona de forma paralela. La empresa, por su parte, negaba este miércoles a La Voz que estuviese realizando trabajos allí. Según explicaba, el proyecto que se está desarrollando en la Avenida incluye reemplazar todas esas tuberías subterráneas y, por tanto, es la adjudicataria de la obra, Ingemont, quien se hace cargo de ese trabajo. Desde Canal Gestión sí reconocen, sin embargo, que "colaboran" con esta empresa. Concretamente, afirman que son ellos quienes proporcionan esas tuberías e, incluso, que es su personal quien las instala. De hecho, La Voz de Lanzarote ha podido ver a uno de los capataces de esta empresa supervisando las obras este jueves, aunque este empleado no ha querido hablar con este medio.
"Deberían tener al menos el doble de plantilla"
Los comerciantes, por su parte, consideran que, para cumplir los plazos y evitar mayores retrasos, la empresa debería tener más personal. "Deberían tener al menos el doble de plantilla", sostiene el inquilino de uno de los negocios frente al parque Ramírez Cerdà. Este hombre afirma que el ritmo de los trabajos se ha intensificado "en los últimos tres o cuatro días" en esa zona, coincidiendo con las críticas más duras de los comerciantes, el anuncio de cierre de comercios y el estallido de la polémica. Según asegura, no fue hasta comienzos de este mes de febrero, ya vencido el plazo, cuando comenzó a haber movimiento de trabajadores frente a su local.
"Había uno o dos obreros, cuatro a lo mejor el día que nos quejábamos", ha señalado a La Voz la dueña de un negocio unos metros más alejado. Esta empresaria coincide con el otro comerciante y asegura que hasta aproximadamente el día 12 o 13 de febrero "solo se veía algún obrero a lo lejos", pero nadie en ese tramo. De hecho, este jueves había aproximadamente una veintena de empleados trabajando a lo largo de toda la avenida. Sin embargo, la inmensa mayoría realizaban labores en la zona del Casino y en el tramo de la delegación del Gobierno. Más allá del edificio de la Uned, no había camiones ni maquinaria trabajando; y apenas podía verse algún operario que entraba y salía de una de las casetas que tienen colocadas frente al quiosco.
Esta comerciante incide especialmente en que "hay más trabajadores desde que nos quejamos". Los comerciantes vienen expresando su malestar por las obras desde hace tiempo, pero sus críticas han sido particularmente duras en las últimas semanas, a medida que pasaba el plazo y los trabajos seguían sin terminar. En este sentido, otro empresario, que regenta un negocio en la zona del Casino, ha explicado que este lunes vio incorporarse una cuadrilla con 3 nuevos trabajadores.
"Están viendo que no van a sacar provecho económico de esta obra"
Este comerciante no se queja de la falta de personal, pero sí opina que hay problemas de "organización". "Empiezan aquí y se van para otro lado. Empiezan una cosa y no terminan, eso es lo que yo veo", explica. "Se pueden hacer las cosas de otra manera. Terminar una cosa, para que la gente vea incluso que se van haciendo cosas", añade este comerciante, que cree que "va todo muy lento, ralentizado". "Esto en marzo no se acaba ni locos".
Aunque desde el Cabildo habían venido justificando hasta hace poco los retrasos de las obras, el consejero también ha admitido ahora que "se podían haber utilizado más medios por parte de la empresa". "Han dicho que ahora iban a poner toda la carne en el asador, pero también es verdad que considero que todo lo que pongan es poco porque no han cumplido el plazo que tenían estipulado en el contrato", ha dicho al respecto.
Al ser preguntado por los motivos de esos retrasos, Manuel Cabrera aventura que la empresa podría haber ganado el concurso con una oferta demasiado baja. "A lo mejor están viendo que no van a sacar un provecho económico de esta obra, pero fueron los que concursaron e hicieron esa oferta, y se ven obligados a cumplirlo". Mientras, los comerciantes sólo esperan que concluyan cuanto antes. "Yo creo que quedará bien, pero terminar tienen que terminar ya, porque estamos todos que no podemos más", recalcaba uno de ellos.
