Disfraces, maquillaje, canciones, críticas y mucho, mucho humor. Las murgas de Lanzarote ya han dado el pistoletazo de salida a su temporada de preparativos para el próximo concurso del Carnaval de Arrecife 2023.
Por el momento, tal y como han informado desde la concejalía de Fiestas del ayuntamiento capitalino, el certamen contará con una fase previa fechada para los días 13 y 14 de febrero, donde participarán 10 agrupaciones: Las Vacilonas, Las Enraladas, Las Faltonas, Las Infiltradas, Las Inadaptadas, Los Intoxicados, Los Tabletúos, Los Desahuciados, Los Titi-Roys y Los Simplones.
En base a estas fechas y siguiendo el modelo de 2020, la final quedaría reservada para el día 17 de febrero.
Las ganas permanecen intactas
Desconexión, diversión y calma, o tradición. Esto es lo que representan las murgas para Davinia, miembro de Las Enraladas; Sergio, de Los Simplones; y Crisanto, director de Los Tabletúos. A excepción de Los Simplones -que sí participaron en la presentación sujeta a restricciones que se realizó durante el pasado año 2021-, todas las agrupaciones llevan sin subirse al escenario desde hace dos años a causa de la pandemia.
"Teníamos miedo de que no pudiéramos recuperar la celebración", afirma Davinia, "no tanto por el concurso en sí, porque eso sin pandemia o con, es cada año una incógnita... Sino porque la gente se acomodase y no tuvieran ganas de carnaval, tanto el público como los componentes de las agrupaciones".
Sin embargo, Sergio indica que, aunque en el caso de Los Simplones se han perdido algunos componentes con respecto a la época precovid, "por lo general se notan los grupos más animados, después de que el año pasado solo saliésemos tres. Se percibe el buen ambiente, teníamos muchas ganas de esto".
Pese a las innegables ganas en las que todos los miembros reparan, Crisanto apunta que el miedo a que el concurso de murgas, y la festividad en general, se vuelva a ver afectada persiste, porque "siempre tenemos esa intriga de saber si todo va a seguir siendo como antes... La pandemia nos afectó mucho, porque agrupaciones tan grandes, con cosas así, se resienten. Cualquier cambio es duro para nosotros".
Las murgas... ¿el grupo más abandonado del carnaval?
Los cambios son duros para las murgas, y la falta de ellos también.
"Durante los últimos años, siempre el concurso ha estado cogido con pinzas... Somos el grupo más débil del carnaval, esto se evidenció el año pasado, cuando comparsas y batucadas salieron casi todas y murgas, solo tres", afirma Sergio.
En su opinión, falta apoyo institucional para todos los grupos que conforman la festividad porque "no se escuchan sus necesidades".
Estas palabras son suscritas por Davinia, quien recoge que "el Carnaval de Arrecife está abandonado" siendo siempre presa de prisas y arreglos de última hora que hacen que "los grupos acabemos buscándonos la vida siempre, aunque cada año nos hayamos prestado a ayudar, coordinar y organizar con tiempo".
Las Enraladas durante una de sus actuaciones
Es por ello por lo que, según apunta Crisanto, las agrupaciones han acabado "aprendiendo a sacarnos las castañas del fuego, buscando por nuestra propia cuenta la financiación y las ayudas", y reconoce que "las murgas somos las más abandonadas porque también demandamos un poco más que el resto".
"El apoyo brilla por su ausencia en general, no solo en murgas. Todos los grupos reclamamos un poco de mimo. Pero en nuestro caso, que somos el evento más seguido y que más gente mueve, nos encontramos que no tenemos ni siquiera un sitio con capacidad para albergar al público", explica el director de Los Tabletúos.
Las murgas infantiles, las grandes olvidadas
Todos estos problemas se engrandecen, paradójicamente, a la hora de hablar de los más pequeños. Lanzarote cuenta en la actualidad con tres murgas infantiles, hecho que sitúa a este sector como "el gran olvidado".
Davinia forma parte de la directiva de los Chau-Chau, una de las agrupaciones de menores de la isla, y percibe que "la cantera se está perdiendo": "Las murgas infantiles no tienen el apoyo que deberían, ya que cuentan con incluso menos que las adultas. Hay que cuidarlas porque, al final, son las que conformarán los grupos grandes en el futuro".
Crisanto, por su parte, detalla que a estas complicaciones se suman "los esfuerzos que tienen que hacer los padres para llevar a sus hijos a los ensayos, estar pendientes de las fechas... Tienen que multiplicarse para que los pequeños adquieran el compromiso murguero, y es complicado".
Sin embargo, coincide con Davinia en que las agrupaciones de menores resultan esenciales, y afirma que "no conseguimos dar el suficiente empuje a las adultas porque no se está cuidando bien el origen y de dónde venimos".
Un futuro cada vez más incierto
Esta situación ha generado que, la idea de que las murgas puedan desaparecer de Lanzarote, sea cada vez más tangible: "Si no ponemos de nuestra parte entre todos para fomentar este espacio, cada vez nos quedará menos", indica Sergio.
Crisanto, por su parte, explica que "cada vez cuesta más atraer a los jóvenes, no sé si por el formato o por toda la incertidumbre a la que siempre nos vemos sujetos".
Sin embargo, todos los miembros mantienen la confianza en que la murga se pueda volver a convertir en un reclamo, "ya que llevamos generaciones y generaciones manteniéndolas".
Las penas se van cantando
Pese a las dificultades, además de confianza, el carnaval es ilusión. Y esta ilusión emana a raudales de los miembros de las murgas.
Aunque la mayoría no quieren desvelar nada, Sergio y Crisanto avanzan que el público va a disfrutar y se va a llevar sorpresas: "En nuestro caso, hablaremos de lo de siempre: actualidad, política... Pero con un aire diferente, porque queremos impresionar", adelanta el director de Los Tabletúos.
Aunque todos reconocen que la murga exige mucho, "también te da mucho". Por ello, todos los murgueros animan a la gente a acudir al carnaval, y disfrutar de ese ratito de "desconexión, diversión y calma, y tradición" que no solo se da en los salones de ensayo de estos grupos, sino que también se comparte.
