FOTOS: Sergio Betancort.
Un vecino ha presentado una "comunicación de siniestro" a Canal Gestión en la que reclama a la empresa 38.000 euros en "daños". Esos desperfectos, según relata este hombre, son consecuencia de la "tromba de agua" que dejó a su paso la rotura del depósito de Maneje el pasado 9 de enero. Según señaló entonces el Consorcio, unas 16.000 toneladas de agua se vertieron a raíz de esa rotura, provocando "una gran inundación".
Los bomberos del Consorcio de Seguridad y Emergencias se desplazaron hasta allí cuando se produjo la rotura, para rastrear la zona y comprobar si alguna persona o animal había sido arrastrado por las aguas. Afortunadamente no hubo que lamentar daños personales, pero sí materiales. De hecho, la avería afectó a las dos líneas de impulsión de agua de los municipios de Teguise y Haría, y dejó sin agua potable durante más de un día a buena parte de las localidades de esos dos municipios.
Muy cerca de donde estaba el depósito se encuentra la finca de Juan Corchero, en la que hay tres edificaciones y un terreno donde este hombre tenía sus cultivos. Corchero ha ejercido durante décadas como técnico agrícola y, aunque no reside allí, en esa finca había ido plantando vegetales, frutales, olivos. "Me he dado cuenta de que me he hecho viejo en tres días y decía ‘yo que podía tener una finca extraordinaria, produciendo y se me ha pasado el tiempo…’Entonces, estaba haciendo algo agrícola en esa finca", explica.
Además de plantar árboles y hortalizas, también había construido un "huertito" cubierto y protegido con paredes de piedra y tenía un aljibe en el que acumulaba agua de lluvia para el riego. "Tenía unas plantitas y las regaba con agua buena. Pues ahora ya se me acabó eso". Sin embargo, tras la rotura del depósito, buena parte de eso quedó "arrasado" o "destruido". "Qué mala pata he tenido, me lo estropeó todo el agua", lamenta Juan.
Un huerto "totalmente destruido" y cultivos "arrasados"
El escrito que este vecino presentó el pasado 21 de enero en las oficinas de Canal Gestión, relata los desperfectos que provocó esa "tromba de agua" y adjunta 24 fotografías para ilustrar los daños que supuestamente causó esa inundación en esta finca de la calle Diseminado Volcán de Tahíche.
Así, la reclamación señala que el huerto que había en el jardín de esa casa ha quedado "totalmente destruido". Ese huerto, relata, tenía paredes de piedra volcánica y una cubierta de arena blanca, pero el agua se los "llevó". También arrastró a su paso el techo del aljibe que, según expone esa reclamación, era de "viguetas y bovedillas prefabricadas de hormigón" y tenía unos "50 años de antigüedad".
"Han resistido los árboles más viejos, observándose en sus troncos la altura hasta la que llegó el volumen de agua", expone Corchero en su texto. Añade, no obstante, que esa zona de la finca quedó "arrasada", "limpia de la capa de arena blanca (jable) que se le había incorporado y de los cultivos que tenía". Señala también que el "paso a la vivienda" quedó "destruido", así como "cinco plataneras". Tras la inundación, el suelo quedó "sin arena protectora y sin plantas, habiendo desaparecido la arena blanca, 25 olivos autóctonos enraizados", entre otros cultivos.
Podía haber ocurrido "una verdadera catástrofe"
Al "socaire" de otro de los muros, expone este vecino, "había una franja de suelo cubierto de arena de jable, con plantas hortícolas y verduras, que ha desaparecido por la corriente de agua". Juan Corchero tenía también allí un montón de 14 metros cúbicos de arena negra para construcción, de los que una parte fue arrastrada por el agua y otra ha quedado "inutilizada", concluye.
A pesar de ello, Juan afirma que no tiene intención de denunciar a la empresa y que únicamente ha presentado la reclamación para recuperar lo que estima que ha perdido. "Son unos daños, unos perjuicios, desde el punto de vista civil, no penal, porque ellos tampoco han tenido mala intención", explica. Para Juan Corchero, ha sido "mala suerte" y una "desgracia" también para la empresa, aunque cree que las consecuencias podían haber sido mucho peores. "Ha sido la desgracia mínima, porque el depósito que se rompió está en una zona bastante llana. Si llega a estar en una montaña y hay viviendas debajo, hubiera sido una verdadera catástrofe".
