Un refugio en Lanzarote para animales que han sido sanados y ahora ayudan a sanar

Lanzanimal es una asociación pionera en llevar a cabo terapias asistidas con animales, dedicadas a personas con diversas patologías

Nerea de Ara

25 de octubre de 2022 (09:35 CET)
Actualizado el 25 de octubre de 2022 (09:56 CET)
Lanzanimal trabaja, a través de animales, con grupos de personas de todas las edades
Lanzanimal trabaja, a través de animales, con grupos de personas de todas las edades

En el año 2020, cuando el mundo estaba sumido en plena vorágine pandémica, Verónica Pillón tuvo una idea: crear un espacio en Lanzarote donde el bienestar animal y el social se entrelazaran. Un lugar de tranquilidad en el momento en el que más se echaba en falta. Y así surgió Lanzanimal, una organización multidisciplinar y pionera en implantar las terapias con animales en la isla.

Pillón, quien ahora es fundadora y presidenta, se dedica, junto a su compañera Valentina Constantino y varios voluntarios, "a rescatar animales, para posteriormente rehabilitarlos y entrenarlos hasta que sean aptos para interactuar con las personas y realizar procedimientos terapéuticos".

Aunque en España esta forma de tratamiento no es muy común, presenta numerosos beneficios: "Ayuda a disminuir la depresión, aumenta la autoestima y contribuye a que nuestros usuarios se sientan una parte importante de la sociedad, gracias al contacto de la naturaleza y el disfrute de las especies que tenemos", detalla la presidenta.

 

Un nuevo capítulo para niños con trastornos...

Lanzanimal es un proyecto abierto a todo tipo de personas. La iniciativa, además de la parte terapéutica, también cuenta con un área educativa "dedicada a colegios, familias o grupos de edades diversas" y un albergue perruno.

"Durante una gran parte de mi vida me he relacionado con perros y quise seguir haciéndolo. La granja dispone de una pequeña zona, lo que nos permite también tener algo de autofinanciación", comenta Pillón.

Dentro de la parte terapéutica, en la actualidad el equipo trabaja con niños con patologías como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), espectro autista (TEA) o Asperger, además de jóvenes en riesgo de exclusión social o con problemas escolares.

Para llevar a cabo cada tratamiento, en primer lugar "contactamos con el terapeuta ocupacional del niño en cuestión, ya que nuestras actividades siempre van en colaboración con la terapia tradicional", expone Pillón. "Y a partir de ahí", continúa, "cada caso es distinto". 

Tomando como modelo a un paciente diagnosticado con TDAH, la presidenta indica que hacen hincapié en varios factores: autonomía, autocontrol y autoestima.

"Sabemos que a los jóvenes con TDAH les cuesta ejecutar tareas, por lo que lo primero que hacemos es marcarle objetivos cortos y de dificultad media para trabajar su autonomía". Además de ello, "en ocasiones este grupo puede ser algo violento, por lo que intentamos que se autorregulen a través del contacto directo con los animales, lo que les ayuda a ser conscientes de que hay que tratarlos de forma delicada", ilustra la profesional.

"Y finalmente, al igual que en el resto de los grupos, en el caso del TDAH ponemos muy en valor la autoestima: los ayudamos a que se sientan capaces e importantes, ya que el objetivo último de Lanzanimal es mejorar la calidad de vida de las personas".

 

... y para animales maltratados

Los burros Lucy, Clemente, Benji y Silvestre; las ovejas María, Stella, Fer y Rosalía; la pareja de patos Emma y Aarón y el gallo Hilario; el cerdo Carmelo o la perra Mandy componen, entre otros, el equipo animal de la organización.

El 90% de ellos han sido rescatados o incautados por vivir en malas condiciones o ser abandonados: "Los burros llegaron aquí tras enterarnos de que eran maltratados en casas privadas y las ovejas fueron encontradas deambulando solas por Arrecife". 

El resto de los miembros con los que trabajan han sido cedidos por parte de campesinos que por edad o por la subida de precios actual "no pueden ofrecerles los cuidados que merecen", recoge Pillon.

 

La felicidad ajena, el mejor pago

Desde marzo de 2021 -ya que aunque se fundó en 2020, la emergencia sanitaria impidió que se desarrollase con normalidad- Lanzanimal ha conseguido hacerse un hueco entre la sociedad conejera.

"En este tiempo hemos logrado que numerosas personas se interesen: recibimos muchas visitas de particulares y hemos conseguido que jóvenes y adultos vuelvan a contactar con el entorno natural, dejando de lado la tecnología aunque sea durante un corto período de tiempo", explica la responsable de la organización.

Sin embargo, lo más satisfactorio, a su juicio, ha sido ver la felicidad en las caras de animales y niños: "Hemos salvado la vida de muchas especies. Y también devuelto las ganas de vivirla a muchos niños que no tienen una existencia fácil. Ver cómo se consiguen relajar y abrir a los animales, cómo sonríen o incluso, se ríen... Es lo más gratificante que hay".

De cara al futuro, la profesional avanza que, a partir del próximo mes, comenzarán a colaborar con Cruz Roja para la puesta en marcha de actividades con personas mayores, "quienes también necesitan recordar que no tienen por qué sentirse solos".

En esta misma línea, a largo plazo tienen pensado comenzar con terapias hortícolas y acercar a nuevos grupos a la iniciativa.

Y es que, aunque Pillón reconozca que este es un trabajo muy sacrificado, sin horarios ni festividades, tanto ella como el equipo que dirige están seguros de querer continuar con este proyecto, porque el orgullo que hay en "contribuir a que un animal que lo ha pasado mal consiga sobreponerse y ser capaz de ayudar a una persona que ha estado en su misma situación, no es comparable con nada", concluye.

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