Las redes sociales impulsan el aislamiento de los menores canarios y el riesgo de padecer depresión

"Se están aislando de lo que es el contacto social y físico y no tienen un círculo donde puedan expresar cómo se sienten o qué es lo que les pasa", exponen fuentes expertas consultadas por La Voz

18 de enero de 2025 (19:26 CET)
Actualizado el 18 de enero de 2025 (19:26 CET)
Un grupo de estudiantes usando el móvil en una clase. Foto de RDNE Stock project.
Un grupo de estudiantes usando el móvil en una clase. Foto de RDNE Stock project.

Las redes sociales se han instaurado en la sociedad antes de que se pudiera determinar cuál es el impacto real que su uso continuado tiene en la salud mental de sus menores. Ahora, decenas de estudios científicos tratan de esclarecer la relación entre el aumento de horas destinadas a las interacciones en el mundo virtual y el auge de los problemas de salud mental detectados entre los jóvenes. 

"El aislamiento social está siendo comparado con la obesidad por su relación potencial con los efectos negativos en la salud". Además, este aislamiento está "relacionado con los aumentos antinaturales en los patrones de cortisol", la hormona del estrés, que puede "interrumpir el sueño, las funciones inmunes y las cognitivas", según expone la publicación Social Media Use and Perceived Social Isolation Among Young Adults in the US (Uso de redes sociales y aislamiento social percibido entre adultos jóvenes en EE.UU. en español).

La citada investigación indica que el uso de las redes sociales, como Instagram, Tik Tok o Twitter, han servido para conectar a las personas que se sentían solas. Sin embargo, la exposición frecuente a imágenes "poco realistas" que se difunden en las mismas puede dar la impresión de que los otros "viven más felices, con vidas más conectadas y hacer sentir a los usuarios más aislados socialmente, en comparación". 

El Estudio y Diagnóstico de las Adicciones de los Jóvenes en los municipios de menos de 20.000 habitantes de Lanzarote, elaborado por Tágora Estudios e Intervención Social, destaca que los adolescentes conejeros eligen internet para divertirse y la mayoría (ocho de cada diez) usan las redes sociales de forma habitual entre cinco y siete días por semana. 

La investigación, el  estudio sobre la percepción de la salud mental de los jóvenes y el mal uso de la tecnología, elaborado por DKV y Educar es todo, relata que el mal uso de los dispositivos tecnológicos hace que los adolescentes sean "menos empáticos, amables y se muestren menos cooperativos", además perjudica a su descanso, a las relaciones con sus amigos y con su familia. La citada investigación relaciona la mayor probabilidad de padecer ansiedad, estrés y depresión con el mal uso de las redes sociales. 

En esta línea, transcurre el libro superventas de New York Times La generación ansiosa: por qué las redes sociales están causando una epidemia de enfermedades mentales entre nuestros jóvenes. En él, el psicólogo social estadounidense, autor de la obra, Jonathan Haidt advierte de que lanzar a los niños y adolescentes al mundo de las redes sociales sin protección ni supervisión es como enviarlos de expedición a Marte sin conocer las consecuencias que este viaje puede tener en su salud. 

Este experto señala que los padres han optado por sobreproteger a sus hijos en el mundo real, mientras los han desprotegido totalmente en el mundo virtual. En este punto, indica que el uso excesivo de las redes sociales no afecta a niños y a niñas por igual, ya que a ellas les carga con un mayor peso hacia su imagen física y las empuja a compararse con otras chicas del mundo virtual, mientras que a ello les aísla a través de los juegos en línea y la pornografía.  

Según fuentes expertas consultadas por La Voz, el aumento de los diagnósticos con sintomatología depresiva en las personas menores de edad de Canarias está relacionado con "el uso de las redes sociales y el aislamiento social de los adolescentes". "Se están aislando de lo que es el contacto social y físico y no tienen un círculo donde puedan expresar cómo se sienten o qué es lo que les pasa", continúan las mismas fuentes

Además de este aislamiento social y un uso desproporcionado de las redes, existe una tendencia a la poca tolerancia a la frustración, a causa de la sobreprotección durante su educación: "Los chicos no quieren fracasar, se nos vende una cultura hedonista de no hay no hay problemas a nivel social, todo va viento en popa, los padres los cubren con cosas materiales, entonces no hay tolerancia a la frustración, no se asume el fracaso escolar o un físico determinado".

Estas circunstancias se agravan con la falta de apoyo en el hogar, los problemas para establecer redes sociales físicas fuertes y "la falta de trabajar los aspectos de personalidad". 

Para frenar esta oleada de problemas de salud mental en los jóvenes, Canarias ya tiene en marcha su primer Protocolo de intervención ante riesgo suicida detectado en instituciones educativas de Canarias. El documento apuesta por establecer mecanismos que permitan la detección temprana de personas en riesgo. Por ello, indica la importancia de prestar atención a los cambios de comportamiento, expresiones verbales o escritas que puedan esconder pensamientos suicidas. Sin embargo, también está suponiendo una carga extra para los centros educativos. 

Las fuentes expertas consultadas por esta redacción señalan que "el acceso a las redes sociales debería de tener una edad límite para poder acceder y un acceso limitado a determinados tipos de contenido", así indican, por ejemplo, la gravedad de que niños de seis o siete años estén participando en retos virales o consumiendo contenidos pornográficos en internet. Además, aconsejan que socialmente se deben trabajar "los aspectos de personalidad, no solo desde los centros educativos, que ya están recibiendo mucha responsabilidad, sino desde casa". En este sentido, por ejemplo, promueven "el crecimiento de la autoestima, trabajar en un autoconcepto, aprender a ser asertivo, a decir que no, a desarrollar tolerancia a la frustración. Todo esto si no lo tienes en equilibrio puede hacer que desarrolles un problema de salud mental". 

 

Recomendaciones para los progenitores

El citado estudio de DKV y Educar es todo recomienda restringir totalmente las pantallas en menores entre 0 y 3 años. Además, aconseja que los niños entre los tres y cinco años solo usen las pantallas, "como mucho", 30 minutos al día y para ver dibujos acordes a su edad y bajo la supervisión de sus progenitores. Mientras tanto, de seis a doce años recomienda una hora máxima de uso y bajo la supervisión de la familia. Además, emplaza a las familias a no dar un dispositivo propio hasta los 14 años y que a partir de los 16, el tiempo de uso del dispositivo no puede superar al de actividades en el mundo real como la lectura, el deporte, pasar tiempo con los amigos o con la familia. 

Esta investigación expone que la pantalla no puede ser "un canguro ni un aparca niños", ni tampoco "un chupete emocional" que se use para evitar las emociones desagradables. Además, aconseja establecer un horario y dejar el móvil fuera de la habitación en las horas de dormir. Para concluir, indica que los hijos "copian" el comportamiento de los padres, por lo que se debe ser consciente del uso que se hace de los dispositivos. "No les exijamos lo que nosotros no hacemos", concluye. 

Además, expertas señalan la importancia del deporte en la salud mental. "Todos sabemos que el deporte proporciona la liberación de endorfinas, de adrenalina" y que en sí mismo "crea redes sociales y crea redes sociales firmes".

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