Ornella, influencer de tallas grandes en Lanzarote: “Llevo haciendo dietas toda mi vida, ahora me acepto”

La joven creadora de contenido cuenta con más de 32.300 seguidores en Instagram gracias a su contenido “body positive” y “curvy style”

16 de julio de 2022 (08:51 CET)
Orne Forcellati, influencer de Lanzarote
Orne Forcellati, influencer de Lanzarote

De trabajar como ayudante de cocina en un hotel a tener más de 32.300 seguidores en Instagram. Ornella Forcellati, más conocida como Orne, ha conseguido hacerse un hueco en el mundo influencer desde Lanzarote gracias a su contenido de moda de tallas grandes.

La joven de 25 años empezó su andadura en el mundo de creadores de contenido tras el estallido de la pandemia y, a pesar de que todavía no ha logrado “vivir de ello”, ha conseguido enganchar a miles de usuarios por su naturalidad ante la cámara y su contenido “body positive” y “curvy style”.

A día de hoy, la influencer puede ganar hasta 600 euros por colaboración en un mes bueno, aunque admite que, de momento, las ganancias son muy irregulares, ya que hay meses en los que no tiene ninguna colaboración. Por tanto, Ornella se ve obligada a compaginar las redes con su trabajo en una tienda de ropa.

La influencer lanzaroteña
La influencer lanzaroteña
“Lo más complicado fue crecer, llegar a la gente, porque Instagram no es como Tiktok, que subes un vídeo y con una canción se hace viral, en Instagram es mucho más complicado, tienes que luchar contra la aplicación”, afirma la influencer.

Al principio, el contenido de Orne era muy variado, con consejos de maquillaje, manicura e incluso recetas de cocina, pero pronto se dio cuenta de que lo que interesaba era la ropa. “El 90% de mi contenido hoy en día es moda para tallas grandes”, cuenta.

“Cuando empecé este recorrido ya no tenía miedo al qué dirán por la talla que llevo, porque he luchado con mi cuerpo toda mi vida y he llegado a un punto en el que no me importa lo que piense la gente sobre él”, añade.

 

“Es muy complicado salir del bucle de querer adelgazar”

Ornella insiste en que, a día de hoy, se quiere y se acepta tal y como es. “Ahora me pongo lo que me da la gana y no tengo miedo al qué dirán”, cuenta. Sin embargo, también reconoce que ha sido un proceso muy complicado para llegar hasta ahí.

“Llevo haciendo dietas toda mi vida, desde que tengo 13 años, pero llegué a un punto en el que dije: se terminó, ahora me quiero y me acepto”, explica. “Sé que tengo que llevar una alimentación saludable y debería hacer más ejercicio, pero ya no me machaco por el peso en sí”.

No obstante, sí que confiesa tener épocas peores y épocas mejores en lo que se refiere a este tema. “Desde que soy influencer sí que me he planteado adelgazar, es más, estuve con un plan de comida y entrenamiento, pero duré dos meses”.

La joven apunta que “es muy complicado salir del bucle de querer adelgazar”. “Cuando estaba en segundo bachiller pesaba 70 kilos y pensaba que estaba gordísima. Ahora veo las fotos y estaba espectacular. ¿En qué momento me metieron ese pensamiento en la cabeza siendo tan joven?”, se pregunta.

 

En un lugar pequeño “la gente tiende a criticar más”

La joven influencer explica que, a pesar de ser “el centro de una diana”, por ser mujer, por su orientación sexual y por su cuerpo, no recibe muchos comentarios despectivos al respecto en su cuenta de Instagram, y los pocos que le envían no le suelen afectar. 

“Tengo un perfil bastante sano, no recibo muchas críticas por mi cuerpo”, cuenta. “Y las pocas que recibo sinceramente me resbalan”.

 “A mí las críticas que me frustran de verdad son cuando yo le pongo empeño a un vídeo y viene una persona a quejarse de que lo suba a las 9 cuando dije que lo haría a las 8”, cuenta Ornella. “Me lo estoy currando subiendo tres vídeos al día todos los días y porque falle con uno, pues me molesta”.

Reels de Ornella
Reels de Ornella

Sin embargo, sí que cree que al vivir en un lugar tan pequeño como Lanzarote “la gente tiende a criticar más”. “Muchos piensan: qué se cree esta, a dónde va haciendo de influencer, pero no considero que sea por mi cuerpo en particular, sino porque estoy haciendo algo que se sale de lo común”.

Además, la joven resalta que hay un tema “del que se habla poco, pero que es una realidad” y es la discriminación dentro del propio mundo influencer hacia chicas de tallas grandes, en términos de colaboraciones.

“Lanzan una campaña en Canarias y llaman a muchos influencers menos a los de tallas grandes y ni siquiera es por una cuestión de seguidores o de estadísticas”, explica. “Hay perfiles con 60.000 seguidores viviendo de Instagram, pero tengo compañeras de tallas grandes con el mismo número y estadísticas increíbles que no se lo pueden ni plantear, está claro que pasa algo”.

 

“Un mes bueno puedo ganar hasta 1.800 euros”

En cualquier caso, el trabajo de Ornella está dando sus frutos, ya que, aunque insiste en que hoy en día no puede vivir íntegramente de ser influencer, sí que le da dinero.

No gano dinero por ser influencer todos los meses, no es algo estable, aunque un mes bueno con tres colaboraciones puedo llegar a ganar 1.800 euros y te estoy hablando de tres reels y 6 stories por cada colaboración”, cuenta la joven. “Sin embargo, hay meses en los que estoy sin nada”.

Además, hace hincapié en que cobra eso siendo un perfil muy pequeño. “Imagínate las personas que tienen 100.000 seguidores, con ese número de seguidores puedes vivir de esto 100%”, insiste. “Me encantaría poder llegar a eso”.

Para asegurarse de realizar todo el proceso correctamente, la joven ha pasado a formar parte de la agencia Let’s Be Influenced, que representa a famosas como Rocío Camacho, Susana Megan o Judith Arias. Esta última cuenta con más de 1,5 millones de seguidores en la red social.

“Soy autónoma, por lo que la agencia se encarga de gestionar absolutamente todo, como el tema de facturas o los contratos de colaboraciones, incluso me proponen a marcas”, explica la joven. “Soy uno de los perfiles más pequeños de la agencia, pero merece muchísimo la pena estar dentro”.

 

Ropa gratis gracias a sus colaboraciones con Shein

Mucha gente se pregunta si las influencers pagan y realmente se quedan la ropa que muestran en sus vídeos y publicaciones. En el caso de Orne, recibe todas las prendas de Shein de forma gratuita, como si fuese un regalo, ya que tiene un acuerdo de colaboración con la marca.

“Shein me regala la ropa, por eso hago mucho contenido de la tienda online”, explica. Asimismo, añade que se decanta por Shein porque le gusta la marca y porque puedes encontrar tallas grandes, de todos los estilos y tamaños.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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También aclara la polémica que gira en torno a la señalización del contenido como publicidad, algo que muchas influencers esconden o directamente ignoran en sus historias. 

“Si la colaboración no está pagada, no tengo que señalizarla, y las de Shein no son pagadas porque se consideran regalos, por eso no pongo lo típico de #AD”, apunta. “Eso sí, lo hago cuando publico contenidos de la marca de ropa Kiabi, ya que con ellos sí son colaboraciones pagadas”.

 

“La gente se piensa que ser influencer es vivir del cuento”

A pesar de que el trabajo de influencer esté maquillado como un empleo divertido, flexible y con el que se gana mucho dinero, Ornella advierte que tampoco es un camino de rosas.

Crear contenido en redes sociales te absorbe muchísimo tiempo, no desconectas nunca, la gente se piensa que es vivir del cuento y yo les invitaría a todos a vivir un mes como yo”, insiste. “No descansas nunca porque tienes el trabajo en la palma de tu mano, en tu móvil que llevas a todas partes”.

Sin embargo, la joven tiene claro que le gustaría dedicarse íntegramente a esto en un futuro. “No creo que este trabajo tenga fecha de caducidad”, cuenta la influencer. “Además, también me he planteado estudiar marketing, porque me encanta, pero ahora mismo sería complicado compaginar mi trabajo en la tienda de ropa, los estudios y las redes”.

En cualquier caso, Ornella anima a todo aquel que le guste la creación de contenidos a ser influencer y da un consejo clave para triunfar: “darle una vuelta a lo que ya existe”. Además, insiste en que se mentalicen y que “les dé igual lo que puedan decir u opinar el resto de personas”. “Al final todo lo que te llevas es más bueno que malo”.