La Protectora Sara, dedicada desde 1986 a acoger animales, principalmente perros y gatos, fue fundada por alemanes que venían a Lanzarote. La llamaron Sara, por la primera perrita que acogió la asociación y que fue traída por una mujer que ayudaba a animales en la isla.
"Seguimos recibiendo ayuda desde Alemania, sobre todo para ayudarnos a encontrar familia en el extranjero a animales que son adultos", nos cuenta Obelesa Hernández, una de sus voluntarias. Hay que destacar que, en cuestiones de adopción, “tenemos que aprender de los países nórdicos, están a años luz de España”, informa la voluntaria.
"Estamos a tope con los gatos sobre todo", revela Obelesa. "A la hora de abandonar un animal, no existe distinción entre verano o invierno, si tienes una excusa y no lo quieres, la tienes todo el año", afirma.
Servicios e instalaciones
El albergue consta de cinco zonas, A,B,C, D y E. En las que en su interior disponen de un albergue en el que acogen alrededor de 150 perros y 120 gatos, junto con servicios de veterinario, alimentación y limpieza diaria para cada animal. En sus instalaciones tienen la zona de los perros, distribuida en tres sectores dependiendo del tamaño y la edad de los canes: seis grandes patios para perros grandes, pequeños y cachorros, con sus respectivas 48 jaulas.
Para los gatos, disponen de siete zonas con gateras, junto con los lugares habilitados para gatos con infecciones contagiosas. Además, también tienen instalada una zona de hospital para atender a los animales que llegan heridos o están enfermos, una consulta veterinaria y una recepción para los visitantes que acuden allí.
Hasta "tenemos habilitada un área para perros más salvajes", destaca. Animales de los que se "encargan voluntarios especializados", argumenta.
Para llevar a cabo una adopción, la protectora sigue ciertos pasos para garantizar el bienestar de todos los animales. "Cuando llegan se les realizan las pruebas necesarias y si tienen algún problema, se quedan aquí hasta su recuperación y después, se inicia el proceso de adopción", recoge.
"Buscamos que los animales que poseen alguna característica "diferente" puedan tener un hogar y no mueran en una jaula"
También con el Plan de Acogida Permanente, "buscamos que los animales que poseen alguna característica "diferente" ya sea por edad, físico, etc. puedan tener un hogar y no mueran en una jaula", cuenta la cuidadora. Por tanto, "la persona que se ofrezca a colaborar, acogerá al perro o gato en su casa, de forma permanente, sin una fecha de finalización", pero con una condición, "la protectora se hace cargo de la comida y el trato veterinario necesario", añade.
"Gatos con asma, "abuelitos", con enfermedades como SIDA o leucemia, entre otros, son los que entran dentro de ese plan de acogida", aclara Hernández. Una acogida importante para "acabar con el estigma de estás enfermedades en los gatos, sobre las que muchas personas piensan que se transmiten a los humanos", añade. "Y eso no es cierto", revela.
Para poder agilizar el funcionamiento de la protectora, "a todos los animales que entran desde el minuto cero les ponemos nombre y les hacemos su ficha", comenta.
Una problemática que se presenta en algunos casos con los perros, es la utilización de ellos en peleas o como entrenadores para que otros canes aprendan a pelear. Eso es lo que le ha pasado ha una de las perritas que tienen en el albergue llamada Carolina. "La utilizaban de sparring", cuenta. "Tiene mordidas por todo el cuerpo debido a la actividad", informa la voluntaria.
"Tras una detención policial o incluso un aviso de los ciudadanos podemos rescatar a los animales", relata. Aunque, "intentamos hacerlo de manera amistosa acudiendo directamente a hablar con los dueños y consiguiendo su firma para cedernos el perro", añade. "Intentamos que el animal sufra lo menos posible, por eso evitamos hacerlo de forma judicial, ya que nuestro principal interés es conseguir el bienestar lo antes posible", reconoce.
Otro de los sucesos destacados en la isla producido hace cinco años, fue el Caso Noe "del que todavía tenemos aún dos cachorros incautados", cuenta. "Fue llamado así por una señora de Playa Honda que sufría síndrome de Diógenes y convivía con 50 perros en su casa". "Nos hicimos cargo de diez de ellos y les bautizamos con nombres de calles del municipio", confiesa.
En cuanto a las razas, "los Podencos son los que más suelen abandonar", incluye. "Les utilizan como herramientas de caza y cuando la época acaba, los sueltan, los atan en el campo para que mueran de inhalación o les pegan un tiro", entre otras cosas.
"No todo el mundo es capaz de dedicarse a esto, hay que estar muy preparado psicológicamente"
En cuanto a la plantilla, "tenemos un número pequeño de trabajadores aquí en el albergue", recoge. Después, "la mayoría de lo conformamos, somos voluntarios", desvela. "También tenemos voluntarios puntuales para pasear perros, enseñar los animales a las personas interesadas, etc.".
"No todo el mundo es capaz de dedicarse a esto, hay que estar muy preparado psicológicamente", confiesa. "Hay casos muy duros y en muchas ocasiones los animales no se consiguen salvar", lamenta.
"Para ser voluntario no hay requisitos, solo hay que ser constante" ya que "te quita mucho tiempo libre de tu vida personal", confiesa Obelesa. "Yo me dedico diariamente a ello a pesar de tener otro empleo y he tenido que dejar de entrenar para poder venir", comenta. Aunque "algunos voluntarios vienen por temporadas, igual se tiran tres meses sin venir y después vuelven".
"Muchos niños les piden a sus padres traerles en sus ratos libres, educándoles así también a ellos en el respeto y bienestar de los animales", declara. Además, "muchos jubilados se acercan hasta aquí para pasear a los perros", añade.
"Algo que agradecemos y nos hace tener esperanza de que habrá un futuro mejor para los animales", concluye Obelesa.