La vida de Silvia cambió por completo cuando le diagnosticaron leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer en el que la médula osea produce grandes cantidades de células sanguíneas anormales y por el que ha tenido que pasar un tratamiento de quimioterapia. "Antes nunca pensaba en la muerte, ahora pienso en ella casi todo el rato", confiesa durante una entrevista con La Voz, que hace acompañada de su hija Daniela para pedir a la población que done médula.
"Ahora navego entre la vida y la muerte", continúa. Silvia llegó a su diagnóstico el 4 de enero de este año. Hasta lograr saber cuál era el motivo de su pérdida de peso y a que se debía el ganglio que le salió en la ingle, acudió dos veces a Urgencias del Hospital Doctor José Molina Orosa. "La primera vez me dijeron que aquello era Urgencias y que estaba colapsando por algo que no era urgente; la segunda, me diagnosticaron vértigo", recuerda ahora. Tras hallar el diagnóstico en una analítica completa en un hospital privado, su hija comenzó a indagar acerca de los síntomas de su madre y se topó con la posibilidad de que tuviera leucemia.
Al ser derivada nuevamente al hospital público, un equipo médico confirmó sus sospechas. "Quiero agradecer a todo el mundo del hospital, a los sanitarios, a los médicos, a los hematólogos, a las ayudantes. Desde el servicio de limpieza, todo el mundo ha sido muy amable conmigo, se han portado muy bien", narra Silvia, que no quiere que su experiencia en Urgencias nuble la profesionalidad con la que se ha encontrado en la planta de Hematología.
Empujada por la enfermedad y las consecuencias de la quimioterapia, esta mujer de 53 años ha sufrido ingresos hospitalarios continuos y la pérdida de la energía de la que gozaba antes. Los dos últimos meses han sido para ella "un torbellino" que nunca se imaginó tener que vivir, aún así se aferra a la actitud positiva y bromista que asegura, forma parte de su forma de ser.
Una de las cosas que más le ha costado enfrentar ha sido la pérdida del pelo, "tuvimos que quitar el espejo del baño porque la primera vez que me vi me dieron taquicardias", recuerda Silvia, que antes de la enfermedad llevaba una larga melena con extensiones rubias.
Tras dar con el diagnóstico, sus dos hijos y su hermana se realizaron analíticas de sangre para comprobar su compatibilidad y conocer si podían donarle médula, pero ninguno es compatible con ella. "Al ver que no podía ayudar a mi madre decidí exponer públicamente la necesidad de que la gente donara médula y sangre porque mi madre necesita trasfusiones casi a diario", señala Daniela. "Todo esto hace que me sienta muy cansada físicamente, con muy poca energía", revela la superviviente.
"Yo no soy compatible, pero a lo mejor alguien dentro de Lanzarote, a nivel insular sí hay alguien que pueda serlo", continúa su hija. "Aunque este llamamiento no lo hago solo para mí, sino para todo el mundo. Hasta que me diagnosticaron yo no era consciente de lo que implica tener leucemia, no sabía nada sobre esto", añade la madre.
La coordinadora regional de Transplantes del Servicio Canario de Salud, Gemma García, explica que "la probabilidad de encontrar un donante dentro de la familia es solamente del 25%" y que para hacer frente a la falta de donantes existe un Registro Mundial de Donantes de Médula Ósea.
¿Cómo hacerse donante de médula ósea?
Para poder donar médula ósea hay que tener entre 18 y 40 años. Las personas interesadas deben entrar a la página web canarias.medulaosea.org y rellenar el formulario de inscripción donde se preguntan diferentes datos personales y las posibles enfermedades que se pueden contraindicar para ser donante. Todo el proceso es anónimo y altruista no se puede seleccionar a qué persona en concreto se le va a donar.
"Una vez cumplimentado ese registro, la coordinación autonómica de trasplante se pone en contacto con el usuario para completar el registro y hacer una extracción de sangre pequeñita", indica Gemma García. Esta extracción, que se realiza en todas las islas Canarias, incluida Lanzarote, es un examen de sangre de antígenos de histocompatibilidad, que permite obtener el ADN de la sangre y "valorar la compatibilidad entre el receptor y el donante". Tras ello, una persona se puede convertir oficialmente en donante de médula y entrar en el Registro Mundial.
Más de 42 millones de donantes en el mundo
El Registro Mundial de Donantes tiene 42 millones de personas registradas para donar y "si en algún momento alguien resulta compatible con tu médula, entonces se hacen una serie de pruebas más específicas de serologías, de inmunidad y demás para poder llegar a esa extracción", continúa la coordinadora de Transplantes en las islas. Según datos del Ministerio de Sanidad, en España hay ya medio millón de donantes de médula ósea. A pesar de estas cifras, actualmente las personas que necesitan una donación tienen una posibilidad entre 3.500 de hallar a su donante en el registro mundial. "Cuantos más seamos mejor", anima Gemma García.
Antes, para donar médula ósea había que pinchar el hueso de la cadera, pero en la actualidad se puede hacer por aféresis, un proceso para extraer células madre u otros componentes del torrente sanguíneo mientras el resto de sangre se devuelve al cuerpo. Este procedimiento, menos invasivo que el anterior "conlleva una recuperación para el donante bastante más rápida, bastante menos dolorosa y y con muchas menos complicaciones", con bajas médicas de en torno a una semana.
Consecuencias económicas
En la actualidad, Silvia expone que el factor económico también ha sido muy impactante. Pasó de estar en paro y cobrar 1.300 a recibir una ayuda de la seguridad social de 455 euros por incapacidad temporal por larga enfermedad. Asimismo expone que aún le queda conocer a qué más ayudas económicas puede acceder.